sábado, 30 de mayo de 2020

El cabrero


Canaria peculiar: Canarias es un archipiélago situado en el océano Atlántico que conforma una comunidad autónoma española con estatus de nacionalidad histórica. Es, además, una de las regiones ultraperiféricas de la Unión Europea. En el ámbito espacial se compone de ocho islas, cinco islotes, ocho roques y el mar. Políticamente el archipiélago ya se compone de ocho islas, siete islas con administración propia y La Graciosa perteneciente a Lanzarote, está gestionada en forma de pedanía. Las siete islas con administración propia son, por un lado, El Hierro, La Gomera, La Palma y Tenerife, que constituyen la provincia de Santa Cruz de Tenerife, y, por otro lado, Fuerteventura, Gran Canaria, Lanzarote y La Graciosa que constituyen la provincia de Las Palmas. A estas ocho islas se le suman, por un lado, los islotes deshabitados de Montaña Clara, Alegranza, Roque del Este y Roque del Oeste, que, junto con la isla de La Graciosa, forman el archipiélago Chinijo, y, por otro lado, con el islote de Lobos, todos estos pertenecientes a la provincia de Las Palmas. Además, a las ocho islas y cinco islotes se añaden una serie de roques adyacentes (los de Salmor, Fasnia, Bonanza, Garachico y Anaga) situados en la provincia de Santa Cruz de Tenerife; el Roque de Gando y el Farallón de Sardina situados en Gran Canaria, y el islote de La Santa situado en Lanzarote. 

Las islas, de origen volcánico, se asientan sobre la Placa africana, aunque son parte de la región natural de la Macaronesia. Esto junto a los archipiélagos de Cabo Verde, Azores, Madeira y Salvajes. Canarias es el archipiélago más extenso y poblado de la región Macaronesia. Su clima es subtropical, aunque varía localmente según la altitud y la vertiente norte o sur. Esta variabilidad climática da lugar a una gran diversidad biológica que, junto a la riqueza paisajística y geológica, justifica la existencia en Canarias de cuatro parques nacionales y que todas las islas tengan reservas de la biosfera de la Unesco, y otras tengan zonas declaradas Patrimonio de la Humanidad. Estos atractivos naturales, el buen clima y las playas hacen de las islas un importante destino turístico. 

La mayor peculiaridad canaria está en su dialecto tan particular. El dialecto canario es una variedad lingüística del español muy vinculada al estilo de habla de la Andalucía Occidental (Sevilla, Cádiz y Huelva). Gonzalo Ortega Ojeda, presidente de la Academia Canaria de la Lengua, desgrana a modo esquemático las principales peculiaridades de este dialecto: 

Guagua, cotufas, millo, papas, gaveta, gofio... Son solo algunas de las miles de palabras de habla canaria que no son utilizadas por el castellano peninsular. Las peculiaridades del dialecto canario lo convierten en el acento más 'sexy' de España, según una encuesta realizada por el portal de viajes TripAdvisor en el año 2011. Este acento se enmarca dentro del llamado hispanoamericano meridional o atlántico. Pues con nuestro dialecto tan particular les relato como pasa un día una familia de labradores… 

EL CABRERO: 

Cabrero, pastor de cabras. Era un lugar rodeado de montañas, después del largo invierno, las laderas verdes parecían alfombras de hierba tierna que eran devoradas por rebaños de ovejas y cabras. Al amanecer, nada de pegarse las sábanas, allí se madrugaba. El chiquillo se levantó a la llamada de la madre, se puso la gorra, se comió el tazón de gofio y leche, y cogió el morral que le preparó la madre con jigos pasaos y un cacho pan, y se lo echó al hombro. 

Má,— gritó el chiquillo. 
La madre le contesta, —ya te vas a dí. Ten cuidiao mijito, no trompiques con las piedras que se te ponen las piesnas amoratás, tampoco te revuelques por la tierra que te empuercas los calsones, y tenme cuidiao, ponte a la sombrita que el solajero te quema too el josico. 
Ya, má, yo me pongo bajo la higuera. 
—Tú ten cuidiaito no se vayan las cabras a lo ajeno. Abra bien los ojos y desparrame la vista, ¡eh! 

El chiquillo se va a la gallanía, desamarra las cabras del pesebre y se echa al camino pegando gritos pá que las cabras le sigan. Por el camino se va cruzando con campesinos que van y vienen en su trajín diario, unos a otros se saludaban ¡adiós cristiano! En esta se encuentra con una tía de la madre y le saluda. 

La bendición de Dios, tití Mariquita ¿cómo amanece? 
—¡Oh, mi niño!, yo yastoy toa esrrengá. Y ya veo que tú vas aprendiendo que hay que salí con la fresquita. Y ¿vas sólo? 
—Sí, mi hermano se fue de madrugá con mi padre a segá, y yo voy con el ganao pá las laeras del abuelo Pancho pá que las monde las cabras. 

Como las cabras estaban desinquietas, se despide y sigue troquetiando con las piedras y  aventando una gran polvajera. Por el camino iba silbiando canciones y cuando una cabra se descarrilaba le daba un silbio fuerte y se arrejuntaba al rebaño; unas seis cabras y tres baifas, que son más saltonas, aunque siempre hay una cabra, cabra… En cuando encomensó a subir aquella cuesta empenicá, dejó de silbiar porque le faltaba el resuello. Al llegar al cercao tiró el morral y se dejó caer sobre la hierba mirando pá los selasje. Las cabras llegaron con ganas de comer y permanecieron un buen rato tranquilas rumiando hierba. Cuando descansó, (sin perder de vista a las cabras y sobre todo a las baifas que de cuando en cuando le entraba el triqui traque salta que salta) sacó la navaja y fue a la orilla del sercao a corta una caña, junto a una posilla que manaba agua y donde bebía buchitos pá refrescá la caló. Eligio la caña que le pareció propia paser una flauta. La raspó pá dejarla lisa, partió como una cuarta y fue calculando los bujeros pal solplá posando los dedos hacer sonar la música. Las cabras algo desinquietas, sobre todo las jairas por momentos se entaliscaban en un risco que subía por los terreros pegando brincos pá partirse las patas. El chiquillo cogía un tenique y se lo jincaba y con unos esperríos las metía en verea. 

Los mensajes de la naturaleza se van descubriendo desde pequeños y en el lugar nadie llevaba reloj, allí miraban al cielo y al sol y ya sabían la hora que era, y a la hora del mediodía había que regresar pá comer, pero antes había que ordeñar las cabras y las vacas. Cuando llegó el muchacho el padre ya estaba ordeñando las vacas y el hermano pequeño le ayudó a amarrar las cabras y a ordeñarlas, y mientras los hermanos comentaban como les había ido la mañana, el mayor le dijo al pequeño que le traía un regalo, al terminar abrió el morral y le dio la flauta, agradecido le puso la mano en el hombro y enseguida empezó a soplar y a sonar. 

Las cabras daban buena leche y llenaron una lechera, el padre terminó de ordeñar las cinco vacas, cargó la lechera grande y los hermanos cogieron entre los dos la pequeña y fueron pá la casa, que estaba al lado. La madre ya tenía prepará la mesa con el gofio amasao y el potaje en el plato pá que se fuera enfriando. Al llegar se formó una algarabía porque todos querían hablar a la vez saludando y haciéndole gracias a la pequeña de la casa que tenía cuatro años. 

La madre sacó el barreño donde coló la leche, le puso un poco cuajo, -el cuajo se saca de los baifos cuando son sacrificados, se seca y se elabora- removió bien pá mezclar la leche con el cuajo y lo tapó con un paño, y a esperar unas horitas hasta que se cuaje la leche pá jasé el queso, del que se sacaba el tabefe con tumbos que era parte de la alimentación. 

Terminado el ritual de la leche se sentaron a comer el potaje de berros con gofio amasao -los berros los había cogido la madre en el barranco la tarde antes-. Todos tenían buen apetito y dejaban los platos limpito. Hay que decir que en el lugar no todos tenían la riqueza de tierras fértil, con agua propia y variedad de árboles frutales; gracias a eso la familia estaba abastecida de todo lo necesario. Como postre siempre tenían frutos de temporada: brevas, higos, tunos, uvas, ciruelas, nísperos, manzanas, peras, limas, naranjas, guindas, nueces, almendras… Cultivaban papas, millo, trigo, cebada, centeno, lentejas, habas, chochos, lechuga, rábano, habichuela, calabaza y con el invierno crecían el hinojo y los jaramagos, hierbas aromáticas y medicinales. En cuanto a la carne tenían gallinas, por tanto, huevos, pollos, baifos, conejos, cochino uno por año su carne en salazón daba para un tiempo. También la casa disponía de un naciente que manaba agua durante todo el año, mientras los demás tenían que ir al barranco a lavar la ropa y acarrear agua para las necesidades de la casa. 

Al término de la comida el padre se echaba una siesta mientras la madre ayudada de sus hijos recogía la mesa y lavaba los platos y luego se echaba a descansar un rato con los niños, para luego ponerse hacer el queso de unos cuatro kilos. Por la tarde el padre ordeñaba de nuevo las vacas y esa la leche era para abastecer a la familia. Decir que algunos labradores para algunas tareas del campo pagaban jornaleros para terminar antes. 

Una de las preocupaciones de esos padres era que sus hijos aprendieran a leer y escribir y en el lugar no había escuela, la escuela más cercana estaba en otro pueblo, pero gracias a un vecino maestro retirado que les daba las clases por las tardes no perdían curso, y a la escuela iban cada quince días. Los padres esperaban que los niños crecieran para que pudieran ir solos en el servicio de guagua que recorría los pueblos. 

Mi reconocimiento, hoy y siempre, para el agricultor y ganadero, para el hombre que labra el campo, el labrador, un merecido homenaje. Hay que valorar su imprescindible servicio, son los que llenan los estómagos del mundo. Ellos trabajan de sol a sol, pero se sienten libres. De hecho, hay una canción canaria en la que así lo reconoce el labrador: Dices que por qué no sé, de qué color es el cielo, como lo voy a saber, si desde el amanecer, lo paso cavando el suelo… 

El 30 de mayo es reconocido como el Día de Canarias. Este es un día festivo en todas las islas de Canarias. Se conmemora con este día, el aniversario de la primera sesión del Parlamento de Canarias con sede en la ciudad de Santa Cruz de Tenerife, llevada a cabo el 30 de mayo de 1983. 

Yo me siento orgullosa de ser canaria. Me siento orgullosa de las peculiaridades y particularidades de mi tierra y de su gente… Para toda Canarias y para todo canario de bien: ¡Feliz Día de Canarias!

Fotografía: Internet

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