Mujeres con valía, luchadoras y admirables. Mujer que lleva
implícito el don de ser madre y la sabiduría y el intelecto de crear e inventar,
contribuyendo con su esfuerzo y trabajo al progreso y bienestar de una sociedad
que avanza para ser más igualitaria, más solidaria, más justa, más sensible,
más humana, para todas va un merecidísimo reconocimiento.
La lista de mujeres destacadas y empoderadas es interminable, pero la historia de ayer y de hoy no les hace
justicia, por el velo velado del machismo que aún sigue flotando en el ambiente.
Un día, 8 de marzo para celebrar “El Día de la Mujer Trabajadora”. La mujer trabaja todos los días, es por naturaleza trabajadora. La capacidad de trabajo que tiene la mujer no la supera el varón. A ti mujer que eres fuerte como el roble, que a pesar de las zancadillas sigues adelante con tu dulzura contagiosa, aquí estamos todas unidas para empujar juntas...
Para rendirle tributo a la mujer no basta un día. Un día no da para enumerar a tantas personalidades con sus logros y hazañas. Hay mucho talento intelectual que ha hecho historia en beneficio de la sociedad de todos los tiempos. Con su trabajo callado han levantado el grito mas fuerte.
Las mujeres más importantes de la Historia: Todas. Todas las mujeres trabajadoras, emprendedoras, luchadoras por sus derechos y que han contribuido y contribuyen a la mejora de una sociedad más justa y solidaria. La mujer es sensibilidad y coraje, grito y silencio, debilidad y resistencia, lucha constante. Su voz no la ahoga la vileza del ‘machito’ que se cree un ser superior, debiéndole la vida...
Desde Hipatia de Alejandría hasta nuestros días mujeres en
todas las épocas han desafiado a las convenciones, a veces para gran escándalo
de la sociedad en general, que han dedicado su vida al estudio de materias
tradicionalmente reservadas al género masculino. Para ello han tenido que
luchar contra instituciones académicas y compañeros de estudio y de profesión y
realizar incluso grandes sacrificios personales.
Thomas Edison, Graham Bell, Juan de la Cierva o los hermanos
Wright. Estos nombres no suenan. Son algunos de los inventores más famosos de
todos los tiempos. Pero, ¿cuántas inventoras podrías nombrar? Pues hay unas
cuantas. Sus creaciones están presentes en muchos de los objetos que utilizamos
en nuestra vida cotidiana.
Dejando a un lado a la indiscutible Marie Curie, es muy
probable que nos vengan pocos nombres a la mente. Y es que las inventoras, como
ha ocurrido con muchas mujeres en el campo de la ciencia, casi siempre han
quedado desplazadas en los reconocimientos. Es más, muchos de los inventos de
mujeres fueron registrados a nombre de varones. La primera mujer que registro
la patente de su invento a su nombre fue, Mary Dixon en 1809.
Desde Marie Curie hasta Rosa Parks, muchas activistas,
científicas y escritoras nos han inspirado para superarnos y luchar por los
derechos de la mujer. Es triste tener que estar luchando por unos derechos que
nos son propios, porque nos los otorga la vida: el derecho a vivir libremente,
el derecho a desarrollar nuestras capacidades, el derecho a compartir nuestros
conocimientos, el derecho a ser quienes somos y poder expresarnos…
Aunque se han logrado muchas de las metas, aún tenemos una
larga batalla. Las nuevas generaciones tienen muy buenos modelos a seguir en
todos los campos. La capacidad intelectual no tiene sexo, por eso, el
conocimiento debe estar al alcance de toda persona. “Dios creó al hombre: varón
y mujer los creó”. La inteligencia es innata a la persona y tiene derecho a
despertar el conocimiento para poder desarrollar su potencial y ponerlo al
servicio de la sociedad.
Una verdadera luchadora no es la que siempre gana, sino la que a pesar de sus derrotas nunca se rinde.
Las mujeres estamos orgullosa del talento de tantas mujeres
que, a pesar de los pesares, han contribuido a cambiar el mundo. Ilustres
mujeres que han destacado en todos los campos de la ciencia, de las artes y sus
inventos nos facilitan bienestar diario sin darnos cuenta del valor que tiene.
Es indignante que en la actualidad haya mujeres que siguen siendo una pertenencia para muchas culturas, incluso en occidente, aunque de forma más solapada. Mujeres ninguneadas, sometidas al capricho del “machito de turno” que se otorga el poder de poseer la vida de otra persona.
Desde otros países no podemos acabar con estos abusos, por
mucho que gritemos y denunciemos no conseguiremos nada. Aunque a algunas
mujeres ‘el activismo por la lucha de la mujer’ le ha costado la vida, son las
mujeres de esas comunidades las que tienen que unirse y luchar sin miedo para
reivindicar su derecho a decidir y a vivir su vida en libertad, porque ellas
son las dueñas de su vida y nadie tiene derecho a adueñarse de su persona.
Alcemos la voz por tantas mujeres silenciadas por el mundo. Mujeres
valiosas que no se le reconocen sus valores. Mujeres que incluso habiendo llevado
a cabo descubrimientos importantes han sido silenciadas. Mujeres inventoras que cambiaron
el mundo. Fueron pioneras y sus descubrimientos e inventos han marcado la
historia. Sin embargo, su labor ha sido en muchas ocasiones pasada por alto o,
incluso, directamente vetada por sus contemporáneos. Pese a todo, nombres como
Marie Curie, Virginia Apgar o Gertrude B. Ellion sí contaron con reconocimiento
en sus respectivos campos de estudio.
El trabajo de estas mujeres académicas e inventoras ha sido
en ocasiones valorado y premiado, especialmente a partir de la segunda mitad
del siglo XX, pero también antes. Tal es el caso de Marie Curie, dos veces
galardonada con el Nobel por su vital aportación a los campos de la Física y la
Química. Su descubrimiento más notable, el de los elementos radio y polonio —en
honor a su Polonia natal—, es quizá el más conocido para el público en general,
pero a nivel práctico desarrolló una aplicación que salvó miles de vidas
durante la I Guerra Mundial: un aparato autónomo de rayos X. El dispositivo,
incorporado a un vehículo, permitía además revelar las imágenes, lo que
facilitaba el diagnóstico correcto de las lesiones de los soldados heridos en
el campo de batalla y las operaciones de emergencia in situ.
Pero también se da el caso de que, el comité del Nobel pasó
por alto la investigación de Lise Meitner, considerada "la madre de la
fisión nuclear", para otorgar el premio a los hombres que participaban en
el estudio. Su oposición al uso de la fisión en la creación de armamento —fue
la única física nuclear que se negó a participar en el Proyecto Manhattan
durante la II Guerra Mundial— es para muchos la razón por la cual nunca logró
el galardón pese a estar nominada un total de 48 veces en toda su carrera.
Históricamente, sin embargo, el papel de la mujer ha estado
circunscrito a ambientes muy determinados. El sector de la salud ha sido quizá
el que ha contado con más mujeres en sus filas.
Si hay algo a lo que nunca damos el crédito necesario es a la tecnología
que un día fue un prototipo y, más tarde, invento; de la rueda al telégrafo, la
pólvora, la imprenta, la anestesia, los antibióticos o la máquina de vapor y el
transistor… ¡Objetos que revolucionaron el mundo tal y como se conocía hasta
ese momento! La mayoría de estos, además, son y hasta se han señalado como
“masculinos” debido al machismo y a la subordinación de la mujer frente a la
figura del varón a lo largo de la historia de la humanidad.
Si algo comparten todas estas mujeres —académicas e
inventoras, de una u otra época histórica— es una capacidad de superación y de
creación, de desafío a las convenciones establecidas. Jocelyn Bell Burnell ha
sido galardonada en 2018 con el Breakthrough en Física Fundamental, dotado con
tres millones de dólares, premio que dedicará a establecer un fondo especial de
becas para contrarrestar el "sesgo inconsciente en la comunidad de la
Física que dificulta a mujeres, minorías étnicas y estudiantes refugiadas el
convertirse en investigadoras".
Una mujer segura de sí misma no tiene miedo de vivir sola, tiene miedo de vivir mal acompañada.
Las mujeres no somos un colectivo, somos más del cincuenta
por ciento, somos las que traemos los hijos al mundo, por tanto, si a alguien
hay que homenajear en primer lugar es a la mujer-madre. Dicen que quien no valora y respeta a una madre, no respeta ni valora a ninguna mujer. A mi madre la
homenajeo todos los días con toda mi alma, con mi cariño y agradecimiento, con
mi respeto y admiración, en mi memoria siempre. Gracias, Señor, por ese ángel que pusiste en mi camino.
Es de agradecidos homenajear a toda persona que va por la
vida haciendo el bien, ayudando con su trabajo y sus aportaciones a la sociedad.
La mujer, madre de la humanidad, trabaja altruistamente, mujer paciente y entregada que con su amor sosiega, calma y alivia las tormentas de la vida.
Mi homenaje a todas esas mujeres pensadoras e intelectuales.
Mujeres humanistas ilustres que han destacado en el ámbito de la ciencia, tecnología,
artes, que engloba muchas ramas profesionales, donde el progreso, la comodidad
y el entretenimiento se ponen al servicio del bienestar de los pueblos.
Hay que reconocer que, sin el trabajo y la lucha de tantas
mujeres nuestra vida no sería tal y como la conocemos; porque ellas y ellos, ellos
con ellas, han contribuido en la construcción de una sociedad que evoluciona al
ritmo del conocimiento y la sabiduría que van adquiriendo.
Lo que no se entiende es que a día de hoy, en un país
democrático, donde la Constitución recoge los derechos de las personas sin
distinción de sexo, la mujer aún tenga que estar reivindicando sus derechos. Derecho
al trabajo en igual de condiciones que el varón, a mismo desempeño de trabajo,
igual sueldo, pero no, la mujer sigue cobrando hasta un veinte por ciento menos. La valía de una mujer en el trabajo merece el mismo pago que al varón. Esa discriminación
está permitida y callada por ministras populista, que cacarean, pero no hacen
cumplir la ley de igualdad.
Decía Marilyn Monroe: Ninguna mujer depende de un hombre, un hombre depende de una mujer hasta para nacer.
Fotografía: Internet
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