La vida es como una danza permanente: saltamos de alegría, caemos en la tristeza, nos damos vuelta y encontramos problemas a los cuales debemos dar solución. Sí, siempre tienes que estar dispuesto a bailar…Ese es el costo de vivir, sin embargo, lo importante no es lo que suceda, sino, cómo se reacciona. Si te pones a coleccionar heridas sangrantes, vivirás eternamente como un pájaro herido incapaz de volver a volar.
Imposible atravesar la vida sin que un trabajo salga mal.
Sin que una amistad cauce decepción.
Sin padecer algún quebranto de salud.
Sin que un amor nos abandone.
Sin que nadie de la familia fallezca.
Sin equivocarnos en alguna decisión.
Uno crece cuando se es fuerte por carácter, sostenido por formación, sensible por temperamento, y humano por nacimiento.
Uno crece cuando enfrenta el invierno, aunque pierda las hojas, recoge flores aunque tengan espinas y marca camino aunque se levante el polvo.
Uno crece cuando se es capaz de afianzarse con residuos de ilusiones; capaz de perfumarse con residuos de flores y de encenderse con residuos de amor.
Uno crece ayudando a sus semejantes, conociéndose a sí mismo y dándole a la vida más de lo que recibe.
Uno crece cuando se planta para no retroceder y cuando se defiende como águila para no dejar de volar.
Uno crece cuando no hay vacío de esperanza, ni debilitamiento de voluntad, ni perdida de fe.
Uno crece cuando acepta la realidad y tiene aplomo para vivirla.
Cuando aceptas tu destino y sacas fuerzas para trabajar y cambiar lo que no te gusta.
Uno crece asimilando lo que deja atrás y construyendo la senda que tienes por delante donde proyectar un venturoso porvenir.
Crece cuando se valora y se sabe dar frutos.
Crece cuando abres camino dejando huellas y adquiriendo experiencia.
Crecemos cuando nos imponemos metas sin importarnos los comentarios negativos ni los prejuicios. Cuando damos ejemplo sin importarnos las burlas ni los desdenes.
Cuando cumplimos con nuestra labor a pesar de los vientos en contra.
Porque nadie puede saber por ti.
Nadie puede buscar por ti.
Nadie puede hacer por ti lo que tú mismo debes hacer.
La existencia no admite representantes.
La vida no es una tecnología, ni una ciencia. La vida es un arte, has de sentirla.
Es como ir por un camino desconocido, donde vas descubriendo cosas nuevas y con cada descubrimiento, creces.
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