jueves, 30 de mayo de 2019

Canarias y su habla


¿Desde cuándo se conocen las Islas Canarias? Dicen que fue en el siglo XI a. C. cuando se supo de la existencia de las Islas Canarias. 

Los primeros en llegar fueron los fenicios y cartagineses, seguidos de los griegos y romanos. Durante la Edad Antigua se creía que las Islas Canarias eran el fin del mundo. Los autores griegos escribieron numerosas leyendas y relatos fantásticos, basadas en historias narradas por marineros y viajeros sobre tierras lejanas. Jardín de las Hespérides - Hesíodo: Los Campos Elíseos - Homero.

Durante mucho tiempo se creyó que Canarias podría formar parte de la Atlántida, un continente que había quedada sumergido en el océano, según la descripción de Platón. A partir del siglo I, escritores griegos como Plutarco empezaron a mencionar y describir con mayor precisión las Islas Canarias, a las que llamaron Islas de los Bienaventurados.

Las leyendas griegas fueron transmitidas a los romanos, quienes denominaron a las Canarias "Islas Afortunadas" El escritor romano Plinio el Viejo (siglo I) las describe en su obra Historia natural. Para ello, se apoya en los datos que le proporciona el rey Juba II de Mauritania, un personaje de la época que había realizado una expedición al archipiélago. 

Hoy la historia es la que es y si algo nos distingue a los canarios del resto de España es nuestra habla, por eso, hoy es un buen día para darnos un repaso, pues vamos a repasar nuestras particularidades de la mano de los estudiosos en el tema, ellos afirman que: La modalidad lingüística hablada en el Archipiélago Canario se inscribe en el llamado español atlántico o meridional. Por tanto, esta variedad forma grupo común con el andaluz, especialmente con el occidental, y con el español de América. 

Las razones históricas que han determinado esto son conocidas, el castellano se implanta en Canarias a lo largo del siglo XV y primeros años del siglo XVI, una vez se consuman la conquista y colonización de dicho territorio por parte de la Corona de Castilla. De modo que ha sido la virtual identidad de los procesos de anexión lo que explica las muchas analogías que presenta el español de las Islas con el de Ultramar. 

El español hablado en Canarias es muy parecido al español hablado en Cuba, Puerto Rico, Venezuela y Republica Dominicana. Algunas teorías la definen como una fusión entre la lengua portuguesa y el español, cada vez menos notoria debido a que se van asimilando más términos del castellano que sustituyen a los lusos. 

Hay que decir que el habla canaria es una modalidad del español que se instaura, evoluciona y se transforma en las Islas; teniendo su propia idiosincrasia marcado por el mestizaje a nivel léxico, gramatical, fonético… 

Sintéticamente, entre los factores originarios que pudieran determinarlo se destaca:
— La situación ultramar y atlántica del archipiélago. 
— La colonización de las islas por los castellanos en el siglo XV, con la llegada de colonos de diversos lugares. 
— Vestigios léxicos de los aborígenes isleños. 
— La coincidencia temporal con la colonización de Latinoamérica, así como la posterior emigración y estrechos intercambios con estos países. 
— La presencia en la historia de las islas de portugueses (desde la conquista hasta el siglo XVII) e ingleses/irlandeses (durante el siglo XIX, con una fuerte presencia y ligados al comercio y la explotación agrícola). 

Todo ello, ha desembocado en que su léxico se haya enriquecido con palabras de múltiples procedencias, principalmente de: 
— Arcaísmos-cultismos: palabras de la época de la conquista y colonización, en desuso en otros lugares (luego, liviano, demorarse…). 
— Guanchismos: derivadas de la lenguas aborígenes (gofio, baifo, tajinaste…). 
— Lusismos: provenientes del portugués y gallego (támara, enchumbar, millo…). 
— Anglicismos: derivaciones del inglés, aportados principalmente en el siglo XIX -principios del XX (naife, cambullonero, guanijei…). 
— Americanismos: de procedencia latinoamericana (papa, jarana, machango…). 

En lo que respecta a su pronunciación, el habla canaria es más suave y cadenciosa, pausada y suave; asimilándose al español hablado en Latinoamérica, principalmente Cuba y Venezuela. En este sentido, mencionamos: el seseo generalizado y eliminación del fonema “z”, aspiraciones de las “s” al final de sílaba, pronunciación sonora de la “ch”. 

A nivel gramatical, una de sus particularidades más notoria en la ausencia del pronombre personal “vosotros”, que es sustituido por “ustedes”. 

Estas notas aclaratorias del habla canaria son de Eugenio Egea Molina, y también las siguientes expresiones con su significado: 

— Arrancar la penca: marcharse, irse.
— Me la refanfinfla: Cuando algo es indiferente o da igual. 
— Tal/es y cual/es: etcétera, y más cosas. 
— Estrallar como un cartucho: romper algo haciendo ruido explosivo. 
— Priva(d)o a su juicio: exageradamente contento. 
— Tener/coger fundamento: portarse adecuadamente, ser responsable. 
— Más nunca: Nunca más (del portugués mais nunca). 
— Más nada: más nada (lusismo). 
— El más que me gusta: el que más me gusta. 
— Dejarse dormir: despitarse, quedarse parado o dormido. 
— ¡Cámbate (por) las patas!: sorpresa, alucinar. 
— Tener (coger) fundamento: Portarse bien, ser responsable. 
— Mandarse a mudar: Irse (implicando lejos o rápido). 
— Mira.../mire: oye.../oiga...(para llamar la atención de alguien) 
— ¡Mi niño/a!: Para referirse a ti de forma cariñosa; también, dependiendo de la entonación puede ser una llamada de atención. 
— ¡No, que va!: ironía, claro que si, por supuesto. 
— Estar en el aire: Alelado, estar pasmado. 
— ¡Fuuu!: Se usa para enfatizar algo exagerado. 
— ¡Agüita!: ¡que pasada! o cuidado. 
—¡Chosss!: para expresar algo exagerado. 
— Estar apestando: Oler mal. 
— Shah mano: salutación, sorpresa, exclamación, llamada. 
— Bobomierda: Insulto (más usado en Gran Canaria). 
— ¡Chacho oi(s)te!: Se usa para llamar la atención sobre alguien para comentarle algo que paso. 
— Baja pa(ra) abajo: bajar. 
—Echar un puño a la baifa: ir a ver a la novia o amiga con intenciones sexuales; cortejo. 
— Vete por la sombrita: manera de despedirse (con sol o sin él). 
— Ir en/follao: ir muy rápido (“Va follao con el coche”, “se enfolló tras la pelota”). 
— Ir embalao: ir rápido (“me voy embalao que llego tarde”). 
— Amarrar el burro a la guayabera: establecer contacto con personas de distinto sexo (ligar). 
— Cha mano: forma de llamar coloquialmente la atención del interlocutor: “oye tío”. 
— ¡Cógelo Cuco!: coletilla para recalcar una frase. 
— Chiquillo cocúo: con la cabeza grande o testarudo (¡Fuerte chiquillo cocuo!). 
— ¿Qué pasó?: frase introductoria de salutación o para iniciar conversación. 
— ¿Como estamos?: frase introductoria de salutación (dirigiéndose a una sola persona). 
— Seguir to´tieso: seguir totalmente en dirección adelante, recto.
—- Mi niño/a: frase afectuosa, se dirige a todas las personas (niños y adultos). 
— Estás tizna(d)o: estar sucio o manchado (“Viene tiznao de jugar”). 
— Tiene la cocinilla aj(h)umada: paso de niñez a adultez; referido al vello púbico. 
— Tin marinde dos pingüe cucara macara titere fue: para repartir o rifar. 
— ¿Cómo se encuentra el rancho (jarca o jurria)?: Para preguntar por la familia gente cercana (en desuso). 
— Enterao de la caja el agua: persona que se lo sabe todo (despectivo). 
— ¡Fuerte batata!: vaya mentira, trola o bola (batatoso: mentiroso). 
— Tener el buche lleno: tener la boca llena. Fig. perder la paciencia. 
— ¡Quietas lan vaca jai!: tranquilidad, despacio. Parar. 
— No seas sobajiento: deja de tocar (sobaj(i)ar: tocar). 
— Estar como un pejín: extrema delgadez, flaco o seco. 
— Estar como un guirre: lo mismo que anterior. 
— Estar abollao: tener el estómago lleno. 
— Luquiar al piberío: Mirar las chicas (look: del inglés mirar). 
— Andar bisniando: trapichear, buscarse la vida (bussines: negocio). 
— Tumbarse como un l(a)egarto: exponerse al sol en horizontal. 
— Tener el rabo tornia(d)o: momento de mal humor o contrariedad. 
— Llenar la cachimba: cansar, hartar (cachimba: pipa para fumar tabaco; “no me llenes la cachimba”). 
— Ir proa al marisco: dirigirse sin rumbo o desorientado.

Y, así podíamos seguir repasando, porque ya estas expresiones están desapareciendo a medida que van muriendo nuestros mayores.

Hoy la intercomunicación de las redes sociales va universalizando el lenguaje y van desapareciendo las expresiones tan particulares y propias de ciertos lugares: Los jóvenes se comunican con un lenguaje propio y empobrecido. Los de mediana edad no mantienen mucho contacto con el mundo rural. Y los adultos que dejaron el mundo rural, nos vamos educando y dejando atrás las expresiones que nos hacen tan peculiares...

Decía, Samuel Johnson, que: En el idioma está el árbol genealógico de una nación. 

Pues, la idiosincrasia de nuestras expresiones tan socarronas, mucho me temo, que tendremos que recordarlas a través de los libros y gracias a los libros las haremos presentes, aunque sea por el 'Día de Canarias'. Paisanos, ¡Feliz Día de Canarias!

Fotografía: Internet

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