Cuenta una leyenda que hace muchísimos años, en el cielo sólo reinaba el sol.
Durante el día todo era alegría, pero cuando la noche cubría con su manto, todo era oscuridad y temor.
Una noche, un temible puma se ensañó con los habitantes de una aldea sembrando el pánico y el miedo se adueñó de todos los aldeanos, pero Quilla, una joven y bella muchacha, por el bien de su gente y sin pensarlo dos veces, arriesgó su vida y decidió enfrentarse al puma, y una noche, mientras todos corrían a refugiarse, ella se quedó en un lugar abierto; y cuando vio acercarse al puma comenzó a correr sin parar.
Corrió durante dos días alejándose de la aldea. En la tercera noche el puma la acorraló. La joven dándose por vencida se dispuso a morir; pero en su corazón no cabía la tristeza, ya que se sentía feliz por haber cumplido su propósito.
En el momento que el puma se disponía a darle muerte, ella cerró sus hermosos ojos y sintió que se elevaba en el aire, convirtiéndose en un inmenso astro luminoso, con una belleza sin igual.
Cuentan que desde aquella noche la joven nos acompaña siempre. La luna, tan bella como lejana, desde el cielo nos ilumina con su luz plateada y nos hace sentir bellas emociones.
Arriesgar no es perder. Arriesgar es proponerse cumplir un objetivo, con el fin de mejorar, pensando en el bien común y de la colectividad. Actuar arriesgando por el bien de los demás, te hará brillar, como la luna llena en una larga noche de verano…
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