martes, 22 de mayo de 2018

La filosofía


La filosofía, del griego antiguo, amor a la sabiduría; es el estudio de una variedad de problemas fundamentales acerca de cuestiones como la existencia, el conocimiento, la verdad, la moral, la belleza, la mente y el lenguaje. Al abordar estos problemas, la filosofía se distingue del misticismo, el esoterismo, la mitología y la religión por su énfasis en los argumentos racionales sobre los argumentos de autoridad y de la ciencia porque, generalmente realiza sus investigaciones de una manera no empírica, sea mediante el análisis conceptual, los experimentos mentales, la especulación u otros métodos a priori, aunque sin desconocer la importancia de los datos empíricos.

La Filosofía es la ciencia que se ocupa de responder los grandes interrogantes que desvelan al hombre como ser, el origen del universo o del hombre, el sentido de la vida, entre otros, con el fin de alcanzar la sabiduría y todo esto se logrará a través de la puesta en marcha de un análisis coherente y racional que consistirá en el planteamiento y la respuesta de cuanta cuestión se nos ocurra, por ejemplo; qué es el hombre, qué el mundo, qué puedo conocer, qué puedo esperar de tal cosa...

La invención del término «filosofía» se suele atribuir al pensador y matemático griego Pitágoras de Samos, aunque no se conserva ningún escrito suyo que lo confirme. Según la tradición, hacia el año 530 a. C., el general León trató de sabio a Pitágoras, el cual respondió que él no era un sabio, sino alguien que aspiraba a ser sabio y que amaba la sabiduría.

El primer filósofo del que tenemos noticia que se ocupó de estos temas, fue el griego Sócrates, que vivió aproximadamente desde 469 a 399 a. de C. Nació en la ciudad de Atenas y vivió en la misma. Aunque antes de Sócrates existieron otros filósofos, pues la filosofía tal como hoy la entendemos, comienza en el siglo VI a. de C. Decir que, Sócrates se ganaba la vida como escultor y no dejó ningún escrito, y lo que nos ha llegado de su pensamiento ha sido a través de su discípulo, Platón.

Sócrates introduce en la filosofía la idea de que, además de los objetos del mundo físico, existen cosas intangibles como la justicia, la moderación, la valentía, de las que se puede dar el concepto, que se pueden definir; y lo que él busca es precisamente la definición de esos conceptos. Pensaba que a través del entendimiento y de la razón, se puede llegar a decir qué es el amor, la compasión, el valor, etc. Para él, el tema fundamental de la filosofía era la moral, la cual debía llegar a elaborar, de los objetos que estudiaba, conceptos tan precisos como los de la geometría, de manera que pudiese ser enseñada como lo es una disciplina matemática. De esa manera, decía, se eliminaría la maldad, dado que, en su concepción, la maldad era el producto de la ignorancia. Enseñaba que el sabio es el que sabe vivir, quien se conoce a sí mismo y sabe controlarse, y no aquel que sabe muchas cosas. Con esta aportación fundamental, no deja dudas de que, Sócrates fue el primer filósofo que se ocupó de los problemas que atañen al hombre común.

En la actualidad los filósofos consideran que hay tres grandes aportaciones que hacen que la filosofía tenga sentido en cualquier momento y pueda interesar a cualquier edad. “En primer lugar, sirve para entender fenómenos de la vida social, política y económica para los que las ciencias no tienen una respuesta clara; en segundo lugar, permite tomar distancia de la realidad para someterla a examen, a crítica, y pensar qué puede hacer uno, cómo puede ejercer su libertad y responsabilidad; y, por último, la filosofía nos enseña a hablar de otra manera, de forma racional y argumentada, a escuchar los argumentos del otro y a estar dispuestos a modificar el propio punto de vista si fuera necesario”.

La filosofía occidental ha tenido una profunda influencia y se ha visto profundamente influida por la ciencia, la religión y la política occidentales. Muchos filósofos importantes fueron a la vez grandes científicos, teólogos o políticos y algunas nociones fundamentales de estas disciplinas todavía son objeto de estudio filosófico. Esta superposición entre disciplinas se debe a que la filosofía es una disciplina muy amplia. Por tanto, nos hallamos ante los elementos esenciales del pensamiento maduro: desde la implacable crítica a la técnica y el supuesto final de la filosofía, hasta la fragmentación de la identidad humana, el gradual debilitamiento de los valores del humanismo o las aportaciones de la poesía.

Nos podemos preguntar: ¿Para qué sirve la filosofía (si es que tiene que servir para algo)? ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? ¿La filosofía es inútil? ¿Es poco más que un pasatiempo sin aplicaciones prácticas? Parece que los legisladores españoles creen que sí: la asignatura ha perdido horas de clase en el instituto y solo será obligatoria en 1º de Bachillerato. Los estudios universitarios en esta materia tampoco pasan por su mejor momento: la tasa de paro se acerca al 30%, en un momento en el que estudiar cualquier carrera universitaria se ve casi en exclusiva como un paso hacia la incorporación en el mundo laboral. En este contexto, ¿merece la pena estudiar filosofía o es mejor dedicar más horas a otras asignaturas?

La filosofía es algo más que una salida profesional. "No podemos supeditar nuestra relación con el conocimiento a nuestra salida laboral", afirma a Verne la filósofa Marina Garcés, autora de Fuera de clase. En su opinión, las preguntas "cómo queremos formarnos" y "en qué queremos trabajar" no tienen por qué tener una misma respuesta. Es más, que no coincidan la formación y el empleo que finalmente desempeñamos no es algo que les ocurra solo a los filósofos.

“La universidad no es una expendeduría de títulos para el mercado laboral -nos explica Adela Cortina, filósofa y catedrática de la Universidad de Valencia-. No es el mercado el que ha de decidir qué carreras se implantan y cuáles no. El criterio debe ser el de las necesidades de la sociedad para construir un futuro más humano. Formar personas y ciudadanos con conocimientos y capacidad de innovación es la clave”. Además de eso, la filosofía es un conocimiento importante incluso aunque nos decidamos por otras carreras o profesiones, ya que nos ayuda “a discernir qué metas queremos perseguir con los conocimientos técnicos -apunta Cortina-.

Sin ese saber fecundo las técnicas pueden emplearse para sanar o para matar, para destrozar países y personas o para erradicar la pobreza y reducir las desigualdades”. Es decir, nos invita a una “reflexión profunda sobre las metas, las actitudes y las convicciones que necesita una sociedad flexible”. Como recuerda Garcés, la filosofía no tiene un objeto de estudio propio, por lo que puede "abrir distancia entre lo que sabemos y lo que no sabemos". Los filósofos se cuestionan lo que damos por hecho, buscando inconsistencias. Por este motivo, esta autora opina que la filosofía es una asignatura fundamental en institutos e incluso en educación básica, ya que es "un lenguaje fundamental" para aprender a pensar de forma crítica. No se puede hablar de una formación completa sin contar con esta herramienta básica. "La filosofía no es útil o inútil -concluye Garcés-. Es necesaria".

Un manual de instrucciones para la vida. ¿Por qué los niños deberían aprender Filosofía? Jordi Nomen, profesor y autor de "El niño filósofo. Cómo enseñar a los niños a pensar por sí mismos” señala los beneficios que tiene la educación filosófica en el desarrollo intelectual, personal y social de los niños. Nomen es un firme defensor del papel de las Humanidades en la educación de los niños y entiende la Filosofía como un ‘elemento básico de ciudadanía’ que debería estar presente en todas las escuelas. Entre sus beneficios, destaca que la Filosofía desarrolla en los niños ‘el pensamiento crítico, creativo y cuidadoso’. Para Jordi Nomen, este último tipo de pensamiento es de especial importancia para tener en cuenta el impacto de nuestras acciones en los demás. "Debemos pasar del ‘yo’ al ‘nosotros’ para buscar el bien común y crear algo juntos. Ese es el sentido de la educación", afirma el filósofo.


"Es preciso que la Filosofía sea un saber especial, de los primeros principios y de las primeras causas". Decía Aristóteles
Y Platón: "Son filósofos verdaderos aquellos a quienes gusta contemplar la verdad". 
"La filosofía responde a la necesidad de hacernos una concepción unitaria y total del mundo y de la vida". Concluyó, Miguel de Unamuno 

Fotografía: Gabby Orcutt.

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