lunes, 30 de noviembre de 2020

Mala reputación

 

Dicen que lo escribió Arturo Pérez Reverte.  Se le atribuye, pero él ha dicho en numerosas ocasiones que este texto no es suyo.

A mí me da igual de quién sea. Podemos identificarnos con lo dicho o no: Estas reflexiones son para reflexionar, y las comparto… Dice así:

En los últimos tiempos mi vida se complica.

No obstante, agradezco a todos mis amigos que todavía se atrevan a relacionarse conmigo, a pesar de todos mis defectos.

Nací blanco, lo que hace de mi un racista.

No voto a la izquierda, lo que hace de mi un fascista.

Soy cristiano, lo que hace de mí un perro engañado (según los moros).

Yo reflexiono sin creerme todo lo que la prensa me dice, lo que me hace un peligroso reaccionario.

Valoro mi identidad y mi cultura, lo que hace de mí un xenófobo.

Me gustaría vivir con seguridad y ver a los delincuentes en la cárcel, lo que hace de mí un bastardo torturador.

Creo que cada uno debería ser recompensado según sus méritos, lo que hace de mí un egoísta antisocial.

Estoy orgulloso de ser español, lo que atenta contra la libertad y el derecho a decidir democráticamente de los pueblos oprimidos.

He sido educado en valores y principios, lo cual hace de mí un carca que se opone al bienestar social.

Creo que la defensa de mi país es cosa de todos los ciudadanos, lo cual hace de mí un militarista asesino.

Pues nada. He aquí una breve reseña de mi mala reputación...

Pero, al menos somos varios: el amigo que me ha enviado el mensaje, tú que lo recibes y yo. 

Demoledora respuesta

 

En ningún momento le ha faltado el respeto, pero le ha debido hacer pupa al tolerante.

Me hago eco de un fantástico hilo de Twitter de hace unos meses, escrito por Susana Pérez y dirigido al Vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, con el que no podemos estar más de acuerdo. En él, esta usuaria hace una demoledora crítica hacia él y todo lo que representa, pero en ningún momento lanza ningún tipo de insulto, improperio o falta de respeto.

Parece ser que el líder de la extrema izquierda ha tenido conocimiento de la existencia de esta carta en forma de hilo y no le ha debido sentar muy bien su contenido, pues, como buen demócrata que presume ser, ha bloqueado a la remitente. El escrito no tiene desperdicio. La carta  de la Twittera dice así:

«Hoy te voy a escribir a ti… únicamente a ti @PabloIglesias.

Tuve la suerte de vivir una juventud en la que daba igual si votabas a unos o a otros. Nadie te preguntaba, y si lo sabían, nadie te odiaba por ello.

También viví una época en la que, para todos, portar la bandera de España era símbolo de celebración o de orgullo, como ese mundial que ganó la selección Española de Fútbol hace diez años, y después la Eurocopa. Nadie te recriminaba nada.

Podías portar la rojigualda con total orgullo y libertad. Podías votar al PP, a Izquierda Unida o al PSOE y todos te respetaban. Y los asesinos eran eso, asesinos…

Hace 23 años que se asesinó a Miguel Ángel Blanco. De rodillas. De un tiro. Mientras toda España manifestándose en Ciudades, pueblos, avenidas…, suplicando que no lo mataran. ¿Y sabes Pablo? Ahí había votantes de todos los partidos, porque antes de que tu aparecieras teníamos mucha más humanidad que ahora.

Y daba igual a quien votaba el vecino. Los principios y las vidas estaban por delante.

Luego apareciste tú, Podemos, Monedero, Irene, Echenique… y de repente aparecieron palabras que yo solo había oído en el colegio y como parte de mi educación, no como adjetivo calificativo hacia ninguno de mis vecinos. Facha, comunista, rojo…

Es más, Franco llevaba muerto y enterrado años. Nadie hablaba de él. Y de repente apareces tú, y se empezó a hablar de Franco, fachas, muertos…, por todos lados.

Los que no han conocido la realidad que yo viví con 20 años, donde todos votábamos y convivíamos con total armonía, hoy destrozan ciudades cuando no les gusta un resultado electoral, destrozan mobiliario urbano…, y eso antes no pasaba. Eso, querido Pablo, se lo has inculcado tú.

Porque tú y los tuyos, solo habéis venido para resucitar problemas, odios y vivir a cuerpo de rey mientras podéis joder al de abajo. Porque antes de que tú aparecieras había ‘respeto’ por los demás.

Porque antes de que tú aparecieras, la política era política, como la que hacía la derecha y como la que hacía el gran Julio Anguita…, política respetando al rival. Porque los políticos son rivales Pablo, no son enemigos como tú has acabado haciendo…, enemigos de todos lados.

Te has convertido en todo lo que criticabas y lo peor es que tus cachorros podemitas, con la cabeza comida por tu desfachatez, defienden que hagas todo lo que criticabas. Qué pena que te gusten las multitudes ignorantes, porque sabes que con una pizca solo de inteligencia, nadie te va a votar. Haciendo ignorante al pueblo y adoptando medidas populistas te votan Pablo, y lo sabes.

Pero parece ser que la España que yo conocía, está despertando. Y te vas a cagar. Prepárate Pablo, lo de Galicia y el País Vasco solo ha sido el comienzo.

Vamos a por vosotros… por haber roto la armonía, el respeto, la convivencia y la paz del pueblo español.

¡Por favor, cierre la puerta al salir!»

No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. lo que más me preocupa es el silencio de los buenos. Martin Luther King Jr.

Si pones a un comunista a cargo del desierto del Sahara, en cinco años habrá escasez de arena. Sir Winston Churchill.”

 

domingo, 29 de noviembre de 2020

Gaslighting


 

Buscando conocer más sobre el comportamiento de aquellas personas que parece que han nacido para hacer daño y sembrar el sufrimiento, me he topado con un nuevo término para identificarlas: «Gaslighting».

Gaslighting es un patrón de abuso emocional en la que la víctima es manipulada para que llegue a dudar de su propia percepción, juicio o memoria. Esto hace que la persona se sienta ansiosa, confundida o incluso depresiva. Este término, que realmente no tiene traducción al español, viene de la película clásica de Hollywood llamada «Gaslight», en la que un hombre manipula a su mujer para que crea que está loca y así robar su fortuna…

viernes, 27 de noviembre de 2020

Orar y agradecer


ACCIÓN DE GRACIAS DE RUBEN CEDEÑO:

Gracias Padre por mi vida,

que es la tuya y la de los demás.

Gracias por la luz y por las sombras,

que me hacen ver Tu inmensidad.

Gracias Padre por la tierra,

el fuego, el aire y el mar.

Gracias por el amor y por amar,

por saber y tener voluntad,

por un amigo y la humanidad,

por la sonrisa del niño,

por papá y mamá.

Gracias Padre por los negros y los blancos,

los indios, mestizos y zambos,

por las piedras y las plantas,

animales y por los Santos,

por los Tronos, Serafines y Arcángeles,

la Fe, Esperanza y Caridad,

por el reto y por la Paz.

Gracias Padre por las palabras,

la expresión y el poder hablar,

la pintura y las letras,

la música, la escultura,

el teatro y la arquitectura.

Gracias Padre por las ciencias,

las medicinas y electricidad,

por la física y la química,

alquimia y biología.

Gracias por la “Verdad”.

Gracias Padre por ser cristiano,

rosacruz o hinduista,

judío, masón o musulmán,

metafísico o budista.

Gracias Padre porque sabemos que existes

y de muchas formas a Ti podemos llegar.

Gracias por todo,

desde el grano de arena

hasta el sistema solar,

por todas las galaxias,

por sentir, pensar y poder crear.

Gracias por el momento en que puedo meditar,

viéndote en cada sitio de mi diario caminar.

Gracias por poder agradecerte todo lo que me das.


martes, 24 de noviembre de 2020

Signos de tu amor

 

Espíritu Santo... 

Fuente inagotable de todo lo que existe,

hoy quiero darte gracias.

Gracias ante todo por la vida,

porque respiro,

me muevo, 

siento el latido,

mi cuerpo funciona,

mi corazón se emociona.

Hay vida en mí.

Gracias porque a través de mi piel y mis sentidos

puedo tomar contacto con los seres que has creado.

Porque el aire roza mi piel,

siento el calor y el frío,

percibo el contacto con las cosas que toco.

Gracias porque mi pequeño mundo

está repleto de maravillas que no alcanzo a descubrir.

Gracias porque tu amor me llega cada día.

Me rodeas y me envuelves con tu luz.

Gracias porque estás conmigo en todo lo que me pasa,

para que pueda aprender algo de cada cosa que me suceda.

Gracias porque quieres transformar todo mi ser 

con tu vida divina.

Gracias porque cada día es una novedad,

porque siempre hay nuevos signos de tu amor,

porque siempre me invitas a algo más

y siempre me llamas a volver a empezar.

¡Gracias Espíritu Santo!

 

viernes, 20 de noviembre de 2020

Deudas emocionales



Hay momentos en la vida que las personas tendemos a experimentar la sensación de tener deudas emocionales, tanto con personas vivas como con personas que ya no están. Y saldar nuestras deudas con aquellos que ya no viven es, cuanto menos, complicado. En vida podíamos sentirnos en deuda, pero había un después donde se presentara una oportunidad. Ahora no.

Las deudas emocionales con los que ya no están tienen que ver con la sensación de haber causado un daño que ya no podemos reparar. Cuando un ser querido nos deja, la memoria se pone en marcha y las secuencias actúan como jueces que nos pide cuenta y la conciencia se sensibiliza y el arrepentimiento se activa y sientes que no puedes reparar esos momentos donde fallaste, y el pesar te pesa y la culpa arde como una brasa que no te deja vivir en paz.

miércoles, 18 de noviembre de 2020

Sin amor...

 

La inteligencia sin amor...

te hace perverso.

La justicia sin amor...

te hace implacable.

La diplomacia sin amor...

te hace hipócrita.

El éxito sin amor...

te hace arrogante.

La riqueza sin amor...

te hace avaro.

La docilidad sin amor...

te hace servil.

La humildad sin amor...

te hace orgulloso.

La verdad sin amor...

te hace hiriente.

La autoridad sin amor...

te hace tirano.

El trabajo sin amor...

te hace esclavo.

La pasión sin amor...

te hace promiscuo.

La oración sin amor...

te banaliza.

La ley sin amor...

te esclaviza.

La fe sin amor...

te fanatiza.

El diálogo sin amor...

se convierte en una discusión enfermiza.

La cruz sin amor...

se convierte en injusta tortura.

La vida sin amor…

no tiene sentido.

lunes, 16 de noviembre de 2020

Hay gente...

 

Hay gente que te la hace fácil la vida.

Que te allana el camino.

Que te corre las piedras que vos no viste

porque estabas demorada en otro pantano.

Gente que festeja tu sonrisa.

Que te pone una manta,

porque como tiene frío

se adelanta al tuyo.

Gente que te escucha con el corazón

y mirándote a los ojos.

Gente a la que no le importa

gastar un minuto en discutir algo

que no le suma a ninguna de las dos partes.

Gente que te cuida,

te valora y te respeta,

sobre todo,

cuando estás ausente.

Es gente que te quiere sin vueltas.

Sin enrosques.

Sin pedido de facturas ni reproches.

Gente que te elije por tu compañía.

Por quién sos.

Porque acepta tu herida y tu belleza.

Gente buena.

Gente que vuela con tu vuelo

y te recuerda los tres deseos

que te tocan para tu cumpleaños.

Gente que alimenta tu alma.

Sana. Cura. Salva.

Esa gente se vuelve imprescindible.

Se cuida como oro.

Esa gente es necesaria

y uno tiene que valorarla cuándo está,

no cuándo hace falta.

A esa gente se la ama. Y punto.

Lorena Pronsky


 

sábado, 14 de noviembre de 2020

Confianza para confiar

 


Las personas con las que sincerarnos son un soporte emocional muy necesario en nuestra vida. Son figuras soporte que alivian tensiones y que nos escuchan. Las personas con las que sincerarnos apenas caben en los dedos de una mano. Cuesta encontrarlas, pero cuando damos con ellas la vida pesa menos, los problemas se vuelven livianos porque compartimos complicidades, miedos, ansiedades y también felicidades.

martes, 10 de noviembre de 2020

Analogía

Dios con nosotros...

Cuando Dios quiso crear peces, le habló al mar.

Cuando Dios quiso crear árboles, le habló a la tierra.

Cuando Dios quiso crear al hombre, se volvió a Sí mismo y dijo: 

Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza.

Sabemos que, si sacamos un pez del agua, morirá. 

Si removemos las raíces de un árbol, también morirá. 

Igualmente, cuando el hombre se desconecta de Dios, muere.

Dios es nuestro entorno natural. 

Fuimos creados para vivir en Su presencia. 

Tenemos que estar conectados con Él, 

porque solo con Él existe la vida.

Permanezcamos conectados con Dios.

Recordemos que el agua sin peces sigue siendo agua, 

pero los peces sin agua no es nada.

La tierra sin árboles sigue siendo tierra,

pero el árbol sin tierra no es nada.

Dios sin el hombre sigue siendo Dios, 

pero el hombre sin Dios no es nada.

Cuando una persona actúa emocionalmente aislado de la presencia de Dios, puede dar rienda suelta a manifestaciones dolosas, que en muchas ocasiones son el producto de heridas, rechazos, falta de perdón, rabia, rencor, lo cual le hace formar una barrera espiritual que le impide conectar con Dios. Dichas actuaciones llevan a la persona a hacer y decir cosas que no vienen de su espíritu, porque se siente vacía por dentro.  

Haz que tu relación con Dios sea tu primera prioridad en tu vida. Los afanes de la vida nos desgatan y consumen. No permitas que todas las cosas de este mundo roben el tiempo que le pertenece a Dios. 

Ora. Dile lo que está en tu mente. Háblale acerca de tus preocupaciones. Pídele lo que necesitas y lo que quieres. Reza por las necesidades de otras personas, por los que te critican y humillan para que se den cuenta de su error y se arrepientan. 

Dios contigo: Tú con Dios. Ya lo decía Santa Teresa: ...Quien a Dios tiene nada le falta, solo Dios basta...


sábado, 7 de noviembre de 2020

Bichos invasores


 

Habitamos un planeta lleno de vida: animales y plantas luchan por la subsistencia y el hombre, animal y rey de los animales, vive gracias y a costa de los animales y plantas. Ahora que hablando de animales…, yo me paso la vida dando gracias por vivir en el tiempo que vivo y dónde vivo.

Te cuento. ¿Te imaginas vivir en tiempo de los dinosaurios? Me aterra sólo pensarlo. Esos bichos enormes…, bichos no, moles impresionantes que levantan la pata y te aplastan. Ahora que vivir en la sabana africana entre tantas fieras acechando todo el día, tampoco es atractivo. Y las selvas tropicales nada me atraen. Sí, mucho canto de pájaros, pero deambulan miles de bichos que mejor poner tierra de por medio. 

martes, 3 de noviembre de 2020

La casa de los abuelos


Cuando se cierra la casa de los abuelos... Pienso que uno de los momentos más tristes de nuestra vida llega cuando se cierra para siempre la puerta de la casa de los abuelos.

Esos encuentros con todos los miembros de la familia que enaltecen su linaje cuando se juntan como si de una familia real se tratase, llevando siempre por bandera a los abuelos, cómplices de todo.

Las tardes de alegría con tíos, primos, nietos, sobrinos, padres, hermanos e incluso novios pasajeros que se enamoran del ambiente que allí se respira. Ni siquiera hace falta salir a la calle, estar en la casa de los abuelos es lo que todo el mundo necesitaría para ser feliz.

Durante esos encuentros familiares de los domingos o en Navidad no llegas a pensar ¿y si esta fuera la última vez? Cuesta aceptar que los encuentros tengan fecha límite, que algún día el silencio se apodera de la casa y todo estará cubierto de polvo y las risas serán un recuerdo de tiempos mejores.

Los año pasan, encuentros tras reencuentros y sin darnos cuenta pasamos de ser niños abriendo regalos a sentarnos todos los adultos en la misma mesa, saboreando desde el postre del almuerzo hasta el aperitivo de la cena, porque cuando se está en familia el tiempo no pasa y el aperitivo es sagrado.

Las casas de los abuelos siempre están llenas de sillas, nunca se sabe si un primo traerá a la novia, a un amigo o al vecino, porque allí todo el mundo es bienvenido.

Saludas a la gente que pasa por la puerta, aunque sean desconocidos, porque la gente de la calle de tus abuelos es tu gente, es tu pueblo.

Cerrar la casa de los abuelos es decir adiós a las canciones con la abuela y a los consejos del abuelo, a las galletas a los caramelos a las monedas que te dan a escondidas de tus padres como si de una ilegalidad se tratase, a llorar de risa por cualquier tontería y a llorar por la pena de los que se fueron demasiado pronto.

Así que si tienes la oportunidad de llamar a la puerta de esa casa y que alguien te abra desde dentro debes aprovecharla cada vez que puedas, porque entrar ahí y ver a tus abuelos sentados esperando para darte un beso es la sensación más maravillosa que puedas sentir en la vida. Cuando ellos no estén se cierra la puerta de la casa y la familia muere un poco con ellos, y las relaciones se van distanciando y ya nada será lo mismo.

Si resulta que ahora os toca ser abuelos, nunca pierdan la oportunidad de abrir las puertas a tus hijos y a tus nietos y celebrar con ellos el don de la familia, porque solo en la familia es donde los hijos y los nietos encontrarán el espacio oportuno para vivir el misterio del amor a los más cercanos y a los que te rodean.

Queridos abuelos. Queridos padres… Para los que no están mis mejores pensamientos, un beso, un abrazo, un te quiero, un te echo de menos, un hasta luego, un te espero, un silencio prolongado en el tiempo. Hoy el pensamiento se alimenta de tantos recuerdos, mientras el alma se bebe las agrias lágrimas del desconsuelo.

Quien pasó por nuestra vida y dejó luz, ha de resplandecer en nuestra alma para toda la eternidad. 

lunes, 2 de noviembre de 2020

Recordándoles siempre

 

Aristóteles decía que: Recordar a un ausente es una experiencia emocional de estilo agridulce, pues, si por un lado nos dolemos por la ausencia, al mismo tiempo no hay forma de ser conscientes de la ausencia sin recordar la presencia y ésta, la presencia, es en esos momentos más dulce que nunca.

Rescatando el sentido de este día, propongo un brindis por los que ya no están. Por los abuelos, padres, tíos, primos, hermanos. Por los amigos y amores que se fueron tan de mañana.

Ya son polvo de estrellas que iluminan el cielo, pero mantienen sus lares en nuestro corazón. A todos y cada uno de ellos, un cálido recuerdo y tres palabras: gracias, los quiero, les echo de menos...

Por los que no están con nosotros.

Por los que faltan y dejaron su ausencia escrita en recuerdos.

Por aquellos que dejaron de ver nuestros ojos 

y nosotros los suyos.

Por aquellos que el corazón les falló 

y dejaron de escribir notas en la partitura de nuestra vida.

Por aquellos que prometieron ser felices 

y murieron luchando por conseguirlo.

Por aquellos que no llegaron a serlo…

Por aquellos que murieron con una sonrisa en la cara

y miles de recuerdos vividos.

Cuando alguien a quien amamos muere, nunca lo podemos olvidar por completo. Nosotros simplemente aprendemos poco a poco a seguir la vida sin ellos. Y siempre los mantenemos bien guardados en nuestro corazón hasta el último día de nuestra vida.

Un brindis por aquellos que nos sonríen desde las estrellas...

Mamá, papá: 

todo mi amor para ustedes, 

que me faltan hoy

y todos los días…

domingo, 1 de noviembre de 2020

El dolor del adiós

 


«Mostrar sentimientos por la pérdida de un ser querido es vergonzante para muchas personas». Esto decía hace unos años a Laura Peraita el director general del Centro de Humanización de la Salud, José Carlos Bermejo que está acostumbrado a lidiar con la muerte de los pacientes que están en cuidados paliativos y, al mismo tiempo, a dar consuelo a los seres queridos que viven con gran angustia la última fase vital de sus familiares. Asegura que la pérdida de un ser querido constituye una de las experiencias más intensas que los seres humanos atravesamos en nuestra vida. «Nos duele en función de la naturaleza y el vínculo que manteníamos con él». Y asegura que, tras una muerte cercana no hay que resignarse, sino «reinventarse».