lunes, 27 de julio de 2015

Tenemos…

Tenemos casas más grandes pero familias más pequeñas.
Tenemos más compromisos pero menos tiempo.
Tenemos más medicinas pero menos salud.
Tenemos mayores ingresos pero menos moral y felicidad.
Tenemos más libertad pero menos alegría.
Tenemos más comida pero pasamos hambre porque evitamos comer.
Tenemos casas más bonitas pero más hogares rotos.
Tenemos más poder adquisitivo pero interiormente estamos vacíos.
Hemos llegado a la luna pero tenemos problemas para conocer a nuestro vecino.
Somos más exigentes e inconformistas.
Nos enamoramos y desenamoramos rápidamente y como consecuencia aumentan los divorcios.
Hemos conquistado el espacio exterior pero no el interior.
Hablamos mucho, amamos poco y envidiamos demasiado.
Mejor, siéntate en la terraza y admira la vista sin fijarte en las malas hierbas,
pasa más tiempo con tu familia y dile que les quiere,
disfruta con ellos y con amigos del campo y la playa,
come tu comida preferida, visita los lugares que te gustan.
La vida es una sucesión de momentos para disfrutar, no es cuestión de sobrevivir.
No retrases nada que agregue alegría y felicidad a tu vida.
Goza de cada momento: canta, lee, escribe…
Cada día, hora y minuto pueden ser especiales porque tú los conviertes en especiales.

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