«Día Mundial contra el Cáncer»: El día 4 de febrero fue instaurado en el año 2000 como Día Mundial del Cáncer con el objetivo de aumentar la concienciación y movilizar a la sociedad para avanzar en la prevención y control de esta enfermedad.
La Unión Internacional contra el Cáncer (UICC), de la cual es miembro la aecc, lidera la campaña mundial destinada a erradicar mitos y concepciones erróneas que aún existen sobre el cáncer y hace un llamamiento al compromiso para reducir el impacto que estas enfermedades tienen en la población, tanto a través de medidas de prevención y detección precoz, como de acceso a tratamientos y cuidados eficaces.
Cáncer es el nombre que se da a un conjunto de enfermedades relacionadas. En todos los tipos de cáncer, algunas de las células del cuerpo empiezan a dividirse sin detenerse y se diseminan a los tejidos del derredor.
El cáncer puede empezar casi en cualquier lugar del cuerpo humano, el cual está formado de trillones de células. Normalmente, las células humanas crecen y se dividen para formar nuevas células a medida que el cuerpo las necesita. Cuando las células normales envejecen o se dañan, mueren, y células nuevas las remplazan. Sin embargo, en el cáncer, este proceso ordenado se descontrola. A medida que las células se hacen más y más anormales, las células viejas o dañadas sobreviven cuando deberían morir, y células nuevas se forman cuando no son necesarias. Estas células adicionales pueden dividirse sin interrupción y pueden formar masas que se llaman tumores.
El cáncer es un tema sobre el que se está investigando intensamente en todo el mundo, pero todavía existen muchas preguntas sin respuesta acerca de cómo se produce esta enfermedad. ¿Cómo se origina exactamente el cáncer y cómo se desarrollan los tumores? La teoría de las células madre cancerígenas explica cómo se generan algunos cánceres y por qué algunos pacientes sufren recaídas. Aunque queda camino por delante, gracias a la investigación sobre la enfermedad y a los avances en los tratamientos, hoy en día, más de la mitad de los cánceres se curan, abriendo para los pacientes un futuro con esperanza. En general conduce a la muerte del paciente si este no recibe tratamiento adecuado.
El cáncer puede llevar el sello genético, o no. Hay familias con antecedentes que ya te predispone, pero también puede ser, qué sin haber habido antecedente, se presente. En mi caso, son muchos casos: mi abuelo paterno, varios tíos, mi madre… Cuando lo vives en lo que más quieres y en carne propia es duro de llevar, pero hay que sobreponerse para ayudar y acompañar en el proceso de curación, porque los tratamientos se aplican para eliminar la enfermedad, otra cosa es que consiga abatirla.
Creo que lo más difícil comienza cuando te dan la noticia: «Tengo que informarle, que las pruebas determinan que usted tiene cáncer». Lo has escuchado, pero crees haber escuchado mal, pero no. Asimilarlo es todo un proceso que lleva su tiempo. Entras en shock, la mente queda bloqueada y no puedes reaccionar o te da por llorar y gritar. No comes ni duermes porque el miedo paraliza y en tu fatalidad no ves salida. Pasados unos días vas tomando el control de tus miedos y con algo de serenidad puedes asimilar el hecho y ya te centras en hacer lo que haya que hacer para remediarlo.
Los peores momentos de la vida solo se pueden sobrellevar desde la fe, quién no tenga fe, no tiene las fuerzas suficientes para soportar las inclemencias de la existencia. Sabemos que las personas somos cuerpo, alma y mente, y si nuestra alma y mente están sanas, aunque el cuerpo esté aquejado por alguna enfermedad, la fuerza de la mente puede vencerla con el impulso del alma. Recuerda, que tu mente al igual que puede ayudar a curarte cuando estás enfermo, te hace creer enfermo cuando estás sano. El cuerpo es despojo, el alma y la mente perdura, y yo desde esa conciencia voy haciendo frente a las vicisitudes de la vida. «No te rindas», decía Benedetti.
La enfermedad puede sacar nuestro lado más valiente, nuestras profundas ganas de luchar, pero puede dejar al descubierto la debilidad del ser humano, el terrible miedo al dolor y el temor de una última partida, por eso, también es necesario sentirte arropado por la familia, pero si no es así,
tendrás que ser más fuerte y buscar el valor de la mente y las caricias del alma. Lo más triste que le puede suceder a un ser humano no es la enfermedad, es sentirse vacío teniéndolo todo.
Realmente, si nos paramos a pensar tiene razón, Heinrich Heine: «La vida es una enfermedad; el mundo todo un hospital, y la muerte nuestro médico».
Fotografía: Pedro Mena, cc.
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