El término respeto hace referencia a reconocer el derecho ajeno; es el reconocimiento, consideración, atención o deferencia, que se deben a las otras personas. Es una condición “sine qua non” para saber vivir y alcanzar la paz y la tranquilidad. El valor del término está basado en la ética y en la moral.
La palabra proviene del latín respectus, que traduce
‘atención’, ‘consideración’, y originalmente significaba ‘mirar de nuevo’, de
allí que algo que merezca una segunda mirada sea algo digno de respeto.
El respeto se muestra desde la empatía, es decir, desde la
actitud comunicativa que demuestra que sabemos, aceptamos y respetamos como es
la otra persona. Aunque podamos no compartir sus decisiones, opiniones o
comportamientos, no significa que deba existir confrontación. A través del
respeto integramos diferentes puntos de vista y, aun así, la protagonista es la
buena convivencia.
El respeto es un valor y una cualidad positiva que se refiere
a la acción de respetar; es equivalente a tener veneración, aprecio y
reconocimiento por una persona o cosa.
El respeto es la virtud por la cual reconocemos y tenemos
presente de manera habitual la dignidad de las personas, como seres únicos e
irrepetibles, creados a imagen de Dios, con inteligencia, voluntad, libertad y
capacidad de amar; así como sus derechos según su condición y circunstancias.
Por tanto, debemos comprender que toda persona por el hecho
de serlo, es merecedora de respeto, independiente de su edad, sexo, educación o
cultura, desde el momento de la concepción hasta la muerte.
Y en cada momento y ocasión debemos brindar el respeto que
merecen las personas con la que nos relacionamos. Respetando su estatus,
representación, circunstancias o edad, en primer lugar, a los padres,
profesores, jefes, autoridades, ancianos, etc.
El respeto es uno de los valores morales más importantes del
ser humano, pues es fundamental para lograr una armoniosa interacción social.
El respeto debe ser mutuo y nacer de un sentimiento de reciprocidad.
Una de las premisas más importantes sobre el respeto es que
para ser respetado es necesario saber o aprender a respetar, a escuchar, a comprender al
otro, a valorar sus intereses y necesidades.
El respeto también debe aprenderse. Respetar no significa
estar de acuerdo en todos los ámbitos con otra persona, sino que se trata de no
discriminar ni ofender a esa persona por su forma de vida y sus decisiones,
siempre y cuando dichas decisiones no causen ningún daño, ni afecten o
irrespeten a los demás.
Respetar es también ser tolerante con quien no piensa igual
que tú, con quien no comparte tus mismos gustos o intereses, con quien es
diferente o ha decidido diferenciarse. El respeto a la diversidad de ideas,
opiniones y maneras de ser es un valor supremo en las sociedades modernas que
aspiran a ser justas y a garantizar una sana convivencia.
Muchas religiones abordan la cuestión del respeto hacia los
demás, porque es una de las reglas esenciales para tener una relación sana con
el prójimo.
El respeto es un valor moral. Los valores morales son
principios creados por la sociedad y la tradición con el fin de definir pautas
correctas de comportamiento general. El respeto es un bien muy valioso. Dicen que el que no respeta no merece respeto, pero el que no respeta a los demás no se respeta así mismo. "Respeta para que te respeten".
Sin respeto no tendríamos en cuenta la vida, opiniones y
creencias de los demás. Todo esto generaría caos y sería un paso atrás para la
sociedad. Por eso, cada vez que actuamos con respeto estamos contribuyendo a
crear un mundo mucho más justo y amable para vivir.
Respetar al otro solo por el hecho de ser humano,
considerarlo un igual, aunque se exprese o piense diferente es una de
las más altas expresiones de respeto como valor moral.
El respeto se expresa en diferentes ámbitos: en el
comportamiento ciudadano, en la práctica religiosa, en el apego a las normas
democráticas y en el comportamiento en el entorno familiar y laboral.
El respeto es también un valor cívico. Los valores cívicos son las conductas que se consideran correctas para el adecuado comportamiento ciudadano. Son valores transmitidos por la comunidad y sus instituciones sociales (la familia, la escuela, las leyes). La reverencia a los símbolos patrios y el cuidado del medio ambiente son ejemplos de respeto como valor cívico.
Como valor religioso, el respeto es un valor esencial en la mayoría de las creencias. Los valores religiosos son los principios que guían la conducta de las personas que siguen una religión o dogma determinado. Estas normas por lo general están descritas en textos sagrados o fundamentales para dicha creencia, como es el caso de la Biblia, para los cristianos o la Torá, para el judaísmo. Suelen coincidir con valores universales como el respeto, la compasión, la obediencia y el amor.
“Honrar a los padres”, “respetar al prójimo”, el respeto a
Dios y a las autoridades (líderes, sacerdotes, predicadores, etc.) son ejemplos
de respeto como valor religioso.
Como valor democrático, el respeto es uno de los principios
que sustenta la vida en democracia. Los valores democráticos son los que ayudan
a construir y mantener un sistema de gobierno basado en la voluntad popular. Los
valores democráticos ayudan a fomentar relaciones equilibradas entre el poder y
los ciudadanos y le dan a estos últimos las pautas para establecer una
convivencia cívica.
Como valor profesional, son los principios que una persona
aplica en su entorno laboral. Y el respeto es un valor profesional esencial, ya
que fomenta relaciones de trabajo basadas en la consideración del otro y de la
empresa para la cual trabaja. Existen unos valores profesionales universales
que aplican al ejercicio de cualquier profesión, como la responsabilidad o el
compañerismo. Sin embargo, también existen valores profesionales de acuerdo a
cada tipo de profesión u oficio. En ese caso, se le llama deontología. Por
ejemplo, deontología médica, deontología jurídica, etc.
Todas las personas somos valiosas y merecemos respeto:
Respeto a uno mismo. El respeto comienza por la consideración
a nosotros mismos. Debemos tratarnos con la misma amabilidad con la que debemos
respetar a otros. Solo conociendo el auto-respeto podremos ser capaces de
tratar a otros de la misma forma.
Respeto a los padres. El respeto a los padres se
expresa en tener consideración hacia ellos, ser amables, educados, escuchar sus consejos, aprender de sus enseñanzas, colaborar en armonía, cumplir con los deberes como hijos, acatar las normas del hogar y cuidarles cuando sean mayores.
Respeto a los niños y a las personas mayores. Los niños y las
personas mayores son grupos vulnerables que necesitan ser tratados con
gentileza, paciencia y dedicación. Se respeta a los niños y ancianos escuchando
y valorando su opinión, atendiendo sus necesidades, protegiendo sus derechos y acompañándolos con sabiduría.
Respeto al medio ambiente. Respetar el medio ambiente es
mantener limpios los espacios que utilizamos a diario, como la casa, la
escuela, el trabajo y los lugares públicos. Es también poner la basura en su
lugar, reciclar y cuidar la naturaleza.
Respeto a las instituciones sociales. Las instituciones
sociales son las organizaciones formales o naturales esenciales para la vida en
sociedad. El gobierno y la escuela son instituciones formales y la familia es
una institución natural.
Respeto a las diferencias. Las personas pueden tener rasgos
físicos, creencias, costumbres y tradiciones diferentes a las nuestras. Es
justamente esa diversidad la que enriquece a la sociedad, por lo tanto, es
necesario tratar con respeto a quienes luzcan, piensen o actúen diferente a
nosotros.
Respeto a las normas. Las normas son códigos de
comportamiento que debemos seguir en un lugar determinado. Llegar a la escuela
a una hora específica, ser solidarios con los compañeros de clase y hacer
silencio en el salón de clases son normas básicas que hay que seguir para lograr
una convivencia armónica entre estudiantes y profesores.
Respeto a los símbolos patrios. El respeto a los símbolos patrios se expresa cantando el himno nacional, conociendo la vida de los héroes patrios, honrando la bandera y el escudo nacional, etc.
Hoy existe mucha tiranía. No todos los que la practican lo han aprendido en su casa, pero en la casa es dónde el tirano empieza a imponer su tiranía.
Hay quién no respeta a nadie ni a nada y pide respeto. No pidas lo que tú no das: respeta para que te respeten...
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