domingo, 19 de octubre de 2014

Mentar la mente

Una mujer de espaldas.


Es muy atrevido por mi parte hablar de la mente pero como hace unos días se ha celebrado el Día Mundial de la Salud Mental quiero, con la ayuda de quienes la estudian, descubrir su comportamiento porque, aunque cada uno tiene su propia mente, no somos capaces de desentrañarla del todo.

La salud mental es algo más que la ausencia de trastornos o discapacidades mentales. Nuestro cuerpo y nuestra mente son entidades y, por tanto, aunque el cuerpo se desintegre después de la muerte, creo que el continuo mental permanece intacto. La mente no cesa sino que abandona el cuerpo y viaja con el espíritu a la siguiente vida, donde la materia no tiene razón de ser.

La mente es el nombre más comúnmente dado al entendimiento y la conciencia que son combinación de capacidades como el raciocinio, la percepción, la emoción, la memoria, la imaginación y la voluntad. La mente tiene dos tipos de procesos: los conscientes y los inconscientes. También abarca funciones no intelectuales y funciones afectivas.

La filosofía de la mente se ocupa de la naturaleza de los estados mentales, de sus efectos y sus causas. La cuestión del comportamiento de los estados mentales y físicos son tema central de estudios para ir desentrañando los misterios de la mente y poder comprender los comportamientos del hombre frente a las diferentes situaciones que debe enfrentarse a lo largo de su vida.

Como es natural, la mente de cada cual es tan particular como su ADN. Dicen que hay varios tipos de mentes, mejor dicho, que hay tres clases de mente: burda, sutil y muy sutil. Las mentes burdas son las consciencias sensoriales, como la visual y la auditiva, y todas las perturbaciones mentales intensas como el odio, los celos, el apego y la ignorancia del aferramiento propio. Estas mentes burdas están relacionadas con los aires internos burdos y pueden reconocerse con relativa facilidad. Cuando nos dormimos, las mentes burdas se disuelven en nuestro interior y se manifiestan las sutiles. Yo creo que cada mente misteriosa tiene su propia tendencia; puede ser sabia, creativa, filosófica, envidiosa, peligrosa, psicópata…

¡Ay, los misterios de la mente humana! «Cómo meter en cintura a la loca de tu casa», decía Sor Juana Inés de la Cruz refiriéndose a la mente, y Ernest Hemingway dijo que: «Conocer a un hombre y saber lo que tiene en la cabeza son asuntos distintos», y tiene razón. El inescrutable cerebro, esa materia gris viscosa, donde se oculta el mundo del hombre lleno de misterios inquietantes. No es fácil mentar los problemas de la mente, porque la mente tiene todo el poder del que dispone el hombre. En el poder oculto de la mente está todas las claves de éxitos y fracasos de todo ser viviente.

Cuando se habla de enfermedad mental, enseguida pensamos en la esquizofrenia, trastornos bipolares, etc., que afectan a personas adultas. Sin embargo no englobamos la depresión, la ansiedad, el miedo, el enojo, la tristeza, la inseguridad, que son manifestaciones que pueden derivar en problemas mentales. En estos factores de riesgo hay que incluir a los niños y poner especial atención cuando se muestran hiperactivos y rebeldes porque eso puede estar indicando que algo no va bien y derivar en fracaso escolar, y una cosa lleva a la otra: aparece la impaciencia, la violencia y el desorden. Lo mejor, ante cualquier duda frente a un asunto complejo, siempre consultar a un especialista que nos podrá ayudar a reconducir una situación que puede llegar a descontrolarse.

La salud mental es un componente integral y esencial de la salud y la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que la depresión será en 2020 la principal causa de discapacidad en todo el mundo. «La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades». La salud mental es tan importante, o más, que la salud física, pero, ¿cómo mantener la salud mental en un mundo de locos? Meditar para calmar la mente. Aunque la mente es misteriosa, tiene sus propios circuitos para moverse a través del pensamiento. La mente nunca descansa, se mueve al ritmo de las emociones y sensaciones que despiertan con cada sensación que experimenta.

Como dice el lema de la campaña de este año de la OMS: «Abriendo mentes. Cerrando estigmas». Son muchos los ‘endiosados’ que van por la vida creídos, porque tienen la capacidad de menospreciar e insultar llamando ‘loco’ a todo el que pueda dejar al descubierto su hipocresía y sus malas intenciones. Esos sí que son locos de mente cerrada y corazón estigmatizado por su propia maldad, de esos locos sí hay que apartarse.
Aunque dicen que loco es aquel que está privado de razón, si vamos a ver, las calles están llenas de locos, sin facultad intelectual y sin razón convincente pero pretenden convencerte de su sinrazón. Los envidiosos, impostores y manipuladores son insanos y muy peligrosos porque tienen la mente infectada y te pueden contagiar. La determinación nos salvará.

Creo que a la humanidad lo que más le enloquece es la inseguridad y el miedo. Sin embargo, la naturaleza constantemente nos está poniendo a prueba. Son mil las situaciones que se nos presentan y diversas las enfermedades que nos paralizan sin saber qué hacer. Según los expertos, esa sensación de falta de control, para nuestro cerebro, es lo más difícil de gestionar, porque le gusta poder predecir y anticipar acontecimientos, y cuando no podemos controlar nos bloqueamos. En psicología lo denominan «intolerancia a la incertidumbre».

La sensación de vulnerabilidad que provoca el ‘no saber’ es un sentimiento muy complicado de gestionar para los humanos. De hecho, está demostrado que preferimos inventarnos argumentos y razones que aceptar el hecho de no saber porque lo desconocido provoca bloqueo. Pero lo peor es cuando ese bloqueo ante lo extraño se canaliza de manera negativa y activa comportamientos agresivos y de rechazo hacia una realidad que no nos interesa o no deseamos. El miedo a lo desconocido hace aflorar el área menos racional y activa la parte de nuestro cerebro más antigua: la amígdala. Un lugar de esa caja negra que es nuestra mente y donde residen los miedos más ancestrales. Para la psicología, nuestros miedos y temores son un desafío constante que no sólo pone a prueba nuestra resistencia fisiológica, sino también la capacidad de tolerar la incertidumbre, por lo que podemos darnos cuenta que no somos omnipotentes y aceptamos que somos una especie vulnerable y frágil.

El futuro no parece ser nada esperanzador para le especie humana si, como vaticinan, dentro de unos años todos viviremos depresivos y padeceremos bajo un estado anímico muy subjetivo e inseguro. Entonces la vida no tendrá sentido para nadie porque tras la depresión se esconde una profunda tristeza y desaparece la alegría, la ilusión y la esperanza… De una enfermedad mental no hay que avergonzarse, pero sí debemos de cuidarnos de toda la negatividad que nos rodea, ya que la salud mental es un estado de bienestar en el que la persona realiza sus capacidades y hace frente al estrés de cada día.

La salud mental es muy importante. Estar sano no solo significa cuidar el aspecto físico; de igual manera hay que cuidar el bienestar mental. Por tanto, si psicológicamente estás fuerte podrás afrontar positivamente las situaciones estresantes que se presenten en tu vida. Poder sentir y expresar sentimientos nos permite manejar las emociones, para tomar el control de nuestras decisiones. La actitud positiva nos ayuda a canalizar nuestras energías hacia proyectos y aspectos constructivos e ilusionantes.

Para fortalecer la mente hay que alimentarla y protegerla de vaivenes. Aspectos positivos a tener en cuenta: Alimentación sana, variada y equilibrada. No al alcohol, ni al tabaco, ni a sucedáneos. Mantenerse activo, pasear, nadar, bailar, leer. Acéptese tal como es, sea buena gente y cuide su aspecto, pero no pretenda ser otra persona, cada ser es único e irrepetible. Manténgase en contacto con la gente que quiere. Ríase con ganas y sonría siempre. Exteriorice sus sentimientos, hable, cuente, pregunte. Descanse y relájese, no le dé muchas vueltas a las cosas. Duerma bien y se sentirá capacitado para poder realizar las actividades cotidianas, no dormir afecta a la concentración. La falta de horas de sueño puede provocar depresión y el colectivo que menos duerme son los jóvenes. Duermen poco y mal, de ahí su bajo rendimiento, a veces su desmotivación y muchas veces su agresividad.

Dormir es sinónimo de salud, física y mental. La Academia de la Medicina del Sueño reconoce que para garantizar una correcta salud física y mental a los adolescentes es necesario que las horas de sueño de estos alcancen las nueve horas, por encima de la media que se recomienda a la población adulta. La verdad es que: «Cada célula de tu cuerpo reacciona con todo lo que dice tu mente. La negatividad es una de las razones que más debilitan al sistema inmunológico». Por eso: «Sea cual sea tu edad o situación, ten un proyecto en tu vida que te ilusione, que te entusiasme. Es el motor perfecto para levantar la autoestima y poner en marcha tu bienestar mental». Mi consejo: «Deja que la mente se calme y el corazón se abra. Entonces todo será muy diferente».

Fotografía: Eric Murray, cc.

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