lunes, 2 de noviembre de 2015

Tierra, ceniza, polvo


Tierra a la tierra.
Ceniza a la ceniza.
Polvo al polvo.

Un día me moriré
nadie llorará en mi caja.
Mi cuerpo estará amarillo
porque me quedé sin alma.

El cirio se va apagando
hasta agotar su vida.
Su luz sigue aquí presente.
Recuerdos de luchas compartidas.
Quedará la memoria de mi nombre.
Mi existencia acabará sin despedidas.
A los que me quieren no les dejo solos:
Siempre formaré parte de sus vidas.
Los corazones tiemblan desfallecidos
pensando que nos convertimos en ceniza.
Ya no se estremecen los cuerpos.
El espíritu nos libera de las prisas.
No estén tristes por mi ausencia.
Estaré de viaje y será largo en el tiempo.
Sé que nos encontraremos algún día…
¡Por fin felices sin sufrimiento!
Ruego que perdonen mis ofensas,
no quiero caminar en la oscuridad.
Me precede la dicha de los santos.
La gloria de su amor deseo gozar.

No quisiera huir entre las sombras.
Eternamente… Amor y paz.