domingo, 26 de mayo de 2019

Confiar...


¿Por qué nos cuesta confiar en la gente? Confiar es tener seguridad o esperanza, tener confianza en alguien o algo, tener la esperanza firme de que algo suceda. Ganarse la confianza de alguien lleva su tiempo; con respecto a las relaciones, tenemos que reconocer que somos pocos dados a fiarnos y confiar fácilmente en los demás, no es que seamos desconfiados por naturaleza, pero la sociedad actual está como perdida, sin tener referentes válidos y con un horizonte confuso. Verdaderamente, necesitamos tiempo para conocer y conectar con la persona a la que nos vamos a confiar.

Decía, Orson Scott: “Tienes que confiar en los demás, aunque a veces traicionen tu confianza, pues de lo contrario la vida sería imposible”. 

Confiar en los demás es clave para construir relaciones felices y significativas. Sin embargo, en ocasiones tras muchas decepciones cuesta bastante volver a dar ese paso. En estos casos es necesario proceder a un adecuado trabajo interno. Tener la capacidad de confiar en los demás es una parte muy importante de nuestra vida. Es ese tendón psíquico que nos confiere seguridad y la certeza de que podemos apoyarnos en ciertas personas para consolidar relaciones de cualquier tipo. 

La confianza es el pegamento de nuestros vínculos afectivos, familiares, de trabajo, de ocio... Si hay algo que todos sabemos es que cuando se conoce a una nueva persona, lo primero que valoramos es si es alguien en quien poder confiar. A menudo surgen dudas y reticencias, sobre todo si hemos tenido experiencias fallidas. La situación se puede volver aún más complicada si somos personas inseguras, con cierta ansiedad social y con escasas habilidad sociales. 

La confianza y el permitirnos confiar en los demás nos permite vivir mejor e invertir en mayor bienestar psicológico. El poder construir relaciones más cercanas y significativas depende de nuestra capacidad y habilidad para propiciar con seguridad esta dimensión tan valiosa. 

Pero ¿qué pasa cuando alguien te traiciona? Tal y como reveló un estudio publicado en ‘El The Journal of Neuroscience’ y llevado a cabo en ‘La Universidad Adelphi, Garden City’, Nueva York, la ruptura de la confianza tras una traición deja marca en nuestro cerebro. Es como una herida que tarda mucho en curar porque los vínculos sociales son muy importantes para este órgano. 

En la vida recibimos tantos golpes que decepcionados llegamos a decir: “Yo ya no me fío ni de mi sombra”. Para dejar atrás ese pensamiento y para confiar de nuevo en los demás, es necesario empezar de cero, tenemos que reiniciarnos emocional y personalmente. El primer paso para volver a confiar en los demás es entender qué nos ha hecho perder la confianza. No se trata ni mucho menos de lanzarnos a establecer lazos y vínculos sin aplicar filtros, con el corazón abierto y expuesto a posibles errores y malas elecciones. Se trata de reflexionar sobre qué hechos nos han provocado el sentir miedo a la hora de iniciar nuevas alianzas emocionales. 

La confianza es como una copa de cristal, una vez que se rompe, nunca será la misma. Para recuperar la confianza en ti y poder recuperarla en los demás, debes entender que las personas somos imperfectas. Esa imperfección debe ser tolerada en la medida de lo posible. Por tanto, acepta también que tú como los demás, también eres falible. Se debe trabajar la Inteligencia Emocional, transitando sobre todo en las emociones más complejas: el miedo, la rabia, la decepción… Si lo consigues te alzarás como buen gestor de esas dimensiones y perderás el miedo, y aprenderás a confiar en ti mismo. 

Cuando la confianza es mutua, el nudo aguanta todas las dificultades. Verdaderamente, todos necesitamos confiar en alguien, pues, qué difícil sería la vida si no confiamos en nadie, mucha gente se vive con el lema: “Yo solo confío en mí mismo” pero nada resulta más alejado de la realidad que esta frase. 

No confiemos rápidamente en la gente, no nos olvidemos que hasta el diablo fue un ángel y traicionó a Dios. Cuando nos traicionan tenemos que aprender a confiar, pero no confiemos en los que te cuentan las cosas de lo demás. 

Para confiar en la vida, la coach, Amparo Green, dice que “confiar trae premio” por eso, ella hay días en los que siente una energía que la empuja desde el primer momento en que abre los ojos al despertar. Para ella el verbo confiar parece estar omnipresente. Siente una alegría y una sensación de bienestar y gratitud extraordinaria. Comienza el día con la clara sensación de que es afortunada, de que la vida es maravillosa y que es un ser muy especial que ha venido a completar una parte de este mundo físico en el que vivimos. 

Confiar en la vida no siempre es fácil, tendemos a juzgarla, resistirnos, forzarla según nuestros variables criterios. La vida es un continuo movimiento, da muchas vueltas y tener la serenidad para aceptar de corazón lo que la vida nos trae nos puede resultar dificilísimo, sobre todo cuando no es lo que esperamos y deseamos. 

Sin embargo, nuestro ser aprecia mucho la confianza, es confianza de que la vida siempre nos va a traer lo que necesitamos para nuestro aprendizaje y evolución. Es cuando empiezo a confiar y a tomarme mis placeres seriamente, no me cuesta ser feliz porque encuentro satisfacción en todo lo que hago, en lo grande y en lo más pequeño también. Cuando pones tu confianza en alguien depositas tus secretos, porque sabes que tus secretos están a buen recaudo… 

La confianza se gana con mil acciones y se pierde con solo una. Soy de los que confía, demuestra y espera pero también sé callar, irme y no perder el tiempo. 

Fotografía: Internet

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