lunes, 26 de octubre de 2015

Sentimientos quebrados

Una mujer reflexiona en una cafetería.


Los sentimientos están vinculados a la dinámica cerebral, se trata de impulsos de la sensibilidad hacia aquello imaginado como positivo o negativo, y entendiendo que los humanos actuamos por sentimientos, podemos entender, el por qué a veces nos sentimos tan quebrados…

Sentimientos es igual a sentir emociones. Las emociones despiertan sentimientos y éstos, con el tiempo, van cambiando por sí mismos influenciados por los avatares de la vida. Si somos intuitivos o filosóficos, sanguíneos o melancólicos, probablemente eso siga siendo igual. Nuestro alcance puede expandirse, pero nuestro temperamento y nuestra personalidad probablemente continúen siendo los mismos.

Un maestro budista decía que había esperado despertar para lograr una «transformación impersonal». La transformación es la apertura del corazón y no un cambio de personalidad. Siguió diciendo ese maestro: «En muchos sentidos la transformación espiritual de estas últimas décadas es diferente de lo que había imaginado. Sigo siendo la misma persona esquiva, en gran parte con el mismo estilo y manera de ser. De modo que por afuera no soy esa persona asombrosamente transformada, iluminada, que esperaba volverme. Pero hay una gran transformación por dentro. Años de trabajar con mis sentimientos, mis patrones familiares y mi temperamento suavizaron la manera en que los contengo a todos. En la lucha por conocer y aceptar en profundidad mi vida, ésta se transformó y mi amor creció. Si mi vida era un garaje lleno donde no dejaba de chocarme contra los muebles y de criticarme, ahora es como si mi hubiera mudado de hangar y hubiera dejado las puertas abiertas. Tengo los viejos muebles, pero no me limitan como antes. Yo soy el mismo, sin embargo, ahora estoy libre para moverme, incluso para volar».

Las emociones son fuerzas poderosas, pero no es el miedo o la represión lo que nos liberará de sus garras: la respuesta es la «conciencia».
«¿Es esto lo que yo soy?» preguntemos a nuestros sentimientos a medida que los hagamos conscientes. Si podemos contener nuestros sentimientos dentro de un corazón amplio e intrépido, los sentimientos solitarios, quebrados, confundidos, surgen de una nueva manera, transformados por la «aceptación».

Armamos y defendemos el corazón, no contra el mundo sino contra nosotros mismos. El corazón despierto no tiene defensa, permite todo el dolor y la belleza de la vida. El lama Trungpa dijo: «El corazón abierto y blando es el que tiene la capacidad de transformar el mundo».
Cuando las emociones quedan libres y el corazón puede expresarse, sin preocuparse por la opinión de los demás, esa libertad se extiende a todos los aspectos de nuestro temperamento. Hay que aprender a ser fiel a uno mismo y a la vida…

Los sentimientos son lazos que afianzan las relaciones, pero las relaciones como los objetos se pueden romper y lo que se rompen se hace pedazos. Aunque los pedazos puedan ser de nuevo unidos, no siempre se logra recomponer el objeto. La unión puede tener más o menos efecto dependiendo de lo ruinoso de la rotura. A veces, al pegar los pedazos queda tan perfecto que ni se percibe la rotura, otras, aun notándose, puede pasar inadvertido, pero puede suceder que los pedazos estén hechos añicos sin posibilidad de recomposición, los defectos se hacen visibles por la profundidad de las cicatrices y la unión ya nunca será lo mismo. Un clavo dejará por siempre la huella de su herida…

No hay nada más frágil que las relaciones. En las relaciones del tipo que sea siempre que se observen cambios de actitudes lo más lógico es preguntar la razón de esos cambios, pero cuando rondan las malas intenciones, con toda seguridad, serás tratado de fantasioso, y tras esa reacción pretenden ocultar sus oscuras tretas aunque tratarán de no ser descubiertos, más bien se harán pasar por ofendidas víctimas y lo negarán enérgicamente.

Dijo Mario Benedetti que: «Los sentimientos son inocentes como las armas blancas». Hay quienes juegan con los sentimientos y los convierten en armas arrojadizas. Y decía Jaime Balmes: «Hasta los sentimientos buenos, si se exaltan en demasía, son capaces de conducirnos a errores deplorables». Pero realmente, los sentimientos nos confieren unas cualidades que nos llevan por el camino que más nos identifique, y eso se ve en la conducta y el proceder de cada cual.

«Vivimos sólo de nuestros pobres y bellos sentimientos, y cada sentimiento que lastimamos es una estrella que apagamos».
Hermann Hesse.

Los sentimientos se han adulterado y ya no es el motor del mundo, porque hoy la sociedad es más egoísta y está más movida por el resentimiento que por el amor. Pues con tantos sentimientos quebrados en el universo quedarán pocas estrellas encendidas…

Fotografía: Marcus Lyra, cc.

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