Más veces de lo deseable, España se sobresalta con el tema de las desapariciones de personas, cuando son niños, parece que te sobrecoge con más intensidad. No sé, pero es inexplicable que una persona pueda desaparecer y nunca más se vuelva a saber de ella, y por desgracia en nuestro país, hoy hay miles de desaparecidos. Y, de nuevo España está consternada y conmocionada con el último caso relacionado con la desaparición de un niño. Un niño llamado Gabriel al que sus padres llamaban cariñosamente “pescaíto”. Por todos los rincones del país, los españoles han manifestado la solidaridad con unos padres desgarrados de dolor. Todo el país pendiente de las noticias y dando ánimos a los padres de Gabriel para que no se sintieran solos y mientras esperábamos que apareciera, España esperanzada se llenó de figuras de pescaítos, pero la esperanza se desvanece porque una psicópata que vivía con el padre del niño, despiadadamente le arrebató la vida. Pero, ¿por qué?
Cómo pueden existir personas con esa capacidad criminal y esto es para echarse a temblar, al parecer estamos rodeados de psicópatas. Y ¿qué es un psicópata? No se trata, únicamente, de personajes de películas. Tampoco son, exclusivamente, cruentos criminales cuyas barbaries saltan a las portadas de la prensa o han quedado recogidas en la Historia. No, la mayoría de psicópatas se ocultan en nuestro entorno cotidiano —en el trabajo, en el círculo de amistades, en la familia— pueden parecer la persona más encantadora del mundo, pero, con sus ocultas manipulaciones, llegan a destruir por completo la vida de sus víctimas. Cualquiera puede ser víctima de un psicópata, porque sabemos que están integrados en la sociedad, lo que es lo mismo, el enemigo lo puedes tener en casa.
Se calcula que los psicópatas suponen el 1-2% de la población total, es decir, una de cada cien personas tiene una psicopatía y es muy probable que hayas encontrado a alguien así en tu vida. El psicópata integrado es alguien que, a primera vista, puede resultar carismático y encantador, pero que al cabo de un tiempo se revela como amoral, egocéntrico, mentiroso, incapaz de ponerse en el lugar del otro y de sentir remordimientos.
El psicópata sabe que es diferente y por este motivo, cual camaleón, trata de mimetizarse con el entorno para no llamar innecesariamente la atención. No experimenta emociones como la culpa, la empatía o el amor y por eso necesita simular dichos sentimientos. Y sin duda la mejor forma de conseguirlo, es observando el comportamiento, las reacciones y los gestos de los demás. Además, cambia de humor frecuentemente y tendrás que jugar a los dados para adivinar cuál será su estado de ánimo en los próximos 5 minutos. Probablemente te contará que no ha sido querido y que ha tenido un pasado doloroso e infeliz, y todos con los que ha convivido han sido mala gente. No son de fiar, nunca sabes cual es su verdadera cara; son superficiales y no se dejan conocer.
A menudo, el psicópata sólo ejerce su poder en el ámbito familiar y fuera de su casa mantiene oculta su auténtica personalidad. En el ámbito afectivo, el psicópata puede iniciar su actividad con la seducción y manipulación de su pareja hasta que consiga convivir o casarse con ella; entonces, poco a poco se transforma en una persona indeseable, pero puede ser que ya estés atrapado, y si logras escapar, ellos no aceptan esa huida y se defenderán acusándoles de ser lo peor, y se hacen las víctimas de un sufrimiento imperdonable.
El psicópata (del griego psiqué, alma, y pathos, dolencia) es definido por la Asociación Psiquiátrica Americana como "una persona cuya conducta es predominantemente amoral y antisocial, que se caracteriza por sus acciones impulsivas e irresponsables, encaminadas a satisfacer sus intereses inmediatos y narcisistas, sin importar las consecuencias sociales y sin demostrar culpa ni ansiedad".
José Sanmartín, catedrático de la Universidad de Valencia y director del Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia, explica que los psicópatas sufren trastornos en la esfera de las relaciones interpersonales: "Son mentirosos recalcitrantes y grandes manipuladores que pueden valerse de ciertas dosis de encanto". En la vida afectiva –añade Sanmartín- "saben lo que hacen, pero no sienten lo que hacen, es decir, no empatizan emocionalmente porque son incapaces de sentir sus propias emociones". Asimismo, el psicópata se caracteriza también por un comportamiento antisocial, posicionándose "frente a las convenciones y normas sociales".
Este tipo de personalidades existen compartiendo el mundo cotidiano, según explica Garrido, “parecen tipos normales pero pueden representar un grave peligro que amenace nuestra estabilidad emocional, el orden de nuestro pequeño mundo o incluso nuestra vida” hasta el punto de que el experto les hace acreedores del título de “el sujeto más dañino del mundo” pues, a otras muchas cualidades, suman las de practicar el ocultamiento y la simulación, “la capacidad de fingir lo que no se es y de aparentar propósitos que no se poseen”.
Es así que el psicópata se convierte en “un camaleón humano, un encantador de serpientes que, según las circunstancias, puede aparentar ser abnegado, responsable, leal, para ocultar al ser profundamente egocéntrico, manipulador, mentiroso y cruel”.
Locuacidad y encanto superficial. Los psicópatas suelen ser locuaces, expresarse con encanto, tener respuestas vivaces y presentar historias muy improbables, pero convincentes, que les deja a ellos en un buen lugar. Habla de cosas atractivas para las que no tiene preparación pero se las ingenia por aparenta que dominan.
Es destacable que no le importe gran cosa el que se evidencie que sus historias son falsas, algo que no siempre es fácil de lograr, dado el desparpajo y la inventiva con que emprenden sus relatos, lo malo es que se valen del chantaje emocional para destrozar la vida de alguien, aunque sea sus padres, y lo harán inventando una vida de maltrato y sufrimiento para que sientan lastima de su persona y se ponga de su parte. No sienten remordimiento o sentimiento de culpa. No experimentan ninguna preocupación por los efectos de sus actos en los demás y, en ocasiones, lo manifiestan claramente; "¡que se fastidien!". Cuando aseguran que 'lo sienten' no es más que por dar una buena imagen; sus palabras anteriores y posteriores y sus hechos suelen contradecir ese arrepentimiento. Junto a esto, encuentran todo tipo de excusas para explicar los desmanes que cometieron y en muchas ocasiones, niegan que ellos fueran los responsables o que tales acontecimientos que se imputan existieron en realidad; los errores son siempre de los demás.
Otra característica, su falta de empatía. Si vive con sus padres, sus padres están obligados a proveerles de todo, porque para el psicópata todo son derechos adquiridos. Si mantienen lazos con algunas personas, será por puro interés, no por sentir algo profundo hacia ellas; en realidad, creen que los demás tienen la misión de proveerles de sus necesidades sin que hayan de recibir nada a cambio.
Aunque existe la creencia popular de que los psicópatas son violentos, la verdad es que no siempre les hace falta emplear la fuerza física para conseguir lo que quieren de ti. Es un ser con dos caras, la real y la de aparentar. Usan distintas formas de maltrato psicológico, insultos y gritos, culparte de sus carencias y males, aislarte de la familia, y si entablan una nueva amistad la mantendrán distante, porque como ya han contado un cuento, temen que si se relacionan con los suyos, puedan descubrir su falsedad y quede al descubierto quién es el malo del cuento; tras estas acciones hay un objetivo, tratar de desquiciar emocionalmente al que tiene al lado... Y sí, son conscientes de lo que están haciendo y lo que hacen es precisamente para hacer daño, como si al ver sufrir sintieran placer. Por eso, lo mejor que puedes hacer es no enfrentarte a ellos. Es importante que les dejes claro que tienes carácter y que no te dejaras manipular, pero evita las confrontaciones. No olvides que tienes delante una persona sin límites morales que puede llegar muy lejos con tal de hacerte daño. Y si hay algo que le puede frenar, no es tu sufrimiento, sino las consecuencias negativas que tendrían sus acciones para ellos. Y no intentes cambiarlo, no lo hará.
Los psicópatas tratan a los demás como meros objetos, “cosifican” a las personas y actúan siempre en su propio beneficio, puesto que se trata de personas muy egoístas. Sus marcas de identidad son el engaño, la mentira, el desprecio por los demás y su falta de empatía. Su personalidad se caracteriza por su locuacidad, su gran encanto superficial, un exagerado sentido de su propia valía, un marcado egocentrismo, una continuada manipulación de los demás y su incapacidad para establecer relaciones afectivas con los demás. Pero lo peor de lo malo, es que te pueden arrebatar la vida.
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