jueves, 19 de octubre de 2017

El hombre del pozo

Hubo en otro tiempo en el reino de Song, un tal señor Ding que no tenía pozo. Cada día, un hombre de la servidumbre dedicaba todo su tiempo para asegurarle el servicio del agua, pues debía ir a buscarla muy lejos. Para simplificar el trabajo, Ding hizo cavar un pozo en el patio.
—Al hacer cavar ese pozo en mi patio, me he ganado a un hombre —le dijo a un amigo.
Este amigo se lo contó a otro, y, pasando de boca en boca, la observación se convirtió en esto: «El señor Ding, al cavar un pozo en su patio, encontró a un hombre».
Estas palabras se divulgaron a través de toda la región y llegaron a oídos del rey, quien hizo llamar a Ding para saber de qué manera había encontrado a un hombre en el fondo de su pozo.
Ding le explicó:
—Ese pozo cavado en mi patio me evitó tener que acarrear el agua desde tan lejos y, por lo tanto, me proporcionó dos brazos más para los trabajos de casa, ¡eso es todo!

Por las malas interpretaciones surgen los bulos y los bulos lleva a la confusión y a la desinformación… Realmente, cuando se falta a la verdad es con una intencionalidad, llevar al engaño o producir dolor.

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