Mi barca está a la deriva;
navega por la ribera.
El viento empuja a su antojo
sin impedirlo su vela.
Aunque me aferro al timón;
ya no me sirve de nada.
ya no me sirve de nada.
No puedo enfilar mi rumbo.
Mi vida está acabada.
La noche se echa encima
y el miedo se apodera.
Mis fuerzas se agotaron;
veo a la muerte que espera.
No importa que me mire,
le echo un pulso a la vida;
demostrando fortaleza
se puede dar por vencida.
Quiero gobernar mi barca
con mucha calma, sin prisas.
Respirar cada minuto.
Disfrutar de cada brisa.
Mi barca marcha serena
porque yo quiero gozar.
Navegando tendré vida,
y remando podré amar.
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