lunes, 3 de agosto de 2015

El muro en la entrada de la cueva

Dicen que una vez un hombre era perseguido por varios malhechores que querían matarlo. El hombre se escondió en una cueva. Los malhechores se acercaban y desesperado elevó una plegaria a Dios:
—Dios todopoderoso, haz que dos ángeles bajen y tapen la entrada para que no entren a matarme.
En ese momento escuchó a los hombres acercándose a la cueva y vio aparecer una arañita. La araña empezó a tejer una telaraña en la entrada de dónde él se encontraba.
El hombre angustiado volvió a elevar otra plegaria:
—Señor te pedí ángeles, no una araña. Ruego que con tu mano poderosa hagas un muro en la entrada para que esos hombres no puedan entrar a matarme.
Abrió los ojos esperando ver el muro tapando la entrada y observo como la arañita iba cubriendo la puerta con su telaraña.
Cuando llegaron los malhechores frente al escondrijo donde se encontraba, se sintió perdido y quedó esperando su muerte. Pero éstos viendo como una telaraña taponaba toda la entrada se pararon, aunque uno dijo:
—Vamos, entremos en esta cueva.
El otro contestó:
—¿No ves que hay telarañas? Hace tiempo que nadie ha podido entrar ahí. Sigamos buscando por las demás cuevas.

Tener fe y perseverar, porque para el que cree no hay nada imposible.

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