Hoy el día Internacional de la Felicidad. ¿Es posible alcanzar la felicidad? En la razón.es nos lo recuerda y nos dan las pautas a poner en práctica para intentar ser feliz, y si lo intentas puede que lo consigas.
La felicidad es una meta que todos queremos alcanzar. La buscamos en nuestras relaciones personales, en el trabajo y en nosotros mismos. Es una emoción tan recurrente que incluso desde Naciones Unidas decidieron en 2013 destinar una fecha, el 20 de marzo, para su conmemoración y como reconocimiento del importante papel que desempeña en la vida y el bienestar de las personas de todo el mundo. Desde entonces este día está marcado en el calendario con una invitación para que los estados, las organizaciones nacionales, regionales e internacionales y la sociedad civil celebren y reflexionen sobre este día.
La felicidad es un sentimiento subjetivo y cada persona encuentra su felicidad en un motivo, una posesión o en un logro, pero ¿cuál es el origen de la felicidad? El coach especialista en desarrollo personal, Carlos Miguel Fernández, expone a través de su libro “El origen de la felicidad” cómo el cerebro actúa movido por ideas y creencias que generan emociones que nos limitan y reducen nuestra capacidad de actuar en pro de la felicidad. “El origen de la felicidad” es una propuesta para modificar la manera de enfocar esas ideas y creencias, dando pie a nuevas emociones que nos permiten llevar a cabo esos cambios que tanto deseamos. Además, el lector encontrará las respuestas para saber cómo mejorar su vida de manera duradera. “Si realmente deseas cambiar, si sientes que eso es lo que necesitas, no esperes más, empieza tu camino”, puntualiza Carlos Miguel Fernández, autor del libro. Para el coach, la felicidad no es un objetivo que se deba buscar en el horizonte ni que se esconda en grandes logros o en acumular objetos.
Para el experto, aunque es indudable que para poder ser feliz de manera habitual y poder tener una rutina que haga que la vida sea placentera y satisfactoria se deben reunir unas condiciones externas acordes a los propios objetivos, necesidades y deseos, a su vez es fundamental comprender que el primer paso, el origen de una vida feliz, está en el interior, en el propio cerebro y en la percepción que se tiene de la realidad. Y, cómo alcanzar la felicidad. Aunque cada persona tiene su propia idea de la felicidad, el experto Carlos Miguel Fernández comparte el camino para llegar a ella a través de 5 pasos.
1. Controla las ideas que están presentes en la mente de manera habitual. La capacidad de llegar a alcanzar objetivos está condicionada por la habilidad de sentirse capaz de lograrlo. Para cambiar y modificar nuestro entorno es necesario partir de una idea y conseguir que esta idea sea el catalizador de una acción. Las nuevas acciones conllevan nuevos resultados y los nuevos resultados, una nueva vida.
Mucha gente achaca su malestar a las circunstancias externas y, si bien en ocasiones éstas son realmente terribles, en general solemos poner excusas para no hacer algo y así evitar el miedo al fracaso, al dolor o al rechazo. Cuando una persona logra que sus pensamientos y, en definitiva, sus ideas estén acordes a sus objetivos y le sirvan para verse capaz de alcanzarlos, tarde o temprano acabará generando esas circunstancias externas que le hagan mejorar su vida hasta alcanzar el nivel que tanto deseaba.
2. Comprende qué es la felicidad. La sociedad confunde la idea de placer con la de felicidad y es importante entender la diferencia para no sentirse frustrado ante la imposibilidad de alcanzar una quimera. Sentir placer o sentirse bien todo el tiempo es algo sencillamente imposible, por lo que entender la felicidad como la necesidad de sentir placer constantemente hace que ésta se convierta en algo inalcanzable.
La vida está llena de situaciones que están fuera de nuestro control y que, por lo tanto, debemos limitarnos a aceptar. Esa capacidad de rendirse, de aceptar cuando no hay posibilidad de modificar algo es fundamental para poder ser feliz y sentirse bien de manera habitual. Todos pasamos por momentos difíciles, pero mientras a unas personas esos momentos les paralizan, otras atraviesan un período de duelo o dolor para después seguir adelante, cual ave fénix.
3. Libera tu mente. Nuestra mente recibe un inmenso número de estímulos diarios. Esos estímulos, especialmente los que se han producido en la infancia, condicionan nuestro cerebro y, por ende, nuestra realidad. Para alcanzar la felicidad en muchos casos se deben romper esos condicionamientos para poder ver el horizonte donde antes solo había muros.
El cerebro tiene como principal objetivo sobrevivir y esto hace que en la mayoría de los casos las personas prefieran la seguridad y lo conocido frente al cambio y lo nuevo. Sin embargo, ese cambio, salir de la zona de confort, es imprescindible para ser capaz de avanzar, de modificar el entorno.
Cuando una persona adquiere nuevos conocimientos y los lleva a la práctica acabará teniendo nuevos resultados, se verá capaz de lograr lo que antes veía como un imposible y es entonces cuando comienza el cambio desde el interior.
4. Diseña tu vida. La vida está llena de imprevistos y situaciones inesperadas que modifican nuestra rutina y nuestra realidad. Tener una idea clara de a dónde se quiere llegar y qué clase de vida se desea implica que la mente siempre va a centrarse en esos objetivos, en ese estilo de vida, independientemente de las circunstancias.
Cuando una persona es capaz de actuar acorde a sus objetivos y los tiene presentes en su mente con la misma claridad con la que ve lo que tiene delante de sus ojos, esos objetivos acabarán estando cada vez más cerca y no permitirá que ninguna circunstancia externa pueda hacerle cambiar su camino y, por ende, su destino.
5. Entrena la inteligencia emocional. Dentro de nuestro cerebro se encuentran varias zonas que regulan nuestro comportamiento. La zona más emocional, llamada sistema límbico, hace que los pensamientos y el comportamiento estén controlados por las emociones. Esto puede resultar muy positivo ya que nos permite sentir placer, amor o bienestar, pero en muchas ocasiones es el responsable de que las personas actúen por impulsos controlados por las emociones y no por la lógica o la inteligencia.
El control emocional es ser capaz de gestionar las emociones para nuestro beneficio y es fundamental para lograr un nivel de vida satisfactorio. Llevar a cabo acciones motivadas por la reflexión y el raciocinio puede significar la diferencia entre discutir con tu pareja o darle un abrazo, entre sufrir estrés por tu trabajo o ser capaz de disfrutar de tu tiempo libre, o de permanecer inmóvil ante unas circunstancias adversas o coger el control de tu vida y actuar para cambiarlas.
Gracias a ese sentimiento subjetivo, yo he descubierto que la mayor felicidad se encuentra en las pequeñas cosas, y si soy feliz es, porque mi felicidad no depende de alguien más, sino de mí. Goethe, decía que: “El hombre más feliz del mundo es aquel que sabe reconocer los méritos de los demás y puede alegrarse del bien ajeno como si fuera propio”.
Fotografía: Jared Sluyter.
No hay comentarios :
Publicar un comentario