Dicen que un amigo es un tesoro, eso dice el dicho, pero si
tienes la suerte de comprobarlo personalmente te sientes muy afortunado.
Cuando tienes la suerte de tener buenos amigos con quienes
compartir experiencias y vivencias, y cuando son amigos desde la infancia te
une un vínculo muy especial. Esos amigos son tan especiales que también se
convierte en amigos de las parejas.
El tiempo pasa y se van haciendo mayores, y es ley de vida
que vayan partiendo a la eternidad y el grupo se resiente por la usencia, pero
siguen fieles reuniéndose en sus tertulias-cenas semanales con el mismo
espíritu de amistad y camaradería.
Los amigos de mi marido también son mis amigos y siento la tristeza del grupo al despedirse para siempre de uno de ellos. Hace dos años despidieron a Pepe Ojeda Déniz y el pasado dieciséis de marzo a Ignacio Trujillo Santana. En su funeral ayer 30 de marzo en homenaje a su amigo mi marido leyó el Memorándum que a continuación transcribo:
MEMORÁNDUM
Hoy estamos reunidos celebrando la Eucaristía para rezar y
recordar a un vecino de Tenoya que nos ha dejado recientemente: Ignacio
Trujillo Santana. Es muy doloroso despedir a alguien que compartió con nosotros
tantos episodios de nuestra vida, pero también debemos dar gracias a Dios por
todo lo que en vida nos dio y que quedará en la memoria individual y colectiva.
De él atesoramos los mejores recuerdos y para siempre tendrá
un lugar reservado en nuestro corazón.
Tenemos que recordar que por ley de vida todos tenemos que
partir un día, y esto es solo “un hasta luego”, pues ya nos reencontraremos
cuando lo disponga el Señor.
Dice la canción: Algo se muere en el alma cuando un amigo
se va...
Tristemente es así, porque un buen amigo es como un buen
hermano que está en las duras y en las maduras, y a Ignacio Trujillo se le
conoce como un hombre esplendido y servicial.
Ignacio Trujillo, nacido y criado en el pueblo de Tenoya, en el seno de una familia humilde. A temprana edad sale de su pueblo para labrarse su porvenir. Persona emprendedora y muy trabajadora. Estuvo en el Congo. A su regreso fue al Sáhara Occidental, dónde ya estaba instalado D. Antonio Trujillo (su suegro y tío). Juntos fundaron la empresa "Perforaciones Trujillo S. L." la cuál queda constituida oficialmente en el año 1987.
Siendo su actividad: Alquiler de maquinaria pesada de
construcción y movimiento de tierra (demoliciones, perforaciones, cimentación,
etc.). Con posterioridad ampliando el objetivo social de la misma, llegando a
ser una gran empresa, creando cientos de puestos de trabajo y compitiendo con
las importantes del sector.
Decir que la empresa tiene como emblema el significativo e
histórico Túnel de Tenoya. Fijando su domicilio social en Tenoya. Pero sus trabajos
y obras están esparcidas por toda la geografía insular.
El recurso humano de la empresa; sus numerosos empleados deben
estar agradecidos a esta empresa por darle la oportunidad de trabajar en un
clima familiar, con gran sentido de la responsabilidad y dispuestos a seguir el
plan de trabajo, para lograr con eficacia las metas trazadas.
De Ignacio hay que destacar su gran humanidad y familiaridad
dentro del seno y ambiente empresarial. Convocaba a celebrar muchísimos
momentos en ambiente de auténtica confraternidad de la que hacía partícipes también
a los amigos.
Ignacio nunca supo decir “no” cuando se le invitaba a participar y formar parte de la directiva de los diferentes colectivos de nuestro pueblo, con el fin de impulsar y llevar a cabo todo tipo de infraestructuras: materiales, culturales, de ocio, etc. Y, siempre que se ha estado reivindicando mejoras necesarias para Tenoya, ahí ha estado nuestro amigo Ignacio, apoyando y acompañando cuando había que ir a tocar a las puertas de los Organismos Públicos para solicitar ayudas para nuestro pueblo.
También hay que destacar su labor en apoyo al deporte. Se
hizo cargo durante muchos años de la presidencia del Equipo de Fútbol del
Tenoya y de la Asociación Tenesoya. Durante su presidencia esta Asociación
organizó semanas culturales, que se celebraban bianualmente.
Colaboró para fomentar la cultura canaria a través de la
música. Así tenemos la Asociación Banda de Cornetas y Tambores “San Pedro de
Tenoya”. El proyecto nació gracias a D. Agustín Lasso Tadeo, párroco de Tenoya
en aquella época, y contó con el apoyo económico de Ignacio Trujillo para
adquirir instrumentos y vestimenta.
Colaboró en las Comisiones de Fiestas (en varias ocasiones
como presidente) impulsando y apoyando los Programas de las Fiestas en honor de
nuestra Madre de la Encarnación, y hay que destacar la buena relación entre la
comisión de fiestas y la parroquia.
Por entonces, la Romería Ofrenda se convirtió en uno de los
actos más populares y participativos. Ahí ponía nuestro amigo Ignacio toda la infraestructura necesaria en la participación de las carrozas.
La Bajada de la Rama, otro acto de nuestras fiestas
patronales donde participaban todos los vecinos bailando y cantando en
completa confraternidad, desde el Lomo de la Viuda hasta la plaza de la ermita.
Ramas quizás pocas, pero agua no faltaba. Su empresa (Perforaciones Trujillo)
ponía su camión cuba a disposición para refrescar a los participantes. A la
llegada los suculentos asaderos y paella, donde se notaba las cualidades
culinarias de nuestro amigo Ignacio. Al igual que en otros acontecimientos como
la fiesta de todos los santos-finaos.
Agradecer también que, en el año 2002 un grupo de tenoyeros:
“Tenoyeros a Santiago” llegamos a los pies del Apóstol Santiago en Compostela.
Entregamos “La Compostelana” a esta parroquia de Nuestra Señora la Virgen de la
Encarnación. El avituallamiento fue patrocinado por la empresa "Perforaciones
Trujillo".
Ignacio, los viernes no serán los mismos sin tu presencia. Tus amigos
de la Tertulia de los viernes te echaremos en falta. Por tu amistad y compañía,
por los buenos y gratos momentos vividos, gracias amigo.
El amigo Ignacio era lo que se suele decir de una buena
persona “era un pan”. Un hombre esplendido, acogedor, afable, con gran sentido
del humor que nos hacía pasar muy buenos ratos. Él solo se bastaba para
preparar suculentos platos y cualquier reunión la convertía en un gran
banquete. Su gran generosidad le vale hoy para gozar del banquete de la eternidad.
Pidamos al Señor que guarde en su gloria el alma de nuestro
querido amigo Ignacio, y memoremos a quién en vida fue una grandiosa persona,
cuyo recuerdo nos acompañara por siempre…
Roguemos al Señor que le brinde el descanso eterno junto a
sus seres queridos que le han precedido; especialmente su hijo Marcos al que
amaba con todo su alma y su marcha le sumió en una gran tristeza.
La vida sigue y su ausencia no será fácil para Carmen, su compañera
de viaje, ni para su hija Verónica, pero su recuerdo y cariño perdurará por
siempre en el corazón de quienes lo amaron.
Carmen, que Dios te dé el consuelo y las fuerzas necesarias
para seguir caminando sin su presencia y continuar con los proyectos de vida que
juntos soñaron…
Fotografía: En una de las últimas cenas del grupo al completo. En la fila de la izquierda están las dos ausencias: con jersey rojo Pepe Ojeda, fallecido en enero de 2020, y en primer plano con chaleco morado Ignacio Trujillo, fallecido el pasado dieciséis de marzo. D.E.P.
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