La cultura del esfuerzo hace referencia a que las cosas, objetivos o metas se consiguen esforzándose y trabajando. La cultura del esfuerzo nos enseña a ser adaptativos, a asumir responsabilidades, a tomar los tropiezos o fallos de forma positiva y realista, y por supuesto favorece el desarrollo de la constancia.
El “esfuerzo” se define como la acción de emplear gran fuerza
física y/o moral con algún fin determinado, cuando hablamos de la cultura del
esfuerzo haciendo referencia a nuestros niños queremos crear una
visión global del esfuerzo más allá del contexto académico.