¿Cómo se va el tiempo? Parece que fue ayer cuando estrenamos el año y ya…, se está despidiendo. Esa observación es generalizada y todos coincidimos en lo mismo, en que el tiempo pasa volando. Los días son un suspiro, las semanas una siesta y el año un rápido vuelo.
Tenemos que reconocer que, al tiempo lo esperamos y le tememos porque, todo lo mide, lo marca y lo limita. Es nuestra excusa, nuestro aliado y nuestro enemigo. Al tiempo lo añoramos y lo detestamos. El tiempo está siempre en nuestra boca, vamos siempre acelerados con prisas. Es una palabra que no falta en nuestro día a día... «No tengo tiempo… No llego a tiempo… Se me fue el tiempo».
El tiempo da para mucho o para nada, según nuestras percepciones. Si tienes muchas ocupaciones, puede que el día se haga corto; pero cuando tienes poca o ninguna ocupación, el día es tan largo que cansa.
En estos tiempos que los trabajos no son tan sacrificados, gracias a la ayuda de las máquinas que nos hace la vida más fácil, sin embargo, no disponemos de tanto tiempo libre. Creo que bastante culpa la tiene la televisión, porque te sientas a ver las noticias y sigue viendo la novela y sigues…y se van las horas. Claro que también se necesita desconectar un poco del trabajo rutinario ya sea viendo la tele, leyendo o paseando, para ayudar a evadir y a sosegar un poquito los ánimos y poder recuperar el desgaste de la jornada. Ahora que como reparador; el tiempo que dedicamos a dormir. Dormir es el tiempo que más valoro, ya que los sueños los puede realizar al comenzar cada mañana. No hay nada como comenzar el día descansada e ilusionada…, consigues lo que te propongas, porque tus energías van directas a tus deseos.
Dormir es vida... Hoy se duerme poco, las noches están llenas de juerga, y al tiempo del sueño le están robando su tiempo. La gente joven y no tanto, se entregan a la noche como apurando el tiempo, como temiendo que se les vaya sin aprovecharlo, por eso, quieren vivir la noche a tope. La vida para vivirla hay que sentirla y saborearla. Vivir quemándola creo que no es vivir. Cuando vives agotado, vives al límite de las posibilidades. Si no duermes no podrás disfrutar de la vida. El sueño forma parte de la vida, es más… es vida. Los ciclos naturales están creados muy sabiamente: el día para la actividad y la noche para el descanso. Las mañanas de resacas, de insomnios, de cansancio pueden pasar factura y acarrear malas consecuencias. Uno de los signos visibles es la falta de concentración, baja el rendimiento intelectual, también altera el humor y la agresividad.
Por las mañanas no se pueden centrar en sus actividades; el que va al trabajo está en la inopia, el estudiante no se concentra, el que conduce pierde reflejos. Por mucho aguante que se tengan, por mucho café… y lo peor, con las diferentes drogas que se meten para mantenerse despiertos, no harán más que empeorar la situación. Falta de sueño y drogas, un cóctel explosivo.
El cerebro tiene sus ciclos… Su tiempo de rendimiento y de actividad está en función del tiempo de descanso. El tiempo del descanso es sagrado. No matemos el tiempo, aprovechémoslo y disfrutémoslo. Tras este tiempo de análisis, viene el tiempo del silencio…
EL TIEMPO
¿Qué es el tiempo?
El tiempo no existe,
no vale, no es nada.
El tiempo nos limita,
corriendo se nos pasa.
El tiempo es la escusa
de todo en la vida.
El tiempo… no hay tiempo,
¿para qué te apuras?
Cuando el ser se muere,
se le acabó el tiempo.
¿Qué es el tiempo entonces?
Como ves… no hay tiempo.
Fotografía: Brayan Zapata, cc.
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