miércoles, 29 de abril de 2015

La laguna congelada

Un día de sol tibio de invierno, dos niños estaban patinando sobre una laguna congelada, pero comenzó a nevar y decidieron volver a sus casas.
Cuando ya se encontraban cerca de la orilla, donde la capa de hielo era más fina, se quebró el hielo y uno de los pequeños cayó al agua. Viendo como el amiguito daba manotazos intentando salir y por rato se hundía en el agua, fue en busca de una piedra y empezó a golpear el hielo con todas sus fuerzas. Al principio el hielo se resistía, pero sin perder la calma, buscó una piedra de gran tamaño y la dejó caer junto a su amigo. El hielo empezó a cuartearse, y al hacerse más grande el agujero pudo sacarlo fuera del agua.
Cuando llegó el equipo de salvamento y viendo lo sucedido, no podían creerse lo que había conseguido aquel niño, y le preguntaron:
—Con esas manos tan pequeñas, ¿cómo lograste romper tú sólo el hielo para rescatarlo?
Entonces apareció un anciano que les dijo:
—Yo sé cómo lo hizo.
—¿Cómo? —le preguntaron asombrados.
—No había nadie a su alrededor para decirle que no podía hacerlo —contestó el sabio anciano.

Y así es, la confianza en ti mismo hará que logres todo lo que te propongas a pesar de las dudas y la opinión de los demás.

martes, 28 de abril de 2015

Verdades parciales

Se cuenta que un profeta, acompañado de todos sus discípulos, llegó a una ciudad para difundir sus doctrinas y hacer a sus habitantes un poco más sabios. A los pocos días de abrir las puertas de la escuela en la que se habían instalado, se les unió un estudiante que dijo:
—Señor, en esta ciudad reina la frivolidad, a nadie le interesa aprender. Si pretendéis inculcar alguna idea en sus corazones, vais a tener un duro trabajo.
El maestro, que lo estaba escuchando atentamente, le contestó:
—Tienes razón.
Ese mismo día llamó a la puerta de esta comunidad otro muchacho que, con una amplia sonrisa, se dirigió al profeta con estas palabras:
—Señor, habéis llegado a la ciudad ideal para acogeros. Aquí la gente hierve de deseos por conocer la doctrina verdadera.
El maestro sonrió complacido y, de nuevo, comentó:
—Tienes razón.
Uno de los discípulos, contrariado, le dijo al profeta:
—¿Por qué les contestas siempre lo mismo? No puede ser que ambos tengan razón.
A lo que el sabio respondió:
—Cada hombre ve el mundo de una manera distinta. Unos sólo reparan en lo malo y otros, en lo bueno. ¿Piensas que se equivocan? No creas que me han engañado, sólo me han dicho una verdad incompleta.

lunes, 27 de abril de 2015

Retrato de un perseverante

La historia dice que este hombre fracasó en los negocios y cayó en bancarrota en 1831.
Fue derrotado para la Legislatura de 1832.
Su prometida murió en 1835. Sufrió un colapso nervioso en 1836.
Fue vencido en las elecciones de 1836 y en las parlamentarias de 1843,1846, 1848 y 1855.
No tuvo éxito en su aspiración a la Vicepresidencia en 1856, y en 1858 fue derrotado en las elecciones para el Senado.
Este hombre obstinado fue Abraham Lincoln, elegido presidente de Estados Unidos en 1860.

La lección es muy sencilla: sólo se fracasa cuando se deja de intentar.

viernes, 24 de abril de 2015

Los tres árboles

Había una vez tres árboles pequeños en una colina del bosque. Hablaban acerca de sus sueños y esperanzas para su futuro, y el primero dijo:
Algún día seré un cofre de tesoros. Estaré lleno de oro, plata y piedras preciosas. Estaré decorado con labrados artísticos y tallados finos. Todos verán y admirarán mi belleza.
El segundo árbol dijo:
Algún día seré una poderosa embarcación. Llevaré los más grandes reyes y reinas a través de los océanos e iré a todos los rincones del mundo. Todos se sentirán seguros por mi fortaleza y mi poderoso casco.
Finalmente el tercer árbol dijo:
Yo quiero crecer para ser el más recto y grande de todos los árboles del bosque. La gente me verá en la cima de la colina, mirará mis poderosas ramas y pensarán en el Dios de los cielos y cuán cerca estoy de alcanzarlo. Seré el árbol más grande y la gente me recordará siempre.
Los años pasaron y los frondosos árboles seguían añorando sus sueños. Un día un grupo de leñadores subieron a la colina y admiraban la majestuosidad de los árboles. Uno se acercó al primer árbol y dijo:
Este parece un árbol fuerte, creo que podría vender su madera a un carpintero.
Y comenzó a cortarlo. El árbol estaba muy feliz debido a que sabía que el carpintero podría convertirlo en un cofre para tesoros.
Otro leñador dijo mientras observaba al segundo árbol:
Parece un árbol fuerte, creo que lo podré vender al carpintero del puerto.
El segundo árbol se puso muy feliz porque sabía que estaba en camino de convertirse en una poderosa embarcación.
El último leñador se acercó al tercer árbol, éste estaba muy asustado, pues sabía que si lo cortaban su sueño nunca se convertiría en realidad. El leñador dijo entonces:
No necesito nada especial del árbol que corte, así que tomaré este.
Y cortó al tercer árbol.
Cuando el primer árbol llegó donde el carpintero fue convertido en un cajón de comida para animales y fue puesto en un pesebre y llenado con paja. Se sintió muy mal pues eso no era por lo que tanto había orado.
El segundo árbol fue cortado y convertido en una pequeña balsa de pesca, ni siquiera lo suficientemente grande para navegar por el mar y fue puesto en un lago. Y vio como sus sueños de ser una gran embarcación cargando reyes habían llegado a su fin.
El tercer árbol fue cortado en largas y pesadas tablas y dejadas en la oscuridad de una bodega.
Pasó el tiempo y ya los árboles habían perdido las esperanzas de sus sueños... Pero un buen día, un hombre y una mujer llegaron al pesebre, y aquella noche brilló una estrella. Ella dio a luz un niño y lo colocó en la paja que había dentro del cajón en que fue transformado el primer árbol. El hombre deseaba tener una cuna para su bebé, pero el niño durmió apaciblemente en la calidez del cajón. El árbol se dio cuenta del gran acontecimiento y suspiró porque había contenido el más grande tesoro de la historia.
Años más tarde, un gran maestro con un grupo de hombres subieron a la barca en la cual habían convertido al segundo árbol. El maestro estaba cansado y se durmió, entonces en el lago se desató una gran tormenta y el árbol pensó que no sería lo suficientemente fuerte para salvar a los hombres. Asustados, despertaron al que dormía. Inmediatamente se levantó y ordenó a las aguas que se calmaran, y la tormenta y las olas se detuvieron. En ese momento, el segundo árbol se dio cuenta de que llevaba al Rey de Reyes y Señor de Señores.
Finalmente, un tiempo después, alguien vino y tomó al tercer árbol convertido en tablas. Fue cargado por las calles al mismo tiempo que la gente insultaban y golpeaban al Hombre que lo cargaba. Se detuvieron en una pequeña colina y el Hombre fue clavado al árbol y levantado para morir en la cima de la colina. Cuando llegó el domingo, el tercer árbol se dio cuenta que él fue lo suficientemente fuerte para permanecer erguido en la cima de la colina y estar tan cerca de Dios como nunca, porque Jesús había sido crucificado en él, pero venció a la muerte.

Moraleja: Cuando parece que las cosas no van de acuerdo a tus planes, debes saber que siempre Dios tiene un plan para ti. Si pones tu confianza en Él, te dará grandes regalos a su tiempo. Recuerda que cada árbol obtuvo lo que pidió, solo que no en la forma en que pensaban. No siempre sabemos lo que Dios planea para nosotros, solo sabemos que sus caminos no son nuestros caminos, pero… sus caminos siempre son los mejores.

jueves, 23 de abril de 2015

Pensamientos en el día mundial del libro

El 23 de abril ha sido establecido por la UNESCO como el Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor. Lo cierto es que no deja de ser una buena oportunidad para saludar a quienes comparten tu afición por los libro, con algunas frases apropiados para la ocasión.
Pensamientos en el día mundial del libro, para los amantes de estos productos culturales que tantos buenos momentos nos brindan:

Los libros son amigos que nunca decepcionan. Thomas Carlyle.

El recuerdo que deja un libro a veces es más importante que el libro en sí. Adolfo Bioy Casares.

Un libro es como un jardín que se lleva en el bolsillo. Proverbio árabe.

miércoles, 22 de abril de 2015

Leyenda de la tierra y el sol

Cuenta la leyenda que la primera historia de celos fue protagonizada por la Tierra y el Sol. Se dice que no hubo amor más grande como el de estos dos. Cuando el Sol puso por primera vez sus ojos en la Tierra, esta era apenas una niña, pero al calor de los rayos del Sol fue floreciendo en ella vida, como si reflejara por fuera el inmenso amor que sentía por dentro.

Hija del Firmamento y Princesa del Universo consentida de todos los astros, ella era la heredera al trono de los cielos, mas a todo renuncio por amor y al casarse con su amado le cedió el trono de sus sueños. Viviendo juntos en el centro del espacio reinaron el principio de los tiempos. Pero el Sol era caprichoso y aventurero, siempre anhelando lo que había a lo lejos, seducido por las orbitas de lo desconocido resplandecía con fuerza cuando la Tierra dormía, solo por llamar la atención de las estrellas. Y pasó una estrella fugaz que robo su atención, y en un intento por alcanzarla se alejo de la Tierra un instante, el instante mismo en que ella despertó y notó su traición. Paso que la Tierra lloró amargamente y su padre el Firmamento escucho su llanto. Con el alma herida y el ego lastimado, ella suplicó un castigo ejemplar para el que alguna vez estuvo a su lado.

Fue entonces que el firmamento ordenó encadenar al Sol al centro, sin que pudiera moverse jamás. Condenado a la soledad infinita, sin poder acercarse a nadie, y a la Tierra mirarla a lo lejos, nunca volverán a estar juntos. Pero sucedió que ella tenía un secreto, y es que la Luna fue el fruto del amor entre ellos.

El castigo impuesto lastimó a todos, pues aunque la Tierra no olvida la traición del Sol, no ha podido dejarle de amar. Es así que por las mañanas se deja abrazar por él, con cálidos besos despierta en ella flores de vida, sólo por robarle una sonrisa, pero por las noches se aleja ya que la Tierra recuerda lo vivido cuando mira una estrella asomarse a lo lejos, y los celos la vuelven loca y lo aleja de su lado. Es por eso que en las mañanas el Sol sale y brilla con intensidad, pero por las noches se apaga y se oculta para llorar la pena de su soledad.

Desde lejos, en las noches cuando todos se han dormido se convierte en amoroso padre, y cuida a su hija Luna, la ilumina con cálida ternura, decorando su cuarto con un cielo estrellado para que le hagan compañía. Triste es verlos a todos tan distantes. Mas el Firmamento permite que el Sol se acerque a la Tierra solo en el eclipse, y por breves momentos el Sol brilla con más intensidad, por la fuerza del amor que se tienen.

Ahora sabes que la Luna es cómplice de los enamorados, pues ella es hija del amor, y con amor espera un día poder reunir de nuevo a sus padres en el final de los tiempos, y hacer del cielo el reino que en un principio fue.

No dejes que el dolor de una crítica destroce tu obra, pues aún después de haber sido rota, habrás de renacer aún más hermosa.

martes, 21 de abril de 2015

Cómo acabar con el hambre en el mundo

Oíd que rápida solución halló Poro, rey de los persas, para acabar con la pobreza.
Reunió a todos sus súbditos y les hizo saber que, dentro de sus muros, por cada pobre que muriera de hambre, tomaría a un rico. Y en la prisión el rico terminaría por morir de hambre.
Con esa advertencia en aquel país nadie murió de hambre. Y los ricos no tuvieron que pasar hambre, sino repartir con los pobres algo de su abundancia.

Verdaderamente, esta fórmula es infalible…

lunes, 20 de abril de 2015

Nos hicieron creer

Nos hicieron creer que el «gran amor» sólo sucede una vez, generalmente antes de los 30 años. No nos contaron que el amor no es accionado, ni llega en un momento determinado.
Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja y que la vida sólo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad. No nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie en nuestra vida merece cargar en las espaldas la responsabilidad de completar lo que nos falta. Las personas crecen a través de la gente. Si estamos en buena compañía, es más agradable.
Nos hicieron creer en una fórmula llamada «dos en uno»: dos personas pensando igual, actuando igual, era lo que funcionaba. No nos contaron que eso tiene nombre: anulación. Que sólo siendo individuos con personalidad propia podremos tener una relación saludable.
Nos hicieron creer que el casamiento es obligatorio y que nadie puede disponer de su libertad.
Nos hicieron creer que los lindos y flacos son más amados.
Nos hicieron creer que sólo hay una fórmula para ser feliz, la misma para todos, y los que escapan de ella están condenados a la marginalidad. No nos contaron que estas fórmulas son equivocadas, frustran a las personas y que podemos intentar otras alternativas.
¡Ah! Tampoco nos dijeron que nadie nos iba a decir todo esto. Cada uno lo va a tener que descubrir solito. Y, cuando estés muy enamorado de ti, vas a poder ser muy feliz y te vas a enamorar de alguien.
Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor… aunque la violencia se practica a plena luz del día.   John Lennon.

viernes, 17 de abril de 2015

Papá, te compro una hora

El niño tenía once años, era estudioso y muy cariñoso con sus padres. Pero el niño le daba vueltas a algo en la cabeza. Su padre estaba todo el día fuera de la casa porque trabajaba mucho, y el niño casi no lo veía y lo echaba en falta.
Cierto día el niño aguantó hasta tarde sin dormirse esperando a su padre, y cuando llegó le llamó desde la cama y le dijo:
—Papá, ¿cuánto ganas cada hora?
—Hijo, no sé… Podrían ser unas dos mil pesetas. ¿Por qué?
—Quería saberlo.
—Bueno, duerme.
Al día siguiente, el niño empezó a pedir dinero a su mamá, a tíos y abuelos. En una semana había reunido unas mil quinientas pesetas. De nuevo esperó otra noche la llegada del padre y le dijo:
—Papá, dame quinientas pesetas que me hacen falta para una cosa muy importante…
—¿Muy importante, muy importante? Tómalas y duerme.
—No, papá, espera… tengo dos mil pesetas. Tómalas. ¡Te compro una hora! Tengo ganas de estar contigo. De hablar contigo y contarte mis cosas. A veces me siento muy solo, y siento envidia de los chicos que pueden hablar con su padre.

El padre, comprendiendo la pena de su hijo, lo abrazó y le prometió estar más tiempo con él porque realmente no le prestaba la atención debida.

jueves, 16 de abril de 2015

Amor de lejos

Un soldado español que cumplía una misión en un país muy lejano, recibe desde Madrid una carta de su novia.
La carta decía lo siguiente:
Querido Estanislao:
Ya no puedo continuar con esta relación. La distancia que nos separa es demasiado grande. Tengo que admitir que desde que te fuiste te he sido infiel dos veces y creo que ni tú ni yo nos merecemos esto, lo siento. Por favor devuélveme la foto que te envié.
Con amor. Rigoberta.
El soldado muy herido le pidió a todos sus compañeros que le dejaran fotos de sus novias, hermanas, amigas, tías, primas… Junto con la foto de Rigoberta incluyó todas las fotos que había recolectado de sus amigos.
En el sobre habían 57 fotos y una nota que decía:
Querida Rigoberta:
Perdóname, pero no puedo recordar quién eres. Por favor, busca tu foto en el paquete y me devuelves el resto.
En la vida, aún derrotado… hay que saber fastidiar al enemigo.

miércoles, 15 de abril de 2015

Consejos de Steve Jobs

Tu tiempo es limitado, así que no lo gastes viviendo la vida de otro.
No te quedes atrapado en el dogma, que es vivir de los resultados del pensamiento de otras personas.
No dejes que el ruido de las opiniones del resto tapen tu voz interior.
Y lo más importante, ten el coraje de seguir a tu propio corazón e intuición, porque ya saben en lo que verdaderamente te quieres convertir.
Todo lo demás es secundario.

martes, 14 de abril de 2015

El Zar y la camisa

El Zar se encontraba enfermo y, preocupado por los malos pronósticos que le habían dado convocó a sus súbditos y les dijo:
—Daré la mitad de mi reino a quién me cure.
Los sabios de la corte se reunieron a deliberar, pero por más vueltas que le dieron no encontraban la solución.
De repente uno de ellos se levantó y les propuso lo siguiente:
—Si encontramos a un hombre feliz, le compramos la camisa para que el Zar se la ponga. Eso le curará.
Enseguida salieron de palacio emisarios en busca de ese hombre feliz, pero no aparecía. Unos eran ricos pero estaban enfermos; otros gozaban de una salud de hierro, pero eran pobres como las ratas…
Una tarde que el hijo del Zar había salido a cazar con unos amigos, pasó por delante de una humilde cabaña y escuchó lo siguiente:
—Hoy he trabajado y he comido bien. Me puedo ir a la cama satisfecho y feliz.
Al momento quiso conocer a ese hombre y comprarle la camisa, pero resultó ser tan pobre que ni camisa tenía.

Reflexionemos. La felicidad no está en las riquezas materiales ni en desear lo que no tenemos, sino en agradecer cada día lo que la vida nos ofrece, aunque pueda parecer insignificante.

sábado, 11 de abril de 2015

La vasija rajada

Cuenta una leyenda india que un hombre transportaba agua todos los días a su aldea, usando dos grandes vasijas sujetas en las extremidades de un pedazo de madera que colocaba atravesado sobre sus espaldas.
Una de las vasijas era más vieja que la otra y tenía pequeñas rajaduras; cada vez que el hombre recorría el camino hasta su casa la mitad del agua se perdía. Durante dos años el hombre hizo el mismo trayecto. La vasija más joven estaba siempre muy orgullosa de su desempeño y tenía la seguridad de que estaba a la altura de la misión para la cual había sido creada, mientras que la otra se moría de vergüenza por cumplir apenas la mitad de su tarea, aun sabiendo que aquellas rajaduras eran el fruto de mucho tiempo de trabajo.
Estaba tan avergonzada que un día, mientras el hombre se preparaba para sacar agua del pozo decidió hablar con él:
—Quiero pedirte disculpas ya que, debido a mi largo uso sólo consigues entregar la mitad de mi carga y saciar la mitad de la sed que espera en tu casa.
El hombre sonrió y le dijo:
—Cuando regresemos, por favor, observa cuidadosamente el camino.
Así lo hizo. Y la vasija notó que, por el lado donde ella iba crecían muchas flores y plantas.
—¿Ves cómo la naturaleza es más bella en el lado que tú recorres? —Comentó el hombre—. Siempre supe que tú tenías rajaduras y resolví aprovechar este hecho. Sembré hortalizas, flores y legumbres y tú las has regado siempre. Ya recogí muchas rosas para adornar mi casa, alimenté a mis hijos con lechuga, col y cebollas. Si tú no fueras como eres, ¿cómo podría haberlo hecho?

Todos, en algún momento, envejecemos y pasamos a tener otras cualidades. Es siempre posible aprovechar cada una de estas nuevas cualidades para obtener un buen resultado.

viernes, 10 de abril de 2015

Otra juventud

Hoy quiero inventarme nuevos significados para las palabras, quiero imaginar que las cosas no son como me dijeron, quiero rescribir el diccionario para que describa las cosas que no se ven y no las que saltan a la vista, quiero darle un nuevo significado a la palabra «Juventud».
La juventud no depende de los años cumplidos, ni de la edad que se tiene, sino que es la estación que anida en tu corazón: si vives todo el año con la alegría y el calor de la primavera o verano, vives en juventud, si te abates como el otoño o te enfrías como el invierno, entonces envejeces.
La juventud es voluntad firme de lo que se persigue, es imaginación despierta, es ilusión por lo que queda por hacer, es compartirse uno mismo como un regalo para los demás: es pasión por vivir.
Los años marchitan la piel, pero renunciar a la felicidad o a los ideales marchitan el alma.
Es joven quien es capaz de sorprenderse con cada cosa que le depara la vida, y no se atraganta con preguntas tenebrosas. Desafía los acontecimientos y encuentra alegría en el devenir de cada amanecer.
¿Sabes una cosa? Serás…
Tan joven como tu fe, tan viejo como tu duda.
Tan joven como tu esperanza, tan viejo como tu abatimiento.
Tan joven como tu amor, tan viejo como tu odio.
Tan joven como tu expectativa, tan viejo como tu pasividad.
Tan joven como tu buen ánimo, tan viejo como tu carácter agrio.
Tan joven como tu alegría, tan viejo como tu tristeza…
¿Sabes cuánto tiempo permanecerás joven? Todo el tiempo que mantengas esperanza y seas receptivo a lo bello de la vida, dando oportunidades y aceptando los desafíos aunque no los puedas comprender. Aprovecha las oportunidades y disfruta del viaje, porque Dios aún tiene muchos mensajes para darte.
Cumplir años ya no es excusa para envejecer, es algo que no tiene nada que ver, porque desde ahora se permite vivir en primavera todos los días. Sólo tienes que estar dispuesto.

jueves, 9 de abril de 2015

El águila y la flecha

Estaba en un peñasco un águila vigilante esperando que salieran las liebres de la madriguera, pero fue vista por un cazador y lanzándole una flecha le atravesó su cuerpo.
Viendo el águila que la flecha que la traspasó estaba adornada con plumas de su propia especie exclamó:
—¡Qué tristeza terminar mis días por causa de mis plumas!

Nuestro dolor es muy profundo, cuando nos abaten por nuestros valores…

miércoles, 8 de abril de 2015

El águila, el cuervo y el pastor

Un águila se lanzó desde una cima y arrebató un corderito del rebaño. Un cuervo que vio lo que hizo el águila trató de imitarla y se lanzó sobre un carnero, pero la envergadura de su presa y su poca destreza en la caza dejó en evidencia sus inalcanzables pretensiones. Con tan mal arte sus garras se enredaron en la lana y por mucho que batió sus alas para liberarse no logró soltarse.
Viendo el pastor lo que sucedía, cogió al cuervo y cortando las puntas de sus alas se la llevó a sus hijos, éstos preguntaron de qué ave eran las plumas y el padre contestó:
—Es de un pobre cuervo que se cree águila…

Cada uno es lo que es y por mucho que se quiera aparentar, nunca será lo que no se es.

lunes, 6 de abril de 2015

Días oscuros

Días oscuros se acercan sin piedad,
Inquietantes momentos que nadie quisiera vivir,
Oscura penumbra de miseria y dolor que amenaza
Siempre que cierras los ojos y piensas en tus muchos fallos.

Tienes la impresión de que se acabó la esperanza,
Es como si la vida terminara y no quedasen más oportunidades.

Silencioso, bajas la mirada preocupado,
Intuyendo que tus muchos errores pesan demasiado ya.
Gimes de pura amargura y dolor, mientras
Una extraña sensación te invade, y te quita las ganas de
Existir por más tiempo en esta vida que no entiendes.

Añoras los momentos felices del ayer, o los que soñaste, y el
Mañana se levanta amenazante, porque piensas que
A nadie dará descanso, que será impasible,
Negro oscuro, como la sensación de sentirte sucio
Día tras día, porque tus muchos fallos, o te deprimen
O te hacen creer que no hay perdón para ti, pero…

Hoy, ahora, lee solo la primera letra de cada renglón,
Observa esas letras, empieza por arriba y lee hacia abajo,
Y verás un mensaje escondido que no debes olvidar.

¿Encontraste la clave del mensaje? ¿Te detuviste a seguir las últimas instrucciones? Es como un crucigrama, solo debes leer de arriba hacia abajo la primera letra de cada renglón, y descubrirás la solución. Si no la encontraste, o no entiendes bien qué hacer, te dejo a continuación la solución, para que no quedes intrigado.
Y es que a pesar de todo… ¡Dios te sigue amando hoy!

jueves, 2 de abril de 2015

Dios te mira

Cuando te levantas cada mañana te observo y espero que te acuerdes de mí, y me saludes y me cuentes tus proyectos del día, tus inquietudes y tus alegrías. Pero veo que siempre empiezan la mañana demasiado apurados, como si el día no tuviera suficiente tiempo.
Mientras van de un lado a otro yo sigo esperando a que me digan «hola» pero están muy ocupados. Cada día enciendo el cielo para ti. Lleno el día de colores y dulces cantos de pájaros para ver si así me oyes, pero no, ni siquiera te das cuenta de los cambios en la naturaleza.
Te miro mientras vas y vienes atareado y mientras descansas, y espero pacientemente todo el día por tu saludo, pero tanto en las tareas de la casa como en el trabajo fuera, están afanados y demasiado distraídos como para pensar en mí y decirme algo.
Terminas la jornada agotado y cuando regresas veo tu cansancio y si te rocío un poco para que el agua se lleve tu estrés y enfurecido ofendes mi nombre, cuando yo sólo quiero agradarte para que pienses en mí. Deseo tanto que me invoques y me hables… Aunque nunca pierdo la esperanza y mientras queda algo de día, cabe la posibilidad de que me digas algo. Pero nada.
Llegada la noche en las casas se enciende el televisor, mientras ven la tele cenan y nuevamente se olvidan de hablar conmigo. Entendiendo que están cansados comprendo tu silencio, apago el resplandor del cielo, aunque no les dejo a oscuras, lo cambie por un lucero brillante y hermoso, pero no están interesados en verlo. A la hora de dormir, ya agotados caen en la cama y casi de inmediato se duermen y yo te acompaño en tu sueño… Pero, ¿cómo no te das cuenta que siempre estoy ahí para ti?
Quiero que sepas que siempre estoy a tu lado pero, no me tomas en cuenta y está claro que me gustaría que me hablaras con toda confianza. Tengo más paciencia de la que te imaginas y quisiera enseñarte como tener paciencia para con los otros.
No vayas de juez por la vida, no seas justiciero con los demás. No juzgues a nadie sin antes mirar dentro de ti, porque todos se equivocan al juzgar sin enmendar los propios errores que juzgan.
Te amo tanto que espero todos los días por una palabra o un cántico o una oración. Recuerda que cada día sale el sol sólo para ti, y hasta en el aire que no se ve, ahí estoy yo esperando.
Yo doy la vida por ti, porque mi vida es la de cada hijo que vive y mi muerte por la vida de todos y cada uno.
Bueno, voy a encender el sol. Amanece de nuevo, espero que en el día de hoy me dediques un poco de tiempo. Hoy y todos los días es el Día del Amor Fraterno.
¡Que tengas un buen día!
Tu amigo, DIOS.

Loa al Papa Juan Pablo II (Karol Wojtyla)


El Papa amigo,
testigo de esperanza
y de humildad.

El Papa de los gentiles,
de la tolerancia,
de la fraternidad.

El Papa del diálogo,
que escucha
y acepta.

El Papa viajero,
un peregrino
evangelizador.

El Papa de la unidad
que derriba fronteras
con la verdad.

El Papa conciliador
entre religiones
y entre pueblos.

El Papa humilde
que por la iglesia
pide perdón.

El Papa defensor
de la familia
y de la paz.

El Papa comunicador
que la juventud
respeta y admira.

El Papa romántico,
poeta optimista
lleno de fe.

El Papa que sufre
al ver el dolor
y a tanto pobre.

El Papa cristiano
que predica
con el ejemplo.

El Papa que ha sabido
hacer presente
a Jesús.

El Papa de la oración
que en silencio
llega a Dios.

miércoles, 1 de abril de 2015

El tenedor

Había una mujer que había sido diagnosticada con una enfermedad incurable y a la que le habían dado sólo tres meses de vida. Así que empezó a poner sus cosas en orden.
Contactó con un sacerdote y lo citó en su casa para informarle de su última voluntad. Le dijo qué canciones quería que se cantaran en su misa de cuerpo presente, qué lecturas y con qué traje deseaba ser enterrada. La mujer también solicitó ser enterrada con su libro favorito.
Todo estaba en orden y el sacerdote se estaba preparando para irse cuando la mujer recordó algo muy importante para ella.
—¡Hay algo más! —dijo ella exaltada.
—¿Qué es? —respondió el sacerdote.
—Esto es muy importante —continuó la mujer—. Quiero ser enterrada con un tenedor en mi mano derecha.
El sacerdote se quedó confundido mirando a la mujer sin saber exactamente qué decir.
—¿Es que le sorprende? —preguntó la mujer.
—Bueno, para ser honesto, estoy intrigado con la solicitud —dijo el sacerdote.
La mujer explicó:
—En todos estos años que he asistido a eventos sociales y cenas de compromiso, recuerdo que siempre que iban a retirar los primeros platos alguien me advertía: «Quédate con tu tenedor». Los postres son mi debilidad y después de los entrantes, llega mi parte favorita y sé que algo mejor está por venir: pastel de chocolate o de manzana, helados, flanes… ¡Algo maravilloso y sustancioso! Así que quiero que la gente me vea dentro de mi ataúd con un tenedor en mi mano y quiero que se pregunten, «¿Por qué tiene ese tenedor?» Después quiero que usted les diga: «Se quedó con su tenedor porque lo mejor está por venir».
Los ojos del sacerdote se llenaron de lágrimas de alegría mientras abrazaba a la mujer despidiéndose. Él presentía que ésta sería la última vez que la vería antes de su muerte. Pero también reconocía que la mujer tenía un mejor concepto del Cielo que él mismo porque ella sabía que algo mejor estaba por venir.
En el funeral la gente pasaba por el ataúd de la mujer y veían el precioso vestido que llevaba, su libro favorito y el tenedor puesto en su mano derecha. Una y otra vez el sacerdote escuchó la pregunta, «¿Y ese tenedor?», y una y otra vez él sonrió.