viernes, 16 de febrero de 2018

La indiferencia

La indiferencia nos hace cómplices; 
a gritos nos están llamando:
necesitan de nosotros,
tendámosles nuestras manos.

¿Por qué en los ojos una venda?
¿Por qué los oídos tapados?
No sigamos tan tranquilos;
despertad de ese letargo.

Nuestras manos se hacen pocas
para ayudar a los niños, 
los mayores también sufren,
les falta pan y cariño.

Abramos los ojos al mundo,
observa detenidamente;
sentirás mucha tristeza
pero... hay que ser valiente.

Debemos prestar ayuda.
Unamos todo esfuerzo, 
con gente que ya trabaja 
y dedica todo su tiempo.

Existen pocos voluntarios. 
Existen pocos misioneros
para tantas necesidades.
También falta más dinero.

¡Gobernantes del mundo!
¡Cuidad de la gente!
Los pueblos pasan hambre.
¡Fuera armas! y más sopa caliente.

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