¿Qué significa el mandato “Honra a tu padre y a tu madre”? El Oxford English Dictionary dice, que honor significa “considerar con gran respeto o alta estima”. También describe el honor como “algo considerado como una oportunidad y que trae orgullo y placer; un privilegio”. Ambos términos describen lo que significa honrar a tus padres.
La respuesta que da la Biblia. En la Biblia aparece a menudo
el mandato “Honra a tu padre y a tu madre” (Éxodo 20:12; Deuteronomio 5:16;
Mateo 15:4; Efesios 6:2, 3).
Honramos a nuestro padre y a nuestra madre cuando atendemos
sus enseñanzas y agradecemos todo lo que han hecho por nosotros, y demostramos
que los valoramos teniendo en cuenta su testimonio de vida y sus consejos. (Proverbios 7:1, 2; 23:26).
La Biblia dice que “la hermosura de los hijos son sus padres”, es decir, que
los hijos deben sentirse orgullosos de sus padres. (Proverbios 17:6).
La Biblia es clara acerca de cómo debemos tratar a nuestros
padres. El cuarto mandamiento dice: “Honra a tu padre y a tu madre, para que
tus días se alarguen en la tierra que el Señor tu Dios te da”. ( Éxodo 20:12 ).
Este mandamiento y la bendición que le acompaña, se repiten a lo largo del
antiguo y nuevo testamento. Al honrar a nuestros padres, es esencial que les
mostremos respeto, aceptemos su autoridad, les obedezcamos, y les apreciemos y ayudemos.
¿Por qué es importante honrar a nuestros padres? Jesús dijo:
“Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos… Honra a tu padre y a
tu madre y ama a tu prójimo como a ti mismo”. Mateo 19:17, 19. También dijo
en Mateo 15:4. “Porque Dios mandó: ‘Honra a tu padre y a tu madre’, y cualquiera
que injurie a su padre o a su madre, ciertamente morirá”.
La Palabra del Señor dice en el libro de Proverbios 30,11: “Hay
generación que maldice a su padre y a su madre. Al que maldice a su padre o a
su madre, se le apagará su lámpara en medio de las tinieblas”. Y el Proverbios
30:17 dice: “El ojo que escarnece al padre y desprecia la obediencia a la
madre, será arrancado por los cuervos del valle y devorado por los buitres”. ¡Estas
son algunas consecuencias aterradoras por no honrar a tus padres! Pero, ¿por
qué es un problema tan grave?
En primer lugar, Dios está invertido en las relaciones. Él
deseaba una relación con cada uno de nosotros. Para ilustrar la estructura de
la relación, creó la familia. La forma en que respetamos a nuestros padres dice
mucho sobre cómo mostramos respeto a Dios. Honrar a nuestro padre y a nuestra
madre nos enseña cómo honrar mejor a nuestro Padre Celestial.
El respeto por nuestros padres no solo es importante para
mostrar respeto a Dios, sino que también nos enseña a respetar la autoridad.
Tim Keller dice: “El respeto por tus padres es la base de cualquier otro
tipo de respeto y cualquier otro tipo de autoridad”. Honrar a nuestro padre
y a nuestra madre nos enseña que Dios ha puesto a personas en autoridad sobre
nosotros. Honrarlos también nos enseña cómo respetar esa autoridad y ser
respetados por aquellos sobre los que tenemos autoridad.
Hay que reconocer que los padres suelen dedicar más tiempo a
sus hijos y a su bienestar que a la inversa. En general, los padres valoran la
relación de forma más positiva que el hijo adulto. Hoy podemos darnos cuenta
cómo ha cambiado la relaciones, padres e hijos. En la actualidad, la sociedad
otorga más importancia a la felicidad individual y menos al sacrificio por el
bien del núcleo familiar, e incluso fomentan el concepto de familia “elegida” y
la idea de que el respeto se gana y no se confiere.
Siempre hay hijos con caracteres problemáticos que crean
tensiones en la familia, por tanto, el alejamiento es la normalidad y pasarán mucho tiempo sin ver a sus progenitores. Algunos padres dicen que se sienten ignorados por
sus hijos adultos y que no reciben la atención que desean o merecen. Y se
sienten desolados. De hecho, más de una cuarta parte de los adultos jóvenes
afirman estar distanciados de sus padres, según un estudio (en inglés) que se publicó
en la revista Journal of Marriage and Family.
Según los investigadores, parte del problema podría deberse a
los cambios culturales. En algunos casos, los hijos pueden estar
poniendo límites debido a que existe disfunción familiar, pero otros pueden
estar ocupados con su propia carrera, con su trabajo, con la libertad de su vida, y consideran que
dedicar atención a los padres mayores es una tarea que les agobia.
También hay que tener en cuenta que hay hijos y situaciones... A veces, el distanciamiento en las familias es algo puntual o temporal, puede ser que a los hijos la vida se le vuelve demasiado agitada se sienten estresados y dejan pasar el tiempo sin mantener contacto. Las repercusiones de no tener una interacción frecuente y franca con sus hijos, puede ser bastante grave para la salud emocional e incluso para la salud física de los padres.
Este es un hecho sangrante que acontece en nuestra sociedad. Hay
hijos que ignoran a sus padres y se desentienden de ellos cuando estos más los
necesitan. Las visitas dejan de producirse, el teléfono deja de sonar y el
adulto de edad avanzada queda sumido en la soledad y el abandono. Sentirse abandonados por sus hijos es muy doloroso para unos padres; que los hijos se desentienden de sus padres ancianos, es una dura realidad y un gran pecado.
Dicen que: “Ser un gran padre no te garantiza que tendrás una
relación con tu hijo para toda la vida”.
Los buenos padres se sacrifican por sus hijos, los educa, les inculca valores, les transmite ejemplo de vida, pero hay hijos que a medida que crecen se van desviando de las lecciones recibidas y se convierten en abusadores que ven a sus padres como meros servidores. Para ellos la casa es un techo y servicio gratuito. A la madre la ven como "un bulto" que se mueve por la cocina, no se ocupan ni preocupan por cómo está, cómo se siente, qué necesita; ni aún estando enferma, tienen la sensibilidad de mostrarles cariño, cercanía y apoyo. Ellos van a lo suyo y las lágrimas de sus padres les importa poco, tan poco, que dicen que ellos son jóvenes y tienen que divertirse... Recuerda que Dios te manda que honres y obedezcas a tus padres, no los desprecies ni los hagas sufrir, sus lágrimas no se secan y Dios te pedirá cuentas. Sé un hijo agradecido y como buen hijo, respeta y honra a tus padres
mientras los tienes a tu lado, porque cuando ya no estén, por mucho que digas
que los respetaste y que los quisiste, no se convierte en verdad, la verdad
sigue siendo que los ignoraste y cargarás con ello en tu conciencia, y al final de tus días tendrás que dar cuenta por ello.
Trata a tus padres con gran respeto. Lo más importante es que honrar a nuestros padres demuestra
el amor de Cristo. Crear lazos fuertes en nuestras familias, puede sanar
relaciones rotas y nos ayuda a crecer como cristianos. Honrar a tu padre y a tu
madre puede ser una oportunidad increíble para compartir el amor de Dios, y si no ha sido así, Dios lo ha visto todo.
¡Felicidades Papá! Mejor dicho, la que me felicito soy yo porque eres mi padre. El mayor y mejor regalo que he recibido en la vida vino de Dios, son mis padres: Papá, mamá. Mamá, papá. Gracias por todo lo que hicieron por mí, por su ejemplo de vida, por sus lecciones y enseñanzas: el respetar, el no mentir, el no ir con chismes, el no meterse en la vida de nadie, el ir con la verdad, el ser solidarios y serviciales, honesto y leales... Pero, sus enseñanzas quedan en entredicho. Hoy sus hijos no tienen en cuenta sus enseñanzas y llenos de inquina se han unido en contra de una hija, la que estuvo siempre pendiente de sus necesidades, con el afán de desprestigiarla han ido aireado falsedades y mentiras, fruto de su mala conciencia y creyendo que por desacreditarla se adueñan de su crédito, pero no, quedan desacreditados. No se preocupen por mí, Dios me asiste y estoy en paz y tarde o temprano la verdad los delatará. Yo ya en el ocaso de mi vida, a Dios daré cuenta de mis acciones y me espera el reposo junto a mis padres.
Ser padres es plantar y echar raíces, es transmitir valores y dar testimonio de vida. Dios bendice a los padres para que guíen a sus hijos con amor, corrigiéndolos y orientándolos para que sean hombres de bien y se salven, y si sus hijos no siguen sus enseñanzas...
¡Gracias, Señor, por mis padres!
Fotografía: Internet
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