miércoles, 20 de mayo de 2020

Siempre podrás empezar de nuevo

Whitman, dijo, en los días finales de su vida: “Tú, incrédulo, si te animas a ver algo grandioso, baja la cabeza para que veas a la hormiga. Si la observas con detenimiento, descubrirás su laboriosidad, su organización, cómo trabaja en equipo, cómo prevé el invierno y se prepara para afrontarlo y sobrevivir. ¡Es un milagro!” 

Hay incrédulos que no creen ni en ellos mismos, piensan y aseguran que todo fue un accidente. La vida no tiene una explicación científica. Vamos a llegar a saber hasta en qué momento puede haber estallado el Big Bang, pero no quién y cómo lo provocó. 

Le dijeron a Pasteur: Usted siempre habla del alma y hemos abierto 100 mil cadáveres y nunca encontramos ni rastros de las almas. Entonces Pasteur les respondió: Cuando muera vuestra madre, pártanla en mil pedazos y traten de encontrar el amor que ella tuvo por ustedes. 

Antonio de Saint-Exupery le hace decir al amiguito del principito: Lo esencial es invisible a los ojos. Lo que no se ve es lo importante, por lo que no se ve, sucede lo que vemos. Por el amor que no se ve naciste vos y ahora todos te podemos ver, te podemos tocar. Así mismo, en las canciones hay algo que va más allá de las palabras, que se transmite, hay en ello una energía. 
Y luego de decir estas magistrales frases, Facundo Cabral toma su guitarra y empieza a cantar, cómo sólo él podía hacerlo, entre cantando y hablando, entre cantando y declamando. 
Me preguntó un periodista: —¿Cuándo venís?
Pregunto yo: —¿Qué decide que vengas a un lugar? 
Le contesté a mi pregunta: — Yo vengo cuando hay que venir, a decir lo que hay que decir. Fundamentalmente que el paraíso no está perdido, sino olvidado. Y que en una eternidad siempre se podrá empezar de nuevo.
Las personas dicen ya es tarde, tengo 50 o 60 años, pero olvidan que Einstein, a los 60, empezó a estudiar griego antiguo. Yo le releía a Borges hasta los 85, para que corrigiera sus textos. Así mismo a Moisés, a los 80 años, lo escogió Dios para que dirigiera el Éxodo cruzando el desierto. 
¿Cómo que no puedes empezar? 
Dilo cada mañana: Éste es un nuevo día, para empezar de nuevo, para buscar al Ángel, que me crece los sueños, para cantar, para reír, para volver, a ser feliz. Esta es la canción que canto cada mañana, le doy las gracias y le digo ahora vas a lo que es vivir, porque estoy de novio conmigo mismo. 
Me prometo: En este nuevo día trataré de ser, por fin, un hombre bueno. De cara al sol, caminaré y con la luna volaré...
Empieza, inténtalo, porque en una eternidad, -teniendo en cuenta que el tiempo es una invención humana- siempre se podrá empezar de nuevo una nueva vida, un nuevo camino, un nuevo reto...
¡Comienza ya! 
Facundo Cabral

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