A los que te desprecien, regálale tu ausencia… El desprecio puede catalogarse como uno de los cuatro jinetes del Apocalipsis, fuente de muchos de los problemas en las relaciones interpersonales y causa de innumerables rupturas y sinsabores. Sus tentáculos son largos y pueden causar mucho daño, como afirmaba Voltaire: “todo es soportable salvo el desprecio”.
Es importante tener presente que, aunque el desprecio
está dirigido hacia los demás, también se refleja hacia dentro, al igual que
todas las emociones negativas, de manera que se convierte en una especie de
espada de doble filo que termina dañando a quien lo vuelca en los demás.