sábado, 10 de noviembre de 2018

Murió Francisco Tarajano


Hoy sábado día 10 de noviembre me desperté con una triste noticia, la muerte de Francisco Tarajano Pérez; poeta, escritor, docente e historiador, reconocido investigador y divulgador de la cultura popular canaria, así como cronista oficial de Agüimes. Las esferas de la cultura, la enseñanza y el nacionalismo canario lloran la pérdida de uno de los referentes en la divulgación de la tradición, la literatura, la identidad y el sentir canario, que plasmó en una extensa y sólida obra poética enraizada en la orografía y los paisajes del Archipiélago de la mano de su compromiso político en defensa de la libertad y la canariedad. "Un pueblo inculto no es libre, besa botas de tiranos, teme a logreros caciques y se arrodilla ante los amos", escribió Tarajano.

Nacido en Ingenio el 15 de mayo de 1924, hijo de labradores, creció en el municipio vecino de Agüimes y se desempeñó como docente durante 20 años en diversos colegios de Gran Canaria y, después, en Tenerife, donde también ejerció como profesor de Lengua y Literatura en la Universidad de La Laguna (ULL). Amante de la literatura popular canaria y rescatador de coplas, adivinas, décimas, romances o refranes, Tarajano colaboró con el popular romancero La Flor de la Marañuela, dirigido por el doctor Diego Catalá Menéndez, catedrático de la ULL, en los años 50. En esta misma década, en 1956, el poeta emigró a Venezuela, donde permaneció 16 años consagrado a la enseñanza y publicó, además, siete libros docentes. 

En 1972, el poeta regresó a Canarias, donde continuó con su labor como profesor en el colegio María Auxiliadora y en los IES Isabel de España y Pérez Galdós hasta su jubilación. En 1983, Tarajano fue nombrado cronista oficial de la Villa de Agüimes, municipio que le distinguió como Hijo Predilecto en 1986 y donde inició su trayectoria como historiador, toda vez que, en 1990, fue designado Presidente Honorario de la asociación cultural y política independentista Solidaridad Canaria. 

Distinguido con múltiples premios y reconocimientos impulsados por diversas instituciones y asociaciones culturales o vecinales de las islas, así como eterno candidato al Premio de Canarias de Literatura, su retorno a Canarias inauguró la etapa más prolífica y reconocida de Tarajano, en la que compatibilizó la enseñanza con sus vertientes poética y cronista, ejercidas desde su firme compromiso con la defensa del acervo popular y cultural del Archipiélago canario. Destaca por su extensa obra poética, entre sus más de 50 publicaciones desfilan títulos como Adivinas populares canarias (1984), Antología de adivinas canarias (1986), Más de doscientas adivinas (1989), Adivinas canarias para niños (1990), Canarias canta I (1992) y Canarias canta II (1994). El decano de la poesía canaria, hombre de voz solidaria y reivindicativa, es el último de los poetas sociales, tras Agustín Millares Sall y Pedro Lezcano. 

El pasado mayo, Tarajano celebró su 94º cumpleaños en un emotivo acto en el Club LA PROVINCIA, que rindió homenaje a su labor en la enseñanza, la investigación y la poesía, con el acompañamiento musical de la Agrupación Musical Sombra del Aguayro, acto que organiza Luis Pulido y en el que llevo años participando. "Este es un acto extraordinario, culto y universal", declaró Tarajano, quien brindó un guiño a su padre, "quien era analfabeto" y cuyo cariño, en palabras del poeta, "marcó el camino que luego seguí en la vida". 

Numerosas autoridades del escenario cultural y político de las islas han manifestado su pésame a lo largo del día. El presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, declaró en su cuenta de Twitter: "Poeta, investigador de nuestras tradiciones, profesor, recopilador de nuestra historia, defensor de nuestra identidad... Nos deja una obra extraordinaria y su compromiso con esta tierra y su gente. Descansa en paz, querido Paco". También el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, manifestó que: "Hoy no sólo su Ingenio natal perdió a un referente de las letras. Hoy también la cultura canaria se queda un poco más huérfana. Mis condolencias a familiares y amigos. DEP". 

Por su parte, Óscar Hernández, alcalde de Agüimes, lamentó que: "Se nos fue Francisco Tarajano. Profesor, poeta, profesor, defensor de la canariedad... Se nos fue un gran hombre, un referente, hijo predilecto de nuestra Villa. Perdurará su extraordinaria obra y el cariño de quienes tuvimos el honor de cruzarnos en su camino. Descansa en Paz". Y el consejero de Cultura del Gobierno regional, Isaac Castellano, escribió: "La cultura canaria está de luto. Nos ha dejado el poeta y escritor canario Francisco Tarajano, defensor y recopilador de la sabiduría de nuestra gente y del sentir de nuestra tierra". 

Desde 1990 es Presidente Honorario de la asociación cultural y política independentista Solidaridad Canaria. De otro modo, ha prologado más de doce libros de escritores principiantes, todos canarios, así como, pregonero histórico-poético en San Juan (Telde), La Herradura (Telde), La Pardilla (Telde), La Candelaria (Ingenio) y en los barrios de Agüimes como lo son Guayadeque, Temisas, Corralillos, Montaña de los Vélez, Las Rosas y el Cruce de Arinaga. En la actualidad reside en la localidad costera de Arinaga y es amigo, entre otros, del escritor canario Víctor Ramírez Rodríguez quién lucha porque Francisco Tarajano sea incluido como miembro de la Academia de la Lengua Canaria. 

Amante de la literatura popular, escritor en Dialecto canario, colaboró, allá por 1954, en el romancero «La Flor de la Marañuela», dirigido por el doctor Diego Catalá Menéndez Pidal, catedrático de la Universidad de La Laguna. Durante su estancia en Venezuela escribió siete libros didácticos. Una vez retornado a Canarias se iniciará su etapa más prolifera compaginando sus escritos poéticos con su labor de recopilador de la sabiduría popular canaria y la de cronista oficial de Agüimes. 

Nos quedan sus escritos, sus poemas al amor y a la defensa de los valores, su talante campechano, su cercanía y su imagen de libreta en mano para ir apuntando todo verso que su numen le alumbraba. D.E.P. 






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