Mientras la política sea utilitarista en vez de útil. Mientras sea el ser humano una herramienta auto-esclavizada en vez de un ser pleno y consciente de sus libertades, obligaciones y derechos. Mientras se confunda la sinrazón y la reflexión de los dogmas impuestos, con las ideas producto de la razón y la reflexión pura. Mientras prime caminar rápido a caminar seguro hacia una meta justa. Mientras los símbolos sean arrojadizos, la educación un gasto y moneda de pago y lo grandilocuente prime sobre lo urgente, y esto último sobre lo importante y necesario. Mientras creamos que un sentimiento dicta la conciencia y un credo gobierna sobre los principios y valores. Mientras una imagen valga más que mil palabras, o que las palabras huecas tengan más relevancia que las cargadas de razón y sentido. Mientras la verdad sea incierta, porque sea la opinión una infundada constitución de absolutismo individual y adaptable. Mientras la maldad y la bondad se dicten por panfletos y no por conciencia. Mientras unos y otros estén autorizados a jugar al mus con lo que no es suyo, y los órdagos y faroles sean la jugada maestra. Mientras un incendio sea más hogar que una hoguera, y el grito mejor que el diálogo. Mientras se mida todo en la importancia del enemigo. Seremos una sociedad lamentable; ciudadanos que no podremos llamarnos a nosotros mismos: ciudadanos. Luis A. Glez. P.
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