miércoles, 30 de diciembre de 2015

Te añoro (Hoy…)


Hoy es un día de esos días,
que las afiladas horas
me devoran lentamente.

Hoy me muerden los recuerdos.
Siento la piel de tus gestos.
Tu mirada verde y clara
se posa sobre mi frente
y tus manos artesanas
llenan de rizos mi pelo
rubio como los trigales.
Tú te mirabas en ellos.

Espero cada mañana
con añoranza tu verbo.
Mi alma aún está llena
de la siembra de tu aliento.
Esa fuerza es la mesana
para sostener mi cuerpo.



Añorando a mi madre… Editado por N.A.C.E., este poema ha sido publicado recientemente en la antología poética en homenaje a Luis Natera.

sábado, 26 de diciembre de 2015

El mejor regalo de Navidad

Como millones de niños en todo el planeta, a sus 7 años, Pablo estaba muy ilusionado porque en pocas horas recibiría la visita de Papá Noel. Cuando despertó en la mañana de Navidad y se acercó a revisar el calcetín que, a falta de árbol, estaba colgado en la pared, se puso muy triste al ver que no había ningún regalo para él.
Su padre estaba en el paro desde hacía mucho tiempo y con los ojos llorosos, no sabía cómo explicarle a Luis que ese año Papá Noel tampoco les visitaría. Se fundieron en un abrazo y el niño le preguntó:
—¿Papá Noel también se olvidó de ti?
—No, tranquilo, a mí me ha hecho un presente extraordinario, que eres tú. No estés triste, porque vamos a dar juntos uno de los mejores paseos de tu vida —respondió el padre.
Y así fue. Dirigieron sus pasos a un parque y allí pasaron todo el día, entre juegos y risas. Cuando regresaron a casa, Luis escribió una carta a Papá Noel pidiéndole que cada año le trajese lo mismo, disfrutar de la compañía de su padre sin mirar el reloj y olvidándose de todas las preocupaciones.
Cuando éste fue a darle el beso de buenas noches, leyó la carta y decidió que le dedicaría a Luis, su tiempo y su amor, cada día de su vida… ¡El mejor regalo del mundo!

jueves, 24 de diciembre de 2015

Navidad y «significados»

Árbol de navidad en el salón de un hogar.

Navidad significa nacimiento o natividad. Es la fiesta cristiana más sagrada e importante junto con la Pascua. La Navidad tiene su origen en una familia, la Sagrada Familia. Lo cual hace más sencillo identificarse con sus protagonistas. Tanto desde el punto de vista histórico, como desde una visión antropológica, la Navidad es fiesta de familia porque es en el seno de una familia donde Dios vino al mundo. Igual que es en el seno de una familia donde todos recibimos la vida, donde aprendemos a amarnos y respetarnos.
La Navidad es un recordatorio de cómo debemos amarnos todos los hombres. Es un tiempo para alabar y dar gracias a Dios por todo lo que nos da durante el año (salud, familia, amigos, alegría, ilusión, esperanza…) y que deseamos se repita en el nuevo año que comienza.

sábado, 12 de diciembre de 2015

El síndrome de Solomon

Un grupo de personas reunidas alrededor del fuego.


Formamos parte de una sociedad que tiende a condenar el talento y el éxito ajenos. En esa condena va oculta la envidia, esa mala arpía que corroe a quien la padece, y trata de hacerle la vida imposible a quien cree que le supera.

«La envidia es proteiforme. Sus manifestaciones más comunes son la crítica amarga, la sátira, la diatriba, la injuria, la calumnia, la insinuación pérfida, la compasión fingida, pero su forma más peligrosa es la adulación servil».
Ignacio Manuel Altamirano.

jueves, 10 de diciembre de 2015

La luz de Nelson Mandela

Después de 27 años en la cárcel y ser elegido en 1994 presidente electo de Sudáfrica, Nelson Mandela compartió con el mundo entero uno de sus pensamientos favoritos, escrito por Marianne Williamson:
Nuestro temor más profundo no es que seamos inadecuados. Nuestro temor más profundo es que somos excesivamente poderosos. Es nuestra luz, y no nuestra oscuridad, la que nos atemoriza. Nos preguntamos: ¿quién soy yo para ser brillante, magnífico, talentoso y fabuloso? En realidad, ¿quién eres para no serlo? Infravalorándote no ayudas al mundo. No hay nada de instructivo en encogerse para que otras personas no se sientan inseguras cerca de ti. Esta grandeza de espíritu no se encuentra solo en algunos de nosotros; está en todos. Y al permitir que brille nuestra propia luz, de forma tácita estamos dando a los demás permiso para hacer lo mismo. Al liberarnos de nuestro propio miedo, automáticamente nuestra presencia libera a otros.
Haz como Nelson, comparte luz y no vayas, llevado de tu envidia, apagando la luz de los demás.

martes, 8 de diciembre de 2015

Frases sobre el amor

Las grandes cosas crecen en silencio.

Hay que demostrar con obras lo que se cree con el corazón.

Si engañas a alguien, pierdes unos de los tesoros más grande de la vida. Pierdes la capacidad para confiar y sin confianza, el amor es imposible.

La pasión no necesariamente significa amor, por ello es mejor que predomine el amor en tu vida, porque la pasión puede irse de la misma forma que apareció sin explicación.

¡Qué grande es el amor! Hace ligero todo lo pesado y soporta todo lo difícil; lleva el peso sin fatiga y todo lo amargo lo vuelve sabroso. Tomás de Kempis.

El amor de Dios y el amor al prójimo son dos hojas de una puerta que sólo pueden abrirse y cerrarse juntas. Sören Kierkegaard.

Amar es desear a los demás todo lo bueno; y no por amor a nosotros mismos, sino por amor a los demás. Aristóteles.

La santidad no consiste en saber mucho ni en mucho meditar; la santidad es un secreto: el secreto de mucho amar. Santo Tomás de Aquino.

El amor al prójimo es nuestra medida de nuestro amor de Dios. Edith Estein.

Lo que te quedas para ti, ya lo has perdido. Pero lo que das es tuyo para siempre. Josef Recla.

El amor es la única prueba de que somos auténticos cristianos. Johannes Leppich.

Cuanto más amemos y nos demos, tanto más valor y sentido tendrá nuestra vida. Herman Hesse.

El amor nos enseña todas las virtudes. Plutarco.

Señor, toma este corazón de piedra, y dame un corazón de hombre: un corazón que te ame, un corazón que se alegre en ti, que te imite y que te complazca. San Ambrosio.

Amar es alegrarse con la alegría de los demás. Leibnitz.

Sólo se vive cuando se ama. Claude-Adrien Helvetius.

Dios nos ha dado un solo camino para la vida, y es el amor; un único camino para la felicidad, y es el amor; y un solo camino de perfección, y es también el amor. Iginio Ugo Tarchetti.

Para conseguir la perfección, solo conozco un medio: el amor. Santa Teresa de Lisieux.

El amor es como el fuego; si no se echa leña se apaga. Michail J. Lermontov.

La grandeza de un alma se mide por lo que ama. San Bernardo.

El amor es el único tesoro que se multiplica al dividirlo. Anónimo.

Cuando venga el día del juicio nos preguntarán no por lo que hemos leído, sino por lo que hemos hecho; no por lo que muy bien hemos hablado, sino por lo que religiosamente hemos vivido.
Tomás de Kempis.

La vida sin amor no vale nada. Pero donde hay amor, la vida rebosa sentido. Dietrich Bonhoeffer.

Sólo habremos vivido el tiempo en que hemos amado. Wilhelm Busch.

El que no ama, no conoce a Dios, porque Dios es amor. San Juan Evangelista.

A veces se dice «Dios castiga a los que ama». Pero no es verdad, porque para quienes Dios ama, las pruebas no son castigos, sino gracias. Cura de Ars.

Podemos estar ya ahora con Dios en el cielo; podemos ser felices con él en este preciso instante, si amamos como Él ama, si ayudamos como Él ayuda, si damos como Él da, si servimos como Él sirve. Madre Teresa de Calcuta.

Donde se pronuncia una palabra de amor; donde se hace un acto de caridad, allí Cristo vuelve a resucitar. Ferdinand Ebner.

Vamos hacia Dios, no caminando, sino amando. San Agustín.

Los frutos maduran con el sol; los hombres, gracias al amor. Julius Langben.

Dos son las cosas que hacen madurar al hombre: el amor y el sufrimiento. Johann Messner.

sábado, 5 de diciembre de 2015

Siete frases

Siete frases para mejorar la comunicación con la familia.
Te Amo...
Ningún ser humano puede sentirse realmente feliz hasta escuchar que alguien le diga «te amo». Atrévete a decirlo a los que quieres, a tus padres, a tu cónyuge, a tus hijos, a tus hermanos, si es que nunca lo has hecho, haz la prueba y verás el resultado emocional.
Te Admiro...
En la familia, cada miembro tiene alguna cualidad o habilidad que merece reconocimiento. Todos, en algún momento sentimos la necesidad de que se nos reconozca algún logro o meta alcanzada… Seamos generosos admirando las cualidades de los demás.
Gracias...
Una necesidad básica del ser humano es la de ser apreciado. No hay mejor forma de decir a una persona que es importante lo que hace por nosotros, que expresarle nuestro agradecimiento. Cuando digas ¡gracias!, no lo hagas por quedar bien, hazlo de corazón, con pleno calor humano.
Perdóname, me equivoqué...
Decir esto no es tan fácil, sin embargo, cuando cometas un error que ofenda o perjudique, sé valiente y sensato, aprende a decir con humildad: «¡Perdóname, me equivoqué!», y serás tú el que quedarás en paz.
Ayúdame, te necesito...
Cuando no podemos o no queremos admitir o expresar nuestra fragilidad o necesidad de otros, estamos en un grave problema. No te reprimas, pide ayuda. También son muy importantes las palabras.
¡Debemos hablar...!
No dejes que las relaciones se estropeen por no hacer frente a la realidad de lo que te inquieta. Cuando algo no va bien, dilo. No te niegues a afrontar los malos momentos en los que te has dejado llevar por resentimientos y has hecho daño. ¿Por qué huyes afrontar tu debilidad? Mejor habla… Hablando se aclaran las dudas y se disipan los miedos. Tal vez, desde la sinceridad, muchos problemas y malos entendidos se resolverían con tan sólo sentarse mirándose a los ojos y dejar hablar a los sentimientos. ¡Inténtalo, a ver qué pasa…!
¡Eres especial...!
Es muy importante hacerles saber a tus seres queridos cuanto significan para ti.
«No dejes que se marche lo que de verdad te interesa. El mundo está lleno de personas esperando que regresen quienes dejaron ir, y de personas que no se atreven a regresar, aun queriéndolo. Valora lo que tienes antes de que el tiempo te enseñe a apreciar lo que perdiste».

miércoles, 2 de diciembre de 2015

La princesa de fuego

Hubo una vez una princesa rica, bella y sabia como ninguna. Cansada de pretendientes falsos, hizo publicar que se casaría con quien le llevase el regalo más valioso, tierno y sincero.
El palacio se llenó de obsequios de todas clases. Y, entre ellos, descubrió una piedra. Intrigada hizo llamar a quien se la había regalado. Se trataba de un joven que le dijo:
—Esto es lo más valioso que os puedo entregar. Es mi corazón, duro como una piedra. Sólo cuando se llene de amor será más tierno que ningún otro.
La princesa quedó tan enamorada que no se separaba de la piedra y durante meses llenó de obsequios y atenciones al joven, pero éste seguía siendo duro como la piedra que le había regalado.
Desanimada, un día arrojó la piedra al fuego… Al momento, vio cómo se deshacía la arena que la cubría y de su interior salía una bella figura de oro. Entonces comprendió que ella tendría que ser como el fuego, para separar lo inútil de lo importante.
Y así fue, se propuso cambiar su reino acabando con lo innecesario: las joyas, el lujo y los excesos, y se dedicó a lo esencial, que la gente tuviera alimentos y libros. Todo el mundo estaba encantado con la princesa que, convirtiendo su reino en un mundo mejor, logró que el corazón del joven se ablandara y le hiciera feliz hasta el fin de sus días.

Para tú ser feliz, debes hacer porque los demás sean felices.

lunes, 30 de noviembre de 2015

La hora de la decisión

Un vendedor de caballos llegó a una aldea para venderlos a un precio excelente. Todos compraron, salvo el señor Tom.
Pasado un tiempo llegó a la aldea otro vendedor. Traía caballos excelentes pero a un precio bastante más alto. Esta vez, Tom compró algunos animales.
—No compraste los caballos que eran casi regalados, y ¿ahora los adquieres por casi el doble? —le criticaron sus amigos.
—Aquéllos que eran baratos a mí me resultaban muy caros, pues en aquella época tenía muy poco dinero —respondió Tom—. Estos pueden parecer más caros, pero para mí son baratos, ya que ahora tengo dinero más que suficiente para comprarlos.

Cada uno sabe sus cosas y toma las decisiones apropiadas a cada circunstancia.

viernes, 27 de noviembre de 2015

El error más grande

El error más grande lo cometes cuando, por temor a equivocarte te equivocas dejando de arriesgar en el viaje hacia tus objetivos.
No se equivoca el río cuando, al encontrar una montaña en su camino, retrocede para seguir avanzando hacia el mar; se equivoca el agua que por temor a equivocarse se estanca y se pudre en la laguna.
No se equivoca la semilla cuando muere en el surco para hacerse planta; se equivoca la que por no morir bajo la tierra renuncia a la vida.
No se equivoca el hombre que ensaya distintos caminos para alcanzar sus metas; se equivoca aquel que por temor a equivocarse no actúa.
No se equivoca el pájaro que ensayando su primer vuelo cae al suelo; se equivoca aquel que por temor a caerse renuncia a volar permaneciendo en el nido.
No se equivoca la persona que mirándote a los ojos te dice la verdad; se equivoca el prepotente que por no rectificar sigue errando.
Pienso que se equivocan aquellos que no aceptan que ser hombre es buscarse a sí mismo cada día, y aceptar que no siempre actúan sacando lo mejor de sí.
Creo que al final del camino no te premiarán por lo que crees que has conseguido, sino por aquello que hayas hecho honestamente.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Preciosa amistad

—Mi amigo no ha regresado del campo de batalla, Señor. Solicito permiso para ir a buscarlo —dijo un soldado a su teniente.
—Permiso denegado soldado —replicó el oficial—. No quiero que arriesgue usted su vida por un hombre que probablemente ya esté muerto.
El soldado haciendo caso omiso salió, y una hora más tarde regresó mortalmente herido transportando el cadáver de su amigo. El oficial estaba furioso:
—¡Ya le dije yo que había muerto! ¡Ahora he perdido a dos hombres! Dígame, ¿valía la pena ir allá para traer un cadáver?
A lo que el soldado moribundo responde:
—¡Claro que sí señor! Cuando lo encontré todavía estaba vivo y pudo decirme: «Estaba seguro que vendrías».

El amor de la amistad es una fuerza inquebrantable.

sábado, 21 de noviembre de 2015

Democracia y cambios sociales

Entierro del dictador Franco.

Se cumplen cuarenta años del cambio del régimen totalitario a la democracia… Cada época tiene su tiempo, sus luces y sombras y cada cual juzga los tiempos según le fue. España estuvo cuarenta años bajo una dictadura, muchos inocentes pasaron miedo y sufrieron hambre y miserias por culpa de la contienda. Penas y privaciones en la que muchísima gente lo pasó verdaderamente mal, pero también muchos no tuvieron de qué quejarse. La mayor queja venía por tanta pobreza y por la falta de libertades, pero paradójicamente se vivía libre con las puertas abiertas, porque el respeto era uno de los pilares de la convivencia.

jueves, 19 de noviembre de 2015

El mayor lujo

Al lado del monasterio de Ibak vivía un sabio sufí, excelente negociante que había acumulado una gran riqueza.
Un visitante del monasterio al ver los altísimos costos de los trabajos de renovación del templo dijo para quien le quisiera escuchar:
—¡He aquí que los caminos de la sabiduría se transforman en la senda de la riqueza! He encontrado a alguien que dice buscar la verdad y sin embargo está podrido de dinero.
Las palabras llegaron a oídos del sabio. Cuando le preguntaron qué tenía que decir, comentó:
—Pensaba que lo tenía todo y acabo de descubrir que me faltaba una cosa. Ahora sé que soy realmente un hombre rico, pues he conseguido un lujo más sofisticado.
—¿Y cuál es ese lujo más sofisticado? —quiso saber uno de los monjes.
—Ver a alguien que tiene envidia de ti.

lunes, 16 de noviembre de 2015

Cómo se escribió el libro Tao Te King

¿Cómo se escribió uno de los libros más importantes del mundo? En el año vigésimo tercero del reinado de Zhao, Lao Tse percibió que la guerra terminaría por destruir el lugar donde vivía. Como había pasado años meditando sobre la naturaleza de la vida, sabía que en ciertos momentos es preciso ser práctico. Entonces tomó la decisión más simple: mudarse de lugar.
Cogió sus pocas pertenencias y partió en dirección a Han Keou. En la puerta de salida de la ciudad encontró un guardia.
—¿Adónde va tan importante sabio? —preguntó el guardia.
—Lejos de la guerra.
—No puede irse así. Me gustaría mucho saber qué fue lo que aprendió en tantos años de meditación. Sólo lo dejaré partir si comparte conmigo lo que sabe.
Nada más que para librarse del guardia, Lao Tse escribió ahí mismo un pequeño librito, cuya única copia le entregó. Después, continuó su viaje, y nunca más se oyó hablar de él.
El texto de Lao Tse fue copiado y recopiado, atravesó siglos, atravesó milenios, y llegó hasta nuestro tiempo. Se llama Tao Te King, está publicado en portugués por varias editoriales, y es una lectura obligada. Aquí va algunas de sus enseñanzas:

Aquel que conoce a los otros es un sabio.
Aquel que se conoce a sí mismo es un iluminado.
Aquel que vence a los otros es fuerte.
Aquel que se vence a sí mismo es poderoso.
Aquel que conoce la alegría es rico.
Aquel que conserva su camino tiene voluntad.
Sé humilde, y permanecerás íntegro.
Inclínate, y permanecerás erguido.
Vacíate, y permanecerás repleto.
Gástate, y permanecerás nuevo.
El sabio no se exhibe, y por eso brilla.
No se hace notar, y por eso es notado.
No se elogia, y por eso tiene mérito.
Y porque no está compitiendo,
nadie en el mundo puede competir con él.

sábado, 14 de noviembre de 2015

Distinguir lo bueno de lo malo

Un panadero quería conocer a Uways, y éste fue a su panadería disfrazado de mendigo. Cogió un pan y empezó a comérselo. El panadero lo golpeó y lo echó a la calle.
—¡Loco! —le dijo un discípulo que llegaba—. ¿No ves que acabas de echar al maestro, a quien querías conocer?
Arrepentido, el panadero salió a la calle y preguntó qué podía hacer para que lo perdonase. Uways le pidió que los invitase a comer a él y a sus discípulos.
El panadero los llevó a un restaurante excelente y pidió los platos más caros.
—Así distinguimos al hombre bueno del hombre malo, dijo Uways a sus discípulos en mitad de la comida. Este panadero es capaz de gastar 10 monedas de oro en un banquete porque soy célebre, pero no puede dar pan para que se alimente un mendigo hambriento.

martes, 10 de noviembre de 2015

Encuentras lo que está en ti

Una historia popular del Cercano Oriente cuenta que un joven llegó al borde de un oasis contiguo a un pueblo y acercándose a un anciano le preguntó:
—¿Qué clase de personas vive en este lugar?
—¿Qué clase de personas vive en el lugar de donde tú vienes? —preguntó a su vez el anciano.
—Oh, un grupo de egoístas y malvados —replicó el joven—. Estoy encantado de haberme ido de allí.
A lo cual el anciano contestó:
—Lo mismo vas a encontrar aquí.
Ese mismo día otro joven se acercó a beber agua al oasis y viendo al anciano, preguntó:
—¿Qué clase de personas vive en este lugar?
El viejo respondió con la misma pregunta:
—¿Qué clase de personas vive en el lugar de donde tú vienes?
—Un magnífico grupo de personas honestas, amigables, hospitalarias, me duele mucho haberlos dejado.
—Lo mismo encontrarás aquí —respondió el anciano.
Y un hombre que lo había escuchado todo preguntó al viejo:
—¿Cómo es posible dar dos respuestas diferentes a la misma pregunta? A lo cual el viejo respondió:
—Cada cual lleva en su corazón el medio ambiente donde vive. Aquel que no encontró nada nuevo en los lugares donde estuvo no podrá encontrar otra cosa aquí. Aquel que encontró amigos allá, podrá encontrar también amigos aquí, porque, a decir verdad, tu actitud mental es lo único en tu vida sobre lo cual puedes mantener control absoluto.

Así sucede. Siempre que tengas una actitud positiva hallarás la verdadera riqueza de la vida. Si miras dentro de ti sabrás que posees una gran fortaleza para entregar, y para descubrir todas las cosas buenas en los demás. ¡Qué siempre encuentres un oasis de paz!

lunes, 9 de noviembre de 2015

Quién agarra a quién

Un estudiante de Zen se quejaba de que no podía meditar, porque sus alocados pensamientos no se lo permitían. Habló de esto con su maestro diciéndole:
—Maestro, los pensamientos y las imágenes mentales no me dejan meditar; cuando se van unos segundos, luego vuelven con más fuerza. No consigo que me dejan en paz.
El maestro le dijo que esto dependía de él mismo y que dejara de cavilar. No obstante, el estudiante seguía lamentándose de que los pensamientos no le dejaban en paz y que su mente estaba confusa. Cada vez que intentaba concentrarse, todo un tren de pensamientos inútiles y triviales irrumpían en su cabeza.
El maestro entonces le dijo:
—Bien. Aferra esa cuchara y tenla en tu mano… Ahora siéntate y medita.
El discípulo obedeció. Al cabo de un rato el maestro le ordenó:
—¡Deja la cuchara!
El alumno así lo hizo y la cuchara cayó al suelo. Miró a su maestro con estupor y éste le preguntó:
—Ahora dime quién agarraba a quién, ¿tú a la cuchara o la cuchara a ti?
Obviamente, si queremos, conseguimos lo que nos proponemos.

sábado, 7 de noviembre de 2015

Guijarros y diamantes

Una noche, un grupo de nómadas estaban acampados en el desierto dispuestos a descansar, tras una dura jornada a lomos de sus camellos. Pero un extraño fenómeno los interrumpió: una intensa luz apareció en el cielo y a continuación, una voz sobrehumana se dirigió a ellos en estos términos:
—Reunid todos los guijarros que encontréis por el suelo y guardadlos en vuestras alforjas. Caminad, y al anochecer os sentiréis contentos y a la vez tristes.
Cuando la presencia divina volvió a hacerse invisible, los nómadas se miraron entre sí, decepcionados y enojados por lo que había ocurrido, ya que esperaban una revelación que les ayudara a crear riqueza, salud y bienestar para todo el mundo. En cambio, les había hecho un encargo sin aparente importancia y al que no hallaban sentido. No obstante, le hicieron caso y cogieron algunas piedrecillas.
A la noche siguiente, descubrieron que los guijarros se habían convertido en diamantes y se alegraron de ello, pero también estaban tristes por no haber recogido mayor cantidad.

Así es la vida, está llena de cosas que parecen carentes de sentido, como un saludo, un beso, una apretón de manos, unas gracias…, pero realmente son tan valiosos como diamantes.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

El arte de aprender

En cierta ocasión, un joven entro en un bosque para cazar y se perdió. Paso mucho tiempo intentando encontrar un camino para salir de allí, hasta que se encontró con un anciano. El joven se acercó y le preguntó si podía indicarle cómo salir del bosque, y el anciano le explicó que llevaba treinta y cinco años perdido en ese bosque. Al oír aquello el joven comento:
—Entonces no es necesario que le pregunte por dónde se sale.
Y el anciano le respondió:
—Bueno, tal vez no sepa por dónde se sale pero sí sé por dónde no se sale… y eso te puede ahorrar treinta y cinco años de búsqueda.

Siempre es posible aprender cualquier cosa de los demás y de ti mismo, unas veces aprendemos lo que hay que hacer y otras lo que no hay que hacer, pero siempre de cualquier vivencia debemos de extraer un aprendizaje. El inteligente aprende de sus propios errores, el obstinado, nunca.

martes, 3 de noviembre de 2015

Cuando yo me vaya

Cuando yo me vaya, no quiero que llores,
quédate en silencio, sin decir palabras,
y vive recuerdos, reconforta el alma.

Cuando yo me duerma, respeta mi sueño,
por algo me duermo; por algo me he ido.

Si sientes mi ausencia, no pronuncies nada,
y casi en el aire, con paso muy fino,
búscame en mi casa,
búscame en mis libros,
búscame en mis cartas,
y entre los papeles que apurado he escrito.

Ponte mis camisas, mi sweater, mi saco
y puedes usar todos mis zapatos.

Te presto mi cuarto, mi almohada, mi cama,
y cuando haga frío, ponte mis bufandas.
Te puedes comer todo el chocolate
y beberte el vino que dejé guardado.
Escucha ese tema que a mí me gustaba,
usa mi perfume y riega mis plantas.

Si tapan mi cuerpo, no me tengas lástima,
corre hacia el espacio, libera tu alma,
palpa la poesía, la música, el canto
y deja que el viento juegue con tu cara.
Besa bien la tierra, toma toda el agua
y aprende el idioma vivo de los pájaros.

Si me extrañas mucho, disimula el acto,
búscame en los niños, el café, la radio
y en el sitio ése donde me ocultaba.

No pronuncies nunca la palabra muerte.
A veces es más triste vivir olvidado
que morir mil veces y ser recordado.

Cuando yo me duerma,
no me lleves flores a una tumba amarga,
grita con la fuerza de toda tu entraña
que el mundo está vivo y sigue su marcha.

La llama encendida no se va a apagar
por el simple hecho de que no esté más.

Los hombres que «viven» no se mueren nunca,
se duermen de a ratos, de a ratos pequeños,
y el sueño infinito es sólo una excusa.

Cuando yo me vaya, extiende tu mano,
y estarás conmigo sellada en contacto,
y aunque no me veas,
y aunque no me palpes,
sabrás que por siempre estaré a tu lado.

Entonces, un día, sonriente y vibrante,
sabrás que volví para no marcharme.

Poema, pensamientos de Carlos Alberto Boaglio.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Tierra, ceniza, polvo


Tierra a la tierra.
Ceniza a la ceniza.
Polvo al polvo.

Un día me moriré
nadie llorará en mi caja.
Mi cuerpo estará amarillo
porque me quedé sin alma.

El cirio se va apagando
hasta agotar su vida.
Su luz sigue aquí presente.
Recuerdos de luchas compartidas.
Quedará la memoria de mi nombre.
Mi existencia acabará sin despedidas.
A los que me quieren no les dejo solos:
Siempre formaré parte de sus vidas.
Los corazones tiemblan desfallecidos
pensando que nos convertimos en ceniza.
Ya no se estremecen los cuerpos.
El espíritu nos libera de las prisas.
No estén tristes por mi ausencia.
Estaré de viaje y será largo en el tiempo.
Sé que nos encontraremos algún día…
¡Por fin felices sin sufrimiento!
Ruego que perdonen mis ofensas,
no quiero caminar en la oscuridad.
Me precede la dicha de los santos.
La gloria de su amor deseo gozar.

No quisiera huir entre las sombras.
Eternamente… Amor y paz.

martes, 27 de octubre de 2015

El mal de Caín

Una mujer observa en la oscuridad.


«La envidia es un buitre que se alimenta de sus propias entrañas». Ignacio Manuel Altamirano.

La envidia es la peor lacra que se puede padecer. Es tan devastadora que su mal deja heridas irreparables. Pero sufrir sus consecuencias es lo más doloroso que te puede pasar.

Hoy toca hablar de nuevo sobre la envidia cochina, esa que arrasa con todo lo bueno y mata como Caín, pero para hablar de la envidia nadie mejor que los psiquiatras y psicólogos que han estudiado los entresijos del cerebro y sus comportamiento.

Y sobre ese tema, el pasado día 19 en el digital elmundo.es, los psicólogos, Isabel Serrano Rosa y Jesús María Martínez de Salazar, bajo el título «Arrincone la envidia, ese mal tan español», nos hablan sobre la envidia y los envidiosos, y dan pautas para salir de esa espiral destructiva. Transcribo textualmente:

lunes, 26 de octubre de 2015

Sentimientos quebrados

Una mujer reflexiona en una cafetería.


Los sentimientos están vinculados a la dinámica cerebral, se trata de impulsos de la sensibilidad hacia aquello imaginado como positivo o negativo, y entendiendo que los humanos actuamos por sentimientos, podemos entender, el por qué a veces nos sentimos tan quebrados…

Sentimientos es igual a sentir emociones. Las emociones despiertan sentimientos y éstos, con el tiempo, van cambiando por sí mismos influenciados por los avatares de la vida. Si somos intuitivos o filosóficos, sanguíneos o melancólicos, probablemente eso siga siendo igual. Nuestro alcance puede expandirse, pero nuestro temperamento y nuestra personalidad probablemente continúen siendo los mismos.

domingo, 18 de octubre de 2015

El estrés

Había una vez un granjero muy preocupado y extremadamente atareado porque se le escapaban cada día muchas gallinas de su corral. Se pasaba el día persiguiéndolas y no tenía ni un solo segundo para sentarse y descansar. Cierto día, un señor que pasaba por allí, al verlo tan atareado corriendo tras las gallinas le dijo:
—Perdone un minuto, ¿sabe que tiene un agujero en la valla y por ahí es por donde se le escapan las gallinas?
—Ya lo sé, ¿y qué quiere que haga? —le contesto el granjero.
—Hombre, ¡lo lógico sería que arreglase el agujero de la valla!
—Ya lo sé, pero es que no tengo tiempo de arreglarlo, ¿o es que no se da cuenta que me paso todo el día persiguiendo a las gallinas?

Todos conocemos a alguien que siempre está atareado quejándose de lo mucho que tiene por hacer y el poco tiempo del que dispone para hacerlo, personas que no disfrutan de la vida porque se sienten estresadas. Pero, este tipo de personas suelen vivir confundidos creyendo que su situación de estrés es consecuencia de lo productivos que son, nada más lejos, son como la noria que da vueltas sobre sí misma.

viernes, 16 de octubre de 2015

Piedras

Un experto asesor de empresas en Gestión del Tiempo quiso sorprender a los asistentes a su conferencia. Sacó de debajo del escritorio un frasco grande de boca ancha. Lo colocó sobre la mesa junto a una bandeja con piedras del tamaño de un puño y preguntó:
¿Cuántas piedras piensan que caben en el frasco?
Después de que los asistentes hicieran sus conjeturas, empezó a meter piedras hasta que llenó el frasco. Luego preguntó:
¿Está lleno?
Todo el mundo lo miró y asintió. Entonces sacó de debajo de la mesa un cubo con gravilla. Metió parte de la gravilla en el frasco y lo agitó. Las piedrecillas penetraron por los espacios que dejaban las piedras grandes. El experto sonrió con ironía y repitió:
¿Está lleno?
Esta vez los oyentes dudaron:
Tal vez no.
¡Bien!
Y puso en la mesa un cubo con arena que comenzó a volcar en el frasco. La arena se filtraba en los pequeños recovecos que dejaban las piedras y la grava.
¿Está bien lleno? —preguntó de nuevo.
¡No! —exclamaron los asistentes.
Bien —dijo, y cogió una jarra de agua de un litro que comenzó a verter en el frasco.
El frasco aún no rebosaba.
Bueno, ¿qué hemos demostrado? —preguntó.
Un alumno respondió:
Que no importa lo llena que esté tu agenda, si te lo propones, puedes hacer que quepan más cosas.
¡No! 
Concluyó el experto:
Lo que esta lección nos enseña es que si no colocas las piedras grandes primero, nunca podrás colocarlas después. ¿Cuáles son las piedras grandes en tu vida, lo más importante? ¿Tus hijos, tus amigos, tus sueños, tu salud, la persona amada?, ¿o es tu trabajo, tus reuniones, tus viajes de negocio, el poder y el dinero? La elección es tuya. Una vez decidas tus prioridades…, pon esas piedras primero y el resto encontrará su lugar.

martes, 13 de octubre de 2015

Las siete maravillas

En clase de Geografía, el grupo estudiaba las Siete Maravillas del Mundo. Al término de la clase se les pidió que hicieran una lista de las que ellos consideraban las Siete Maravillas. A pesar de algunos desacuerdos la mayoría votó por lo siguiente:
LAS PIRÁMIDES DE EGIPTO.
EL TAJ MAHAL DE LA INDIA.
EL GRAN CAÑÓN DE ARIZONA.
EL CANAL DE PANAMÁ.
EL EMPIRE STATE DE NUEVA YORK.
LA BASÍLICA DE SAN PEDRO EN ROMA.
LA MURALLA CHINA.
Mientras votaban, el maestro notó que una estudiante permanecía callada y no había entregado aún su lista. Así que le preguntó si tenía algún problema para hacer su elección.
La joven tímidamente respondió:
—Sí, no puedo decidirme pues son tantas las maravillas.
El maestro, le dijo:
—Bueno, dinos lo que has escrito, tal vez podamos ayudarte.
—Creo que las Siete Maravillas más importantes de este mundo son:
PODER TOCAR…
PODER SABOREAR…
PODER VER…
PODER ESCUCHAR…
PODER SENTIR…
PODER REIR…
PODER AMAR.
Todos los presentes quedaron en absoluto silencio, nadie supo qué contestar.

Las maravillas del mundo no hay que buscarlas lejos, están a tu alcance…

viernes, 9 de octubre de 2015

Las estaciones

Un hombre que tenía cuatro hijos quería que aprendieran a no juzgar las cosas rápidamente y se le ocurrió enviarlos, por turnos, a ver un peral que estaba a una gran distancia.
El primer hijo fue en invierno, el segundo en primavera, el tercero en verano y el más joven en otoño. Cuando todos hubieron regresado, el padre los llamó y les pidió que le describieran lo que habían visto.
El primogénito explicó que el árbol era horrible, parecía seco y estaba sin hojas; el segundo comentó que no era verdad, que él lo había visto con finos brotes verdes y lo encontró lleno de promesas; el tercero no estuvo de acuerdo y aseguró que tenía muchas flores, que desprendían un dulce aroma y que era muy hermoso. Por último, el pequeño explicó que el árbol estaba cargado de frutos y con muchas hojas, algunas de las cuales empezaban a caer, pero pleno de vida.
Entonces, el padre les dijo que todos tenían razón, pero que su impresión era parcial porque sólo habían visto el árbol en una de las estaciones de su vida, y añadió:
—No debéis juzgar al árbol o a una persona teniendo sólo en cuenta una parte de su existencia. Así que no podéis daros por vencidos en el invierno ya que eso no os dejará ver la promesa de la primavera, la belleza del verano y la satisfacción del otoño.

miércoles, 7 de octubre de 2015

El televisor

Mientras oraba antes de acostarse, un niño pidió con devoción:
—Señor, esta noche te pido algo especial; conviérteme en un televisor. Quisiera ocupar su lugar para recibir todas las atenciones y consideraciones de esta casa. Es decir, tener un cuarto especial para mí y reunir a todos los miembros de la familia a mí alrededor. Deseo ser tomado en serio cuando hablo. Convertirme en el centro de atención y ser aquel al que todos quieren escuchar sin interrumpirlo ni cuestionarlo. Quisiera sentir el cuidado especial que recibe la tele cuando algo no funciona. Y tener la compañía de mi papá cuando llega a casa aunque esté cansado del trabajo, y que mi mamá me busque cuando esté sola y aburrida, en lugar de ignorarme. Y que mis hermanos se peleen por estar conmigo, y poder divertirlos a todos. La tele es el centro de la casa y quisiera vivir la sensación de que dejen todo por pasar unos momentos a mi lado. ¡Señor, no te pido mucho. Sólo vivir lo que vive cualquier televisor. Sólo eso!

Verdaderamente, el televisor ha barrido con la comunicación familiar, los diálogos no van más allá del sí, no, vale…

martes, 6 de octubre de 2015

El león y los tres bueyes

Hace tiempo inmemorial, habían tres bueyes que eran tan amigos que siempre salían a pastar juntos y así permanecían todo el día. En la misma colina vivía un león hambriento que sólo deseaba hincarles el diente. Pero como eran una piña, resultaba imposible atacarlos sin salir malherido del enfrentamiento.
Transcurrieron unos días y, por fin, el león creyó haber encontrado el plan perfecto para separar a los tres bueyes y lograr su propósito. Se dedicó a contarles, uno por uno, mentiras e infundios sobre los otros con el único y perverso fin de enemistarlos. Y tan persuasivo fue el felino que, al día siguiente los bueyes salieron a pastar por separado, desconfiando unos de otros sin comprobar, si lo que aseguraba el león sobre ellos era cierto o no.
Cuando el león llegó al prado donde pastaban y vio que estaban separados por centenares de metros, se sintió triunfante porque había conseguido su objetivo y osando atacarlos, sin demasiado esfuerzo les dio muerte. Si los bueyes hubieran permanecido ajenos a las habladurías, haciendo oídos sordos a las opiniones falsas sobre sus amigos, seguirían fuertes en su unión y aún estarían vivos. Porque la unión hace la fuerza y la discordia la debilita.

lunes, 5 de octubre de 2015

Elección

Ángel era el tipo de persona que uno no puede dejar de amar. Siempre estaba de buen humor y tenía buenas palabras para todo el mundo. Era un motivador natural. Si alguien tenía un mal día, ahí estaba él para animar y ver el lado positivo de la situación. Su estilo realmente me causaba curiosidad, así que un día le pregunté:
—Cómo es posible ser una persona positiva todo el tiempo. ¿Cómo lo haces? 
Y él respondió:
Cada vez que sucede algo malo, me digo a mi mismo; Ángel, tienes dos opciones, puedes escoger entre ser víctima o aprender y resolver, pues elijo aprender. La vida es una escuela, cada vez que alguien se queja puedo aceptar su queja o puedo ensenarle el lado positivo de los problemas. Verdaderamente, los momentos duros de la vida son los que nos ponen a prueba y nos ayudan a fortalecernos. La elección que hagamos en cada circunstancia, van a determinar el resultado. Mi elección siempre va a ser, intentar resolver y avanzar.

viernes, 2 de octubre de 2015

Hermosas respuestas de Gandhi

¿Cuál es el día más bello? HOY
¿La cosa más fácil? EQUIVOCARSE
¿El obstáculo más grande? EL MIEDO
¿El mayor error? ABANDONARSE
¿La raíz de todos los males? EL EGOÍSMO
¿La distracción más bella? EL TRABAJO
¿La peor derrota? EL DESALIENTO
¿Los mejores profesores? LOS NIÑOS
¿La primera necesidad? COMUNICARSE
¿Lo que hace más feliz? SER UTIL A LOS DEMÁS
¿El misterio más grande? LA MUERTE
¿El peor defecto? EL MAL HUMOR
¿La persona más peligrosa? LA MENTIROSA
¿El sentimiento más ruin? LA ENVIDIA
¿El regalo más bello? EL PERDÓN
¿Lo más imprescindible? EL HOGAR
¿La ruta más rápida? EL CAMINO RECTO
¿La sensación más grande? LA PAZ INTERIOR
¿El resguardo más eficaz? EL OPTIMISMO
¿La mayor satisfacción? EL DEBER CUMPLIDO
¿Las personas más necesarias? LOS PADRES
¿La cosa más bella de la vida? EL AMOR
¿El mejor refugio? DIOS

miércoles, 30 de septiembre de 2015

Miedo

Muchas veces sentimos miedo de lo que podríamos ser capaces de hacer, y de lo que podrían pensar si lo intentamos. Dejamos que nuestros temores se apoderen de nuestras esperanzas. Decimos que no cuando queremos decir que sí, nos callamos cuando queremos gritar y gritamos cuando deberíamos cerrar la boca. ¿Por qué? Después de todo sólo vivimos una vez, no dejemos que el miedo se apodere de nuestro tiempo. Atrévete a realizar tus sueños y no te conformes con ser uno más. Nadie te ata ni te obliga… Sé tú mismo.
Muchas veces creemos en el destino y esperamos que las cosas pasen y nos olvidamos de lo más importante… ¡creer en nosotros mismos!
Nos conformamos en vez de arriesgar sin pensar, que cada día que pasa nunca volverá. Nada está escrito, nada está hecho, pues inténtalo, porque tus cualidades solo las podrás desarrollar tú.
Tenemos el poder cuando estamos decididos y convencidos, no hay obstáculo capaz de imponerse cuando de verdad queremos algo. Si queremos podemos llegar alto y hacer lo que sea. Sólo hay que proponérselo. Sólo falta que pierdas el miedo y tomes la mejor decisión.

¡Que el miedo no te paralice!

martes, 29 de septiembre de 2015

El burro de Hakim

Hakim era un vendedor de sal en la antigua Bagdad y cada día iba al mercado con dos sacos que cargaba su burro. Un caluroso día al atravesar el río Tigris, el animal tropezó y se cayó al agua. Al salir Hakim vio que mucha sal se había disuelto y que la carga era, por tanto, más ligera para el burro. A partir de entonces le fue imposible evitar que cada vez que hacían el viaje el animal se metiera en el río arruinando parte de la carga. La situación se hizo insostenible porque sus ingresos empezaron a disminuir.
Ante este terrible problema, Hakim pensó en vender el burro y cambiar el medio de transporte, cosa que su familia no entendería porque el animal era parte de la familia; incluso, se planteó cambiar de trabajo. Al final se le ocurrió hacer una prueba. Cargó al burro como siempre y como de costumbre el animal acabó en el agua, pero esta vez lo que llevaba no era sal sino sacos de arena, de manera que cuando el burro intentó salir del río comprobó que los sacos pesaban mucho más. Así que, desde entonces el burro no volvió a zambullirse.

Y es que en situaciones difíciles la solución no está siempre en deshacerte de lo que causa el problema, sino mover adecuadamente algunas piezas y utilizar el ingenio.

viernes, 25 de septiembre de 2015

Pensamientos de vida

Le preguntaron a Mahatma Gandhi cuáles son los factores que destruyen al ser humano. Él respondió así:

La Política sin principios.
El Placer sin compromiso.
La Riqueza sin trabajo.
La Sabiduría sin carácter.
Los Negocios sin moral.
La Ciencia sin humanidad
y la Oración sin caridad.

La vida me ha enseñado que la gente es amable, si yo soy amable;
que las personas están tristes, si yo estoy triste;
que todos me quieren, si yo los quiero;
que todos son malos, si yo los odio;
que hay caras sonrientes, si yo les sonrío;
que hay caras amargas, si yo estoy amargado;
que el mundo está feliz, si yo soy feliz;
que la gente es enojona, si yo soy enojón;
que las personas son agradecidas, si yo soy agradecido…

La vida es como un espejo… Si sonrío, el espejo me devuelve la sonrisa. O sea, que la actitud que tome frente a la vida es la misma que la vida tomará ante mí.

¡EL QUE QUIERA SER AMADO, QUE AME!

lunes, 21 de septiembre de 2015

Historia de una princesa

Una princesa inteligente y hermosa, hija única del Emperador de China, vivía en el palacio real rodeada de una corte espléndida. Cuando le tocó casarse, de acuerdo con su padre decidió escoger esposo entre todos los jóvenes súbditos del imperio. Quería el hombre más hermoso, más valiente y más extraordinario de todo el imperio.
Se enviaron mensajeros a todos los rincones del país. Los jóvenes que creían reunir las cualidades requeridas deberían presentarse en el palacio en un día señalado.
En una lejana provincia del imperio vivía un hombre muy hábil; no era hermoso, sus rasgos duros revelaban claramente que era cruel y malvado, desconfiado y calculador. Era efectivamente un ladrón y asesino mas quería a toda costa someterse a la selección y se le ocurrió una idea para poder participar. Encargó al mejor fabricante de máscaras de China, una que expresara la máxima belleza.
En aquellos tiempos el arte de hacer máscaras estaba en su apogeo y el mismo ladrón quedó asombrado del resultado. En vez del rostro cruel y duro, sus rasgos eran gracias a la máscara, los de un hombre a la vez dulce y noble. Expresaban poder y dignidad, fortaleza y honradez, amor y servicio, ternura y alegría, así que no le resultó difícil quedar seleccionado.
Al verlo la princesa quedó impresionada, sin dudarlo lo escogió. Pero delicada como era, no quería obligar a nadie a ser su esposo a la fuerza. Lo llamó aparte. Nuestro hombre enmascarado se encontró frente a un dilema: ¿qué hacer?, decir que no a la princesa era denunciarse a sí mismo y ser ejecutado. Si se casaba sucedería lo mismo. Maldijo el día en que se le ocurrió lo de la máscara y se sintió confuso y entristecido. Pero un día le vino a la mente una idea: pedirle el plazo de un año para reflexionar. A la princesa esto le agradó sobremanera y aceptó. Aquel hombre demostraba prudencia e inteligencia. ¡Qué situación la de aquel hombre! No podía escapar.
Conocido en todas partes como el hombre más hermoso del imperio le tocó representar su personaje. Debía de ser valiente y cuidar cada palabra que pronunciara, mostrarse lleno de elegancia y delicadeza. Aprendió la bondad y generosidad que todos leían en su rostro. Comenzó a ser compasivo y piadoso, ayudaba y consolaba a los tristes, pero veía bien clara la diferencia entre su máscara y su corazón… ¡Imposible olvidar quién era! ¡Cuánta lucha… Cuánta tensión. Cuánta energía tenía que desplegar para desempeñar su papel de impostor! Su corazón se consumía. Cuando la gente agradecía su proceder o le hacían alabanzas se sentía muy incómodo. Se horrorizaba de lo fácil que resultaba engañar a la gente, en aparentar sin ser.
El peor momento fue el de volver a ver a la princesa, su prometida. Decidió decirle toda la verdad y asumir las consecuencias, las que fuesen. Arrepentido se echó por tierra y lloró contándole su engaño:
—Soy un bandido y me hice esta máscara con la intención de pasear por el interior de este palacio y para contemplar a la princesa más famosa entre todas las mujeres del imperio. ¡Cuánto siento haber retrasado, durante un año, sus planes de matrimonio!
La princesa se enfadó mucho pero, se sintió picada por la curiosidad: «¿Qué tipo de hombre se ocultaba bajo aquella máscara?» Y le dijo entonces:
—Me engañaste, pero te pediré un favor y luego te dejaré marchar… ¡Quítate la máscara para poder ver tu verdadero rostro y después, desapareces!
Temblando de miedo el hombre se fue quitando la máscara. Los ojos de la princesa estaban fijos y expectantes al asombro. De pronto, con voz segura sin ocultar su enojo le dijo:
—¿Por qué me has engañado? ¿Por qué llevas una máscara que reproduce exactamente tu verdadero rostro?
El impostor, confuso y aturdido negaba con la cabeza, pues de su boca no lograba salir ni una palabra. La princesa mandó acercarle un espejo. ¡Era cierto! Su rostro había cambiado. Llevaba un año entero luchando y sufriendo por ser como su máscara, pero sin darse cuento lo había conseguido y se había transfigurado.
Su rostro se había identificado con su máscara y había llegado a convertirse en lo que intentaba ser. Y aquel hombre transformado, fue el mejor esposo y el mejor Emperador de la China que los siglos conocieron.

viernes, 18 de septiembre de 2015

Los dos sacos

Hay una antigua leyenda acerca de tres hombres, cada uno cargaba dos sacos sujetos a sus cuellos, uno al frente y el otro a la espalda. Cuando al primero de ellos le preguntaron que había en sus sacos, él dijo:
—Todo cuanto de bueno me ha dado la vida y mis amigos se halla en el saco de atrás, fuera de la vista, algo olvidado. El saco de enfrente contiene todas las cosas desagradables que me han sucedido y con frecuencia me detengo y dirijo mis pensamientos a todos y cada uno de los acontecimientos para poder examinar con detenimiento los pro y los contra de lo acontecido.
Este hombre, como consecuencia a estar siempre deteniéndose para reflexionar sobre las cosas desafortunadas que le habían sucedido en el pasado, no lograba avanzar.

Cuando al segundo hombre le preguntaron qué era lo que llevaba en sus dos sacos, él respondió:
—En el saco de delante están todas las buenas acciones que he hecho. Las llevo delante de mí y continuamente las saco y las exhibo para que todo mundo las vea. Mientras que el saco que llevo atrás contiene todos mis errores. Los llevo a donde quiera que voy. Es mucho lo que pesan y no me dejan avanzar con rapidez, pero por alguna razón no puedo desprenderme de ellos.

Y al preguntarle al tercer hombre sobre sus sacos, él contestó:
—El saco que llevo a la vista está lleno de maravillosos pensamientos acerca de la gente, los actos bondadosos que han realizado y todo cuanto de bueno he tenido en mi vida. Es un saco muy grande y está repleto, pero no pesa. Su peso es como las velas de un barco «lejos de ser una carga» me ayudan a avanzar. Por otra parte, el saco que llevo a mis espaldas está vacío, pues le he hecho un gran agujero en el fondo, y en él puse todo lo desagradable y lo malo que escuché de los demás así como todo lo malo que a veces pienso acerca de mí mismo. Pues, todo lo negativo se ha escapado por el agujero y se perdieron para siempre, de modo que ya no llevo peso que me haga más penoso el camino.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Exigimos recompesa

Una tarde un pequeño se acercó a su madre que preparaba la cena en la cocina y le entregó una hoja de papel en la que había escrito algo. Después de secarse las manos y quitarse el delantal ella leyó lo que decía la nota:
–Cortar el césped del jardín… 15.00
–Limpiar mi cuarto esta semana… 5.00
–Cuidar de mi hermano… 5.00
–Ir a la panadería… 0.50
–Sacar la basura toda la semana… 2.50
–Libreta con buenas calificaciones… 50.00
–Limpiar el patio… 5.00
–TOTAL ADEUDADO… 83.00
La madre lo miró fijamente mientras él aguardaba expectante. La madre tomó un lápiz y en el reverso de la misma hoja anotó:
–Por llevarte 9 meses en mi vientre y darte la vida… NADA
–Por la alegría y el amor de nuestra familia… NADA
–Por tantas noches de desvelos… NADA
–Por preocuparme y cuidarte cuando enfermas… NADA
–Por comida, ropa y educación… NADA
–Por tomar tu mano y darte apoyo… NADA
Cuando el niño terminó de leer lo que había escrito su madre tenía los ojos llenos de lágrimas. La miró a los ojos y le dijo:
—¡Te quiero mamá…!
Luego tomó el lápiz y escribió con letra muy grande: «TOTALMENTE PAGADO».

Muchas veces los mayores actuamos como niños, pretendiendo recompensa por las buenas acciones que hacemos. Se nos hace difícil entender que la mejor recompensa es el AMOR y para nuestra suerte es totalmente GRATIS.

lunes, 14 de septiembre de 2015

El sol y el viento

El sol y el viento discutían sobre cuál de dos era más fuerte. La discusión fue larga, porque ninguno de los dos quería ceder. Viendo que por el camino avanzaba un hombre, acordaron en probar sus fuerzas contra él.
—Vas a ver —dijo el viento— como con sólo echarme sobre ese hombre desgarro sus vestiduras.
Y comenzó a soplar cuanto podía, pero cuanto más fuerte soplaba el hombre más oprimía su capa y gruñendo contra el viento seguía caminando. El viento encolerizado descargó lluvia y nieve; ni con eso pudo detener al hombre que se aferraba a su capa. Entonces comprendió el viento que no era posible arrancarle la capa.
Sonrió el sol mostrándose entre dos nubes, recalentó la tierra y al hombre que se regocijaba con el dulce calor de su capa. Se la quitó y se la puso sobre el hombro.
—Ya ves —le dijo el Sol al Viento—, con la bondad se consigue más que con la violencia.

viernes, 11 de septiembre de 2015

Dios está presente

Un hombre susurró:
—Dios, habla conmigo.
Y un ruiseñor comenzó a cantar, pero el hombre no oyó. Entonces el hombre repitió:
—Dios, habla conmigo.
Y el eco de un trueno se oyó… mas el hombre fue incapaz de oír. El hombre miró en derredor y dijo:
—Dios, ¡déjame verte!
Y una estrella brilló en el cielo… Pero el hombre no la vio. El hombre comenzó a gritar:
—Dios, muéstrame un milagro.
Y un niño nació… mas el hombre no sintió el latir de la vida. Entonces el hombre comenzó a llorar y a desesperarse:
—Dios, tócame y déjame saber que estás aquí conmigo.
Y una mariposa se posó suavemente en su hombro. El hombre espantó la mariposa con la mano y desilusionado continuó su camino, se sentía solo, triste y con miedo.

Estad atentos, porque Dios se muestra ante nosotros en cada obra de la vida; escucharlo y sentirlo depende de ti, de tu fe en su inmenso Amor.

jueves, 10 de septiembre de 2015

Decidir y ser constantes

En la pequeña escuelita rural había una vieja estufa de carbón muy anticuada. Un chiquito tenía asignada la tarea de llegar al colegio temprano todos los días para encender el fuego y calentar el aula antes de que llegaran su maestra y sus compañeros.
Una mañana, llegaron y encontraron la escuela envuelta en llamas. Sacaron al niño inconsciente más muerto que vivo del edificio. Tenía quemaduras graves en la mitad inferior de su cuerpo y lo llevaron urgente al hospital del condado.
En su cama, el niño horriblemente quemado y semiinconsciente oía al médico que hablaba con su madre. Le decía que seguramente su hijo moriría que era lo mejor que podía pasar, en realidad, pues el fuego había destruido la parte inferior de su cuerpo. Pero el valiente niño no quería morir. Decidió que sobreviviría, y para gran sorpresa del médico, sobrevivió.
Una vez superado el peligro de muerte, volvió a oír al médico decirle a su madre que, dado que el fuego había dañado gravemente las extremidades inferiores de su cuerpo, habría sido mucho mejor que muriera, ya que estaba condenado a ser inválido toda la vida, sin la posibilidad de usar sus piernas.
Una vez más el valiente niño tomó una decisión. No sería un inválido, caminaría, pero desgraciadamente de la cintura para abajo no tenía capacidad motriz. Sus delgadas piernas colgaban sin vida. Finalmente, le dieron de alta. Todos los días su madre le masajeaba las piernas, pero no había sensibilidad ni control, no obstante su determinación de caminar era más fuerte que nunca.
Cuando no estaba en la cama, estaba confinado en una silla de ruedas. Una mañana soleada, la madre lo llevó al patio para que tomara aire fresco. Ese día en lugar de quedarse sentado se tiró de la silla. Se impulsó sobre el césped arrastrando las piernas.
Llegó hasta el cerco de postes que rodeaba el jardín de su casa. Con gran esfuerzo se subió al cerco. Allí, poste por poste, empezó a avanzar por el cerco decidido a caminar. Puso todo su empeño y todos los días repetía el mismo recorrido, hasta dejar una pequeña huella junto al cerco. Nada quería más que darle vida a sus dos piernas.
Por fin, gracias a las oraciones fervientes de su madre y sus masajes diarios, su persistencia férrea y su resuelta determinación, desarrolló la capacidad, primero de pararse, luego de caminar tambaleándose y finalmente caminar sólo hasta correr. Empezó a ir caminando al colegio, después corriendo por el simple placer de correr.
Más adelante, en la universidad formó parte del equipo de carrera sobre pista. Y aun después, en el Madison Square Garden, este joven que no tenía esperanzas de sobrevivir, que nunca caminaría, que nunca tendría la posibilidad de correr, este joven determinado, Glenn Cunningham, llegó a ser el atleta estadounidense que corrió el kilómetro más veloz el mundo.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Sopa de piedras

Un día llegó a un pueblo un viajero que, cansado y hambriento, pidió por las casas algo para comer. Pero todos le decían que no tenían nada. Entonces, el hombre fue a la plaza, sacó de su mochila unas piedras y dijo:
Si tuviera una olla prepararía una sopa de piedras.
Todos empezaron a reírse, pero como sentían mucha curiosidad, le trajeron la olla más grande que encontraron y la pusieron en medio de la plaza. El viajero encendió un fuego, llenó el recipiente de agua y cuando empezó a hervir, puso las piedras. Tomó una cuchara de madera y la probó:
¡Deliciosa! pero estaría más sabrosa si tuviera unas patatas —dijo.
Un anciano le trajo unas de su casa. El hombre probó de nuevo la sopa:
Muy rica, pero si le echara un poco de carne, hasta los ángeles se chuparían los dedos —aseguró.
Una mujer corrió a su casa a buscarla. Y así se repitió con otros ingredientes, como verduras y sal.
Al cabo de un rato el viajero probó otra vez el caldo y exclamó:
¡Creo que es la sopa de piedras más deliciosa que he probado en toda mi vida!
Entonces pidió platos y cucharas y todos los fueron a buscar a sus hogares y hasta trajeron pan y frutas. Luego se sentaron a disfrutar de la sopa. Habían entendido que con la cooperación, aunque sea a pequeña escala, se alcanzan resultados sorprendentes.

lunes, 7 de septiembre de 2015

Gotitas de agua llenas de amor

En un bosque de bambú se desató un gran incendio. Las llamas se alzaban a gran altura, y un pequeño Colibrí al ver la tragedia se fue al río, mojó sus alas y regresó sobre el gran incendio, agitándolas con la intención de apagar el fuego. Incesantemente iba y venía con sus alas cargadas de agua. Los otros animales observaban sorprendidos la actitud de la pequeña ave y le preguntaron:
—Oye, ¿por qué estás haciendo eso? ¿Cómo crees que con esas gotitas de agua puedes apagar un incendio de tales dimensiones? ¡Jamás lo podrás lograr!
El Colibrí con una gran ternura respondió:
—El bosque me ha dado todo, tengo un inmenso amor por él. Yo nací en este bosque que me ha enseñado el valor que tiene la naturaleza. Este bosque me ha dado todo lo que soy y tengo. Este bosque es mi origen y mi hogar, por eso y aunque no lo pueda apagar, si es necesario voy a dejar mi vida lanzando gotitas de agua llenas de amor.
Los otros animales, entendiendo el mensaje del Colibrí, se unieron a la hermosa tarea de salvar el bosque y entre todos lograron apagar el incendio.

Cada acción que con amor y entusiasmo emprendemos se reflejará en un mañana mejor. No escatimemos esfuerzo, porque cada gotita de agua tiene el poder de apagar cualquier fuego.
«No subestimes las gotas, porque millones de ellas forman un océano. Todo acto que con amor realizamos, más tarde o más temprano, regresará a nosotros multiplicado».

viernes, 4 de septiembre de 2015

El amor se multiplica

En un supermercado estaba una madre con su niño pequeño y un señor se acercó sonriente y le dijo:
—La felicito, tiene un niño muy hermoso; se parece a uno de los míos.
—¿Cuántos tiene? —preguntó la joven madre.
—Cuatro —respondió satisfecho el caballero.
—¿Cuatro? ¡Uy! Yo no sabría cómo dividir el amor que le tengo a mi hijo con otros tres.
—Tranquila señora, la vida le enseñará que el amor nunca se divide; el amor se multiplica.

Sí, esa es la riqueza del amor, que suma y multiplica, en lugar de restar y dividir como el odio.

lunes, 31 de agosto de 2015

El ‘Si’ del hombre

Si puedes mantener la cabeza en su sitio cuando todos a tu alrededor
la han perdido y te culpan a ti.
Si puedes seguir creyendo en ti mismo cuando todos dudan de ti,
pero también aceptas que tengan dudas.
Si puedes esperar y no cansarte de la espera;
o si, siendo engañado, no respondes con engaños,
o si, siendo odiado, no incurres en el odio.
Y aun así no te las das de bueno ni de sabio.

Si puedes soñar sin que los sueños te dominen.
Si puedes pensar y no hacer de tus pensamientos tu único objetivo.
Si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso,
y tratar a esos dos impostores de la misma manera.
Si puedes soportar oír la verdad que has dicho
tergiversada por villanos para engañar a los necios.
O ver como se destruye todo aquello por lo que has dado la vida
y remangarte para reconstruirlo con herramientas desgastadas.

Si puedes apilar todas tus ganancias
y arriesgarlas a una sola jugada;
y perder, y empezar de nuevo desde el principio
y nunca decir ni una palabra sobre tu pérdida.
Si puedes forzar tu corazón y tus nervios y tendones,
a cumplir con tus objetivos mucho después de que estén agotados,
y así resistir cuando ya no te queda nada
salvo la voluntad que les dice; ¡Resistid!

Si puedes hablar a las masas y conservar tu virtud.
O caminar junto a reyes, sin menospreciar por ello a la gente común.
Si ni amigos ni enemigos pueden herirte.
Si todos pueden contar contigo, pero ninguno demasiado.
Si puedes llenar el implacable minuto,
con sesenta segundos de diligente labor:
Tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,
y —lo que es más— ¡serás un Hombre, hijo mío!

Rudyard Kipling.

sábado, 8 de agosto de 2015

El saco de plumas

Erase una vez un hombre que había calumniado a uno de sus mejores amigos sin más motivo para ello que la envidia que le tenía por el éxito que había conseguido con sus negocios. Tales fueron los infundios que lanzó sobre él que la ruina acabó pronto con su prosperidad. Pero el maledicente se arrepintió de lo que había hecho y fue a visitar a un sabio, al que le dijo:
Quiero arreglar todo el mal que le he causado a mi amigo. ¿Qué puedo hacer?
A lo que el venerable hombre le respondió:
Toma un saco lleno de plumas y suelta una allá por donde vayas.
Muy contento de que todo se pudiera arreglar de forma tan sencilla, fue soltando plumas y muy pronto el saco quedó vacío. Al día siguiente, volvió a visitar al sabio para avisarle de que ya había terminado, y éste le manifestó:
Eso era lo más fácil. Ahora tienes que volver a llenar el saco con todas las plumas que lanzaste al viento.
Salió de allí triste y desesperanzado, intuyendo lo imposible de su misión. Cuando regresó con el saco vacío, el sabio le dijo:
—Igual de difícil que juntar otra vez todas las plumas lo es evitar que el mal que hiciste siga corriendo de boca en boca. Lo único que puedes hacer es disculparte. Porque errar es de humanos y de sabios, pedir perdón.

viernes, 7 de agosto de 2015

Pidiéndole a Dios

Un niño de 10 años, descalzo y temblando de frío, estaba parado frente al escaparate de una tienda de zapatos.
Una señora al verlo se acercó al niño y le dijo:
—Mi pequeño amigo, ¿qué estás mirando con tanto interés en esa ventana?
La respuesta del niño fue:
—Le estoy pidiendo a Dios que me dé un par de zapatos.
La señora lo tomó de la mano y entraron en la tienda. Le pidió al empleado media docena de calcetines para el niño y preguntó si podía darle un recipiente con agua y una toalla. El empleado le trajo lo que pidió. Ella llevó al niño a la parte trasera de la tienda, le lavó los pies y se los secó. El empleado llegó con los calcetines. La señora le puso un par al niño, le compró unos zapatos, se los puso y en una bolsita le entregó el resto de los calcetines. Le acarició la cabeza y le dijo:
—Mi pequeño amigo… ¡No hay duda de que te sientes mejor ahora!
Cuando ella daba la vuelta para irse, el niño le agarró la mano y mirándola con lágrimas en los ojos le preguntó:
—¿Es usted la esposa de Dios?

jueves, 6 de agosto de 2015

Repostándote

Una vez un Sacerdote estaba dando un recorrido por la Iglesia al mediodía y se quedó cerca del altar para ver quién había venido a orar. En ese momento se abrió la puerta; el sacerdote frunció el entrecejo al ver a un hombre acercándose por el pasillo, estaba sin afeitar desde hacía varios días, vestía una camisa rasgada y tenía el abrigo gastado cuyos bordes se habían comenzado a deshilachar. El hombre se arrodilló, inclinó la cabeza, luego se levantó y se fue.
Durante los siguientes días el mismo hombre, siempre al mediodía, entraba en la Iglesia cargando una maleta, se arrodillaba brevemente y luego volvía a salir. El sacerdote un poco temeroso empezó a sospechar que se trataba de un ladrón, por lo que un día se puso en la puerta de la Iglesia y cuando el hombre se disponía a salir le preguntó:
—¿Qué haces aquí?
El hombre le contestó:
—Trabajo cerca y tengo media hora libre para el almuerzo y aprovecho ese momento para orar. Sólo me quedo un instante ¿sabe?, porque la fábrica queda un poco lejos, así que me arrodillo y digo: Señor, nuevamente vine para contarte cuán feliz me haces cuando me liberas de mis pecados… Yo no sé orar muy bien, pero pienso en Ti todos los días, así que, Jesús, éste es Jim repostándose.
El sacerdote sintiéndose un tonto le dijo a Jim que era muy bienvenido a la Iglesia y que viniera siempre que quisiera.
Cuando Jim se marchó sintió que su corazón de derretía del calor del amor de aquel hombre. Corrió ante el altar, mientras las lágrimas corrían por sus mejillas y repitió a Jesús la plegaria de Jim:
—Sólo vine para decirte, Señor, cuán feliz soy desde que te encontré a través de mis semejantes y te doy gracias porque me liberaste de mis pecados. Tampoco sé muy bien cómo orar, pero pienso en Ti todos los días y aquí estoy, Jesús, repostándome.

miércoles, 5 de agosto de 2015

Cuando vayan mal las cosas

Poema reflexivo de Rudyard Kipling.

Cuando vayan mal las cosas
como a veces suelen ir,
cuando ofrezca tu camino
sólo cuestas que subir,
cuando tengas mucho haber
pero mucho que pagar,
y precises sonreír
aun teniendo que llorar,
cuando ya el dolor te agobie
y no puedas ya sufrir,
descansar acaso debes
pero nunca desistir.

Tras las sombras de la duda,
ya plateadas ya sombrías,
puede bien surgir el triunfo,
no el fracaso que temías,
y no es dable a tu ignorancia
figurarse cuan cercano,
puede estar el bien que anhelas
y que juzgas tan lejano, lucha,
pues por más que en la brega
tengas que sufrir.

¡Cuando todo esté peor,
más debemos insistir!
Si en la lucha el destino te derriba,
si todo en tu camino es cuesta arriba,
si tu sonrisa es ansia satisfecha,
si hay faena excesiva y vil cosecha,
si a tu caudal se contraponen diques,
Date una tregua, ¡pero no claudiques!

«Porque en esta vida nada es definitivo, toma en cuenta que: todo pasa, todo llega y todo vuelve».

R.K.

martes, 4 de agosto de 2015

Los mejor remunerados

Había una vez un rey que quería ir de pesca, pero antes de salir llamó a su pronosticador del tiempo y le preguntó el estado del mismo para las próximas horas. Éste lo tranquilizó diciéndole que podía ir con seguridad pues ese día no llovería. Como la novia del monarca vivía cerca del río y, con intención de verla se vistió con sus mejores galas. Por el camino se encontró con un campesino montado en su burro quien al ver al rey le dijo:
—Majestad, es mejor que vuelva a palacio pues va a llover a cántaros.
El rey, ignorándolo, siguió su camino pensando:
Qué sabrá este tipo si tengo un especialista muy bien pagado que me dijo lo contrario. Mejor sigo adelante.
Y así lo hizo…, pudiendo comprobar quién era el sabio del reino porque, por supuesto, se cumplió el pronóstico del campesino y llovió torrencialmente. El rey se empapó y la novia se río de él al verlo hecho una sopa. Furioso volvió a palacio y despidió a su empleado, pero mandó llamar al campesino y le ofreció el puesto. Sin embargo, éste le dijo:
Señor, yo no entiendo nada del politiqueo, pero si las orejas de mi burro están caídas quiere decir que lloverá.
Entonces el rey contrató al burro.
Pues así fue como comenzó la costumbre de los jefes de Estado de contratar burros como asesores que, desde entonces, tienen los puestos mejor remunerados en los gobiernos.

lunes, 3 de agosto de 2015

El muro en la entrada de la cueva

Dicen que una vez un hombre era perseguido por varios malhechores que querían matarlo. El hombre se escondió en una cueva. Los malhechores se acercaban y desesperado elevó una plegaria a Dios:
—Dios todopoderoso, haz que dos ángeles bajen y tapen la entrada para que no entren a matarme.
En ese momento escuchó a los hombres acercándose a la cueva y vio aparecer una arañita. La araña empezó a tejer una telaraña en la entrada de dónde él se encontraba.
El hombre angustiado volvió a elevar otra plegaria:
—Señor te pedí ángeles, no una araña. Ruego que con tu mano poderosa hagas un muro en la entrada para que esos hombres no puedan entrar a matarme.
Abrió los ojos esperando ver el muro tapando la entrada y observo como la arañita iba cubriendo la puerta con su telaraña.
Cuando llegaron los malhechores frente al escondrijo donde se encontraba, se sintió perdido y quedó esperando su muerte. Pero éstos viendo como una telaraña taponaba toda la entrada se pararon, aunque uno dijo:
—Vamos, entremos en esta cueva.
El otro contestó:
—¿No ves que hay telarañas? Hace tiempo que nadie ha podido entrar ahí. Sigamos buscando por las demás cuevas.

Tener fe y perseverar, porque para el que cree no hay nada imposible.

viernes, 31 de julio de 2015

Cachorros de raza

Un granjero tenía cachorros para vender y un niño con una amplia sonrisa le dijo:
—Señor, quiero comprarle uno de sus cachorritos.
El granjero le respondió:
—Estos cachorros son de raza y cuestan bastante dinero.
—He conseguido treinta y nueve centavos ¿es esto suficiente?
Asintiendo con la cabeza el granjero comenzó a silbar y a gritar:
—¡Dolly, ven aquí!
La perra salió corriendo de su caseta seguida de cuatro pequeños perritos que parecían bolitas de pelos. Los ojos del niño danzaban de alegría. Entonces, de la caseta salió a hurtadillas otra bolita. Ésta era notablemente más pequeña y comenzó a renguear en un infructuoso intento por alcanzar al resto. El niño con los ojos fijos y señalando al perrito rezagado, gritó con fuerzas:
—¡Yo quiero ése perrito!
El granjero le dijo:
—Hijo, tú no quieres a ése cachorrito. Él nunca podrá correr y jugar contigo de la forma en que tú quisieras.
Al oír eso, el niño bajó la mano y lentamente se subió el pantalón en una de sus piernas. Le mostró una prótesis de doble abrazadera de acero a ambos lados de su pierna, que iba hasta un zapato especial.
Mirando al granjero, le dijo:
—Como usted verá, señor, yo tampoco corro tan bien que digamos y él necesitará a alguien que le comprenda.

jueves, 30 de julio de 2015

El camello sin cuerda

Estaba a punto de caer el sol y la caravana se preparó para pasar la noche en el desierto. El muchacho encargado de los camellos se acercó al guía y le dijo:
—Señor, tenemos un problema; hay en total 20 camellos, pero sólo tengo 19 cuerdas. ¿Cómo podemos solucionarlo?
El guía quiso tranquilizar al joven diciéndole:
—No te preocupes, los camellos no son muy listos. Acércate al que ha quedado suelto y haz como si lo atases. Verás que se quedará quieto, como si en realidad le hubieses puesto una cuerda alrededor del cuello y de las patas.
Siguió su consejo y a la mañana siguiente, cuando la caravana volvió a ponerse en marcha, todos los camellos comenzaron a avanzar en fila. Todos, menos uno.
—Señor, hay uno de los animales que no quiere caminar esta mañana —le dijo el joven encargado de la manada al guía.
—¿Es por casualidad el que se quedó sin soga? —le respondió.
—Sí. ¿Cómo lo sabe? —continuó extrañado el jovenzuelo.
—Ve y haz como que lo desatas, porque si no creerá que aún está atado y por eso no quiere caminar —le explicó el guía.

Lo mismo le pasa a mucha gente, que son camellos atados sin cuerda, porque los límites no los impone la realidad sino nuestras propias creencias y limitaciones.

miércoles, 29 de julio de 2015

Una verdad que duele, pero cierta

Durante una conferencia sobre las grandes diferencias entre generaciones, un presumido estudiante se tomó la molestia de explicarle a un señor mayor que estaba sentado a su lado, el por qué le es imposible a la vieja generación comprender a su generación. En un tono de voz lo suficientemente alto para que lo pudieran escuchar alrededor, dijo:
—Usted creció en un mundo diferente, realmente casi primitivo. Los jóvenes de hoy crecemos con televisión, internet, teléfonos móviles, aviones jet, viajes al espacio. Nuestras sondas espaciales han visitado Marte. Tenemos naves con energía nuclear y autos eléctricos y de hidrógeno. Computadoras con procesos de velocidad de la luz… y tantos otros adelantos tecnológicos.
Luego de un breve silencio el señor mayor respondió:
—Tienes razón, hijo mío; nosotros no tuvimos esas cosas cuando éramos jóvenes… así que ¡las inventamos! Ahora, dime arrogante, ¿qué estás haciendo tú para la próxima generación?

Un aplauso ensordecedor estalló en la sala.

martes, 28 de julio de 2015

Adopción

Una maestra estaba estudiando con su grupo de primer grado la pintura de una familia. En la pintura había un niño que tenía el cabello de color diferente al resto de los miembros de la familia. Uno de los niños del grupo dijo que el niño de la pintura tenía que ser adoptado. Entonces, una compañera tomo la palabra y dijo:
—Yo sé todo sobre adopciones porque soy adoptada.
—¿Qué significa ser adoptado? —preguntó otro niño.
—Significa —dijo la niña—, que tú creces en el corazón de tu mamá en lugar de crecer en su vientre.

lunes, 27 de julio de 2015

Tenemos…

Tenemos casas más grandes pero familias más pequeñas.
Tenemos más compromisos pero menos tiempo.
Tenemos más medicinas pero menos salud.
Tenemos mayores ingresos pero menos moral y felicidad.
Tenemos más libertad pero menos alegría.
Tenemos más comida pero pasamos hambre porque evitamos comer.
Tenemos casas más bonitas pero más hogares rotos.
Tenemos más poder adquisitivo pero interiormente estamos vacíos.
Hemos llegado a la luna pero tenemos problemas para conocer a nuestro vecino.
Somos más exigentes e inconformistas.
Nos enamoramos y desenamoramos rápidamente y como consecuencia aumentan los divorcios.
Hemos conquistado el espacio exterior pero no el interior.
Hablamos mucho, amamos poco y envidiamos demasiado.
Mejor, siéntate en la terraza y admira la vista sin fijarte en las malas hierbas,
pasa más tiempo con tu familia y dile que les quiere,
disfruta con ellos y con amigos del campo y la playa,
come tu comida preferida, visita los lugares que te gustan.
La vida es una sucesión de momentos para disfrutar, no es cuestión de sobrevivir.
No retrases nada que agregue alegría y felicidad a tu vida.
Goza de cada momento: canta, lee, escribe…
Cada día, hora y minuto pueden ser especiales porque tú los conviertes en especiales.

viernes, 24 de julio de 2015

La sal y la vida

El anciano maestro hindú estaba ya cansado de escuchar las constantes quejas de su aprendiz, así que pensó que debía enseñarle algo que le hiciera recapacitar. Una mañana le pidió que le trajera sal y cuando regresó, el maestro le dijo que echara un puñado en un vaso de agua y que, a continuación se la bebiera.
—¿Cómo sabe ahora el agua? —preguntó el sabio anciano.
—Muy salada —respondió el discípulo poniendo cara de asco.
Aguantándose la risa, el maestro le indicó que repitiera la acción, pero en lugar de tirar la sal en un vaso lo hiciera en un lago. Caminaron sin prisas hacia un gran lago situado en medio de un vergel a las afueras de su aldea y cuando el discípulo cumplió la orden el venerable maestro le pidió que bebiese.
—¿A qué te sabe ahora? —le preguntó.
Y el aprendiz le respondió:
—Esta agua está fresquísima. No sabe nada a sal, es una delicia para el paladar.
Entonces el maestro, cogiéndole las manos a su discípulo, le dijo:
—El dolor de la vida es pura sal. Siempre hay la misma cantidad, sin embargo su sabor depende del recipiente que contiene la pena. Por eso, cuando te aflijan las adversidades de la vida, agranda el sentido de las cosas. Deja de ser un vaso y conviértete en un lago.

jueves, 23 de julio de 2015

La última palabra

El alumno preguntó:
—¿Unas últimas palabras de sabiduría que pueda transmitirnos?
El místico se quedó pensando unos instantes.
Podrán superar casi cualquier dificultad recordando dos frases.
—¿Cuáles?
—La primera: Lo que es, ES. La segunda: Lo que no es, NO ES. —El místico prosiguió.— Son muchos los que malgastan su tiempo concentrándose en cosas que no son reales. Si algo es real, ya se trate de un sentimiento o de un hecho, por muy desagradable que sea, es una pérdida de tiempo desear que no sea real lo que es real. Lo que podemos hacer si algo es REAL, es ACEPTARLO tal como ES, y después decidir si queremos emplear la energía necesaria en intentar modificarlo. Una vez decidido, hay que poner toda la energía en las acciones a emprender. Esto es básicamente todo lo que hace falta para tener éxito en los negocios, en las relaciones y en la vida.

miércoles, 22 de julio de 2015

Estar sentado no te convierte en Buda

A la muerte de su maestro, Ba se convirtió en monje peregrino, lo cual significa que no debía pasar más de una sola noche en un mismo lugar. Estuvo peregrinando, sin morada fija hasta llegar al monte Heng, en la provincia de Hunan al sur del gran río Yangtsé.
Cerca de un monasterio solitario, en una roca que le pareció muy a propósito, se hizo una cabaña de ramas y empezó a dedicarse al zazen día y noche, inmóvil como un yogui de la india.
Al otro lado de la misma montaña de Heng vivía Nangaku, discípulo de Eno, el sexto patriarca Zen, desde hacía catorce años. En sus paseos Nangaku se había fijado varias veces en aquel monje inmóvil, haciendo zazen a todas horas, y un día se paró y le dijo:
—¿Qué haces tú ahí?
—Hago zazen —contestó Ba.
—¿Qué quieres conseguir con eso? —preguntó Nangaku.
Como iluinado le contestó:
—Quiero llegar a ser un Buda.
Nangaku no dijo nada. Fue a recoger una teja caída del monasterio y empezó a frotarla en una piedra.
Ba sin comprender lo que hacía le dijo:
—Pero ¿qué haces?
—Estoy frotando una teja en una piedra.
—¿Para qué? —preguntó Ba.
—Para convertirla en un espejo.
Ba se echó a reír y Nangaku le dijo entonces:
—Pues igual de inútil es tu actitud. De nada te vale a ti pasar el día sentado y pretender convertirte en Buda.

martes, 21 de julio de 2015

El milagrero

Bankei estaba un día hablando tranquilamente a sus discípulos, cuando su discurso fue interrumpido por un Superior de otra religión. Estos creían en el poder de los milagros y decían que la salvación venía de la repetición de las palabras sagradas.
Bankei interesado preguntó al Superior sobre los milagros. El comenzó a alardear de que el fundador de su religión podía estar sentado y quieto durante meses, y podía dejar de respirar durante días, y podía pasar por el fuego sin quemarse…
Entonces Bankei le dijo:
—Y usted, ¿qué milagros puede hacer?
—Yo como cuando tengo hambre y bebo cuando tengo sed.

lunes, 20 de julio de 2015

El buscador de la verdad

A un visitante que a sí mismo se definía como 'buscador de la verdad' le dijo el Maestro:

Si lo que buscas es la verdad, hay algo que es preciso que tengas presente por encima de todo.

Ya lo sé, una irresistible pasión por ella —dijo el visitante.

No, una incesante disposición a reconocer que puedes estar equivocado, porque a veces damos el valor de la verdad a una mentira —le respondió el maestro.

viernes, 17 de julio de 2015

Las canicas rojas

Durante los años de la Depresión en EEUU, una época marcada por el hambre, un ciudadano solía ir a menudo a una granja donde encontraba productos frescos. Un día, el señor Roberts dueño de la granja, estaba atendiendo a un niño muy flaco, vestía ropa limpia pero desgastada. El pequeño no apartaba la vista de unos guisantes que había en el mostrador y Roberts le dijo:
—¿Te gustaría llevar algunos a casa?
El niño declinó la oferta:
—No tengo dinero, sólo poseo esta canica de varios colores.
Pero el granjero le entregó una bolsa llena de guisantes, diciéndole:
—Es muy bonita, pero a mí me gustan las rojas. Llévate estos guisantes y la próxima vez que vengas tráeme una canica roja.
Según le explicó la señora Roberts al ciudadano, su marido siempre hacía eso con los niños más pobres del pueblo y cuando volvían con la canica roja les daba más comida y les pedía una de otro color.
Años después, cuando Roberts falleció, el ciudadano asistió al funeral y vio a tres hombres jóvenes muy bien vestidos que se acercaron a darle un cariñoso abrazo a la viuda. Eran los tres niños a los que el granjero ayudó, que venían a «pagar» su deuda. La señora Roberts levantó los dedos sin vida de su esposo y debajo habían tres canicas rojas.

No olvidéis esto: no seremos recordados por nuestras palabras sino por nuestras acciones.

miércoles, 15 de julio de 2015

Una situación desfavorable

Cuenta esta historia que un joven de la ciudad se fue al campo y le compró un burro a un viejo campesino, por 100 €.
El campesino acordó entregarle el animal al día siguiente, pero al día siguiente el campesino le dijo:
—Lo siento hijo, pero tengo malas noticias, el burro murió.
—Bueno, entonces devuélvame mi dinero.
—No puedo, ya lo he gastado.
—¡Bien, da igual! Entrégueme el burro.
—Y ¿para qué? ¿Qué va a hacer con él?
—Lo voy a rifar.
—¡Estás loco! ¿Cómo vas a rifar un burro muerto?
—Es que no voy a decir a nadie que está muerto, por supuesto.

Un mes después de este suceso, se volvieron a encontrar el viejo vendedor y el joven comprador.
—¿Qué pasó con el Burro?
—Lo rifé, vendí 500 boletos a 2 €, y gané 998 €.
—¿Y nadie se quejó?
—Sólo el ganador, pero a él le devolví sus 2 €.

Esto es saber convertir una situación desfavorable en todo un éxito.

lunes, 13 de julio de 2015

La gente que me gusta

Primero que todo me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, que sabe lo que hay que hacer y lo que es más conveniente.
Me gusta la gente con capacidad para medir las consecuencias de sus actuaciones. La que no deja las soluciones al azar, la que sabe reconocer y resolver con honestidad y valentía sus errores.
Me gusta la gente leal con su gente y consigo misma, la que se ajusta a razones y no se dejan llevar por mezquindades, que no pierde de vista que somos humanos y que podemos equivocarnos y con gesto sincero y humilde afronta sus fallos.
Me gusta la gente que sabe que la mentira tiene las patas muy cortas y si se equivoca sabe pedir disculpas, porque lo más reconfortante y gratificante de las cosas bien hechas, es la alegría de sentir en el espíritu la calma y la paz que sosiega.
Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos serenos y razonados a las decisiones de la gente mentirosa y chantajista.
Me gusta la gente de criterio. La que no traga entero. La que no se avergüenza de reconocer que no sabe algo o que se equivoca y las que, al aceptar sus errores rectifican y se esfuerzan por no volver a cometerlos.
Me gusta la gente capaz de decir lo que piensa y criticarme de frente, a estos los llamo mis amigos de verdad. Los que ponen una cara por delante y otra por detrás no son de fiar, y de los falsos e hipócritas hay que alejarse.
Me gusta la gente fiel y sincera. La que sin vivir en el pasado tiene memoria para no cometer los mismos errores, y para que sea freno en la soberbia inflada de su ego.
Esta gente me gusta y merece la pena tenerlas al lado. Con gente como esta me comprometo a lo que sea. Con haber encontrado a esa gente en mi camino me doy por recompensada.

viernes, 10 de julio de 2015

La perla y la ostra

Un maestro le explicaba a su alumno más aplicado cuál es el origen de las perlas:
—Son uno de los objetos más bellos de la naturaleza pero, paradójicamente, son fruto del dolor, de la herida causada en su interior por la entrada de una sustancia extraña. Sólo hace falta que un diminuto grano de arena se introduzca en la concha para que las células del nácar que las recubre por dentro comiencen a hacer su lento trabajo cubriendo, capa tras capa, el cuerpo invasor para proteger la parte indefensa de la ostra. El resultado de esa «herida cicatrizada» será la perla. A los humanos nos sucede algo muy parecido —continuó el profesor ante la cara de extrañeza de su alumno—. Hay gente que puede decirnos palabras ofensivas. En otras ocasiones, nos acusarán de haber dicho cosas que jamás salieron de nuestra boca. Incluso podemos ser objeto de otra forma de rechazo, la indiferencia. Todo eso son heridas que nos producirán mucho dolor.
—¿Y qué debemos hacer nosotros para protegernos? —le preguntó el muchacho.
A lo que el sabio maestro respondió:
—Lo que debes hacer es fabricar tu propia perla. Cubriendo cada una de tus heridas de amor, perdonando y comprendiendo transformarás ese dolor en algo muy valioso.

miércoles, 8 de julio de 2015

Cuatro cosas

Hay cuatro cosas que nunca podremos recuperar:
Una piedra… después de haberla tirado.
Una palabra… después de haberla dicho.
Una ocasión… después de haberla perdido.
Y el tiempo… cuando ya ha pasado.

Así que, valora tu tiempo y vive felizmente cada minuto de una hora, cada hora del día, cada día del año y cada año de tu vida.
Y recuerda siempre vencer esos tres demonios que llevas dentro: EGO, MIEDO y CULPA.

martes, 7 de julio de 2015

Respetar las opiniones

Un hombre estaba poniendo flores en la tumba de un pariente, cuando ve a un japonés poniendo un plato de arroz en la tumba vecina. El hombre se dirige al japonés y le pregunta:
—Disculpe señor, pero ¿cree usted que de verdad el difunto comerá el arroz?
—¡Si! —respondió el japonés—. Cuando el suyo venga a oler sus flores.

Respetar las opciones del otro, es una de las mayores virtudes que un ser humano puede tener. Las personas son diferentes, actúan diferente y piensan diferente. No juzgues… Solamente COMPRENDE.

lunes, 6 de julio de 2015

El águila que nunca fue

Un guerrero indio encontró un huevo de águila en un saliente de una montaña y lo puso junto con los huevos que iban a ser empollados por una gallina. Cuando el tiempo llegó, los pollitos salieron del cascarón y el aguilucho también. Después de un tiempo aprendió a cacarear al escarbar la tierra, a buscar lombrices y a subir a las ramas más bajas de los árboles, exactamente como todas las gallinas. Su vida transcurrió como una gallina entre gallinas.
Un día, ya vieja, el águila estaba mirando hacia arriba y quedó admirada del magnífico vuelo de un ave. Un pájaro majestuoso volaba en el cielo abierto como si no necesitase hacer el más mínimo esfuerzo. Impresionada se volvió hacia la gallina más próxima y le preguntó:
—¿Qué pájaro es aquel?
La gallina miró hacia arriba y respondió:
—¡Ah! Es el águila dorada, reina de los cielos. Pero no pienses en ella: tú y yo somos de aquí abajo.
El águila, como si no fuera con ella, no miró hacia arriba nunca más y murió convencida de que era una gallina, pues así había sido tratada siempre.
No te creas gallina porque te lo digan. ¿Qué tal si tratas de descubrir tu águila interior?

viernes, 3 de julio de 2015

Los tres ancianos

Una mañana, una mujer que salía de su casa vio sentados en un banco a tres ancianos con aspecto de no haber comido en los últimos días. Se acercó y los invitó a pasar a su casa para obsequiarles con un buen desayuno calentito. Pero para su sorpresa, uno de los tres hombres le respondió:
—Nosotros no podemos ser invitados juntos a una casa.
—¿Por qué? —preguntó extrañada la generosa señora.
El anciano con la barba más larga, señalando a unos de sus compañeros respondió:
—Su nombre es Riqueza. El de este otro es Éxito y el mío, Amor. Ustedes decidirán a quién convidan.
El marido de la señora pensó que lo mejor sería que se sentara a su mesa Riqueza, así la prosperidad entraría por la puerta de su casa y les acompañaría por siempre. Pero su esposa consideraba que sería mejor invitar a Éxito:
—Así seríamos admirados por todos —dijo.
La hija del matrimonio, una niña adoptada hacía 8 años, también dio su opinión:
—¿Por qué no invitamos a Amor? ¿Siempre hemos de pensar en el dinero y el éxito?
Avergonzados, le hicieron caso y tras invitar a Amor los tres ancianos se levantaron y dijeron:
—Si hubiesen invitado a Éxito o a Riqueza, los otros dos habrían quedado fuera, pero donde hay AMOR siempre habrá ÉXITO y RIQUEZA.