Recuerda mirar en cinco direcciones cada día:
Hacia adelante, para saber a dónde vas.
Hacia atrás, para recordar de dónde vienes y evitar errores pasados.
Hacia abajo, para asegurarte de no pisotear o humillar a nadie en el camino.
Hacia los costados, para ver quién está a tu lado para apoyarte, y apoyarle si te necesita.
Hacia arriba, para recordar que siempre hay alguien cuidándote.
No te compliques… Disfruta.
No te quejes… Vive.
No te enojes… Sonríe.
Porque el mundo está lleno de buenas personas. Si no las encuentras… sé una de ellas.
A pesar de las dificultades, afortunadamente siempre existe otro día, y otros sueños, y otras personas y otras cosas…
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