Ser caminantes es vivir la aventura de descubrirse a sí mismos,
al mundo y a Dios, con nuevos ojos.
Ser caminantes es emprender un viaje por nuestros caminos interiores
en busca de emociones, sentimientos, ideas, creencias.
Un camino hacia nuestra espiritualidad, hacia nuestros afectos…
Ser caminantes es, descubrir los caminos exteriores,
salir al encuentro
de realidades y personas diferentes.
Ser caminantes es buscar,
descubrir y construir un lugar en el mundo;
integrarse al mundo de forma creativa y liberadora.
Sentirse útil en la construcción de una sociedad más auténtica, más justa.
Ser caminante es también ser compañero de marcha,
el caminante no camina solo;
el caminante sueña, proyecta, actúa y crece
junto a sus congéneres.
Ser caminante es comprometerse,
poner el cuerpo y el alma en la marcha.
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