miércoles, 29 de julio de 2015

Una verdad que duele, pero cierta

Durante una conferencia sobre las grandes diferencias entre generaciones, un presumido estudiante se tomó la molestia de explicarle a un señor mayor que estaba sentado a su lado, el por qué le es imposible a la vieja generación comprender a su generación. En un tono de voz lo suficientemente alto para que lo pudieran escuchar alrededor, dijo:
—Usted creció en un mundo diferente, realmente casi primitivo. Los jóvenes de hoy crecemos con televisión, internet, teléfonos móviles, aviones jet, viajes al espacio. Nuestras sondas espaciales han visitado Marte. Tenemos naves con energía nuclear y autos eléctricos y de hidrógeno. Computadoras con procesos de velocidad de la luz… y tantos otros adelantos tecnológicos.
Luego de un breve silencio el señor mayor respondió:
—Tienes razón, hijo mío; nosotros no tuvimos esas cosas cuando éramos jóvenes… así que ¡las inventamos! Ahora, dime arrogante, ¿qué estás haciendo tú para la próxima generación?

Un aplauso ensordecedor estalló en la sala.

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