Un contratiempo es un suceso perjudicial e inesperado. Un escollo o problema que aparece de modo repentino, que provoca un impedimento definitivo o temporal. Un retraso en lo que se debía hacer y que al no estar previsto, no se pudieron tomar medidas para evitarlo o minimizar sus efectos. Hay contratiempos que pueden arruinarte la vida, porque puede haber alguien que se empeña en ponerte piedras en el camino y si ve que puedes sortearlas, coge las piedras y te las tira...
La forma en que cada persona percibe los errores, fracasos y adversidades
tiene un papel muy importante en el desarrollo personal y profesional y en los
logros y éxitos, por eso es fundamental desarrollar la resiliencia. La
resiliencia es la capacidad de adaptarse y recuperarse de los contratiempos, de
seguir adelante cuando las cosas no funcionan como esperabas, de no rendirte aunque te falten las fuerzas.
«No he fracasado. He descubierto 999 maneras de cómo no hacer
una bombilla».
Thomas A. Edison.
A veces la vida puede estar llena de contratiempos. Simplemente
las cosas no van como pensábamos, bien por alguna circunstancia ajena a nuestra
voluntad o porque cometemos errores, y frente a los contratiempos incluso el
optimista más ferviente puede quedar sin ánimo. Así que, después de un golpe o
dos nos podemos preguntar, cómo poder recuperarte y avanzar con confianza. Pues, siendo consciente que
los contratiempos son parte del proceso, porque quien intente construir grandes
cosas enfrentará desafíos. Sin lucha no hay recompensa y sin contratiempos no
hay avance.
Sabemos que las derrotas son oportunidades de aprendizaje que
nos harán más fuerte. Por muy imposible que parezca, si no estamos lo
suficientemente fuertes para declarar lo que quieres alcanzar y recibir,
entonces no estás lo suficientemente fuerte para conseguir aquello que deseas. Pero,
no dejes de soñar. No dejes que los contratiempos achiquen tus sueños, continúa
soñando tan grande y atrevido como siempre, mientras te levantas de cada caída una
y otra vez…
Muchas veces nos negamos a nosotros mismos, porque el que dice “no
puedo” o “no va a funcionar” o “tengo miedo”, no tendrá el coraje para
impulsarse. Si nos enfocamos en nuestras preocupaciones, miedos y dudas,
construimos una prisión de negatividad. Es a través de los pensamientos
positivos cuando conseguimos alcanzar los objetivos e ir hacia adelante.
Lo que hagas, hazlo con amor, porque el amor disuelve el miedo y te da
energía. Para ser feliz atrae a ti a las personas indicadas, las que suman y no
restan, las sinceras y honestas, porque la sinceridad es un poderoso pegamento. Trabaja con amor y descubrirás
que sí tienes lo que se necesita para salir adelante. Recuerda que cada minuto
de tu vida está lleno de intención y aventura.
Los contratiempos en la vida son inevitables, pero puedes optar por verlos como lecciones positivas en lugar de fracasos desmoralizadores. Hay quien dice que cada cual recibe lo que se merece; sé de personas que han sido las mejores hijas para sus madres y sin embargo sus hijos la han enterrado en sufrimiento, gente buena que no han echo mal a nadie y reciben golpes bajos. Los contratiempos son parte de la vida y toca resistir a los embates, independientemente de si estás contento con tus
circunstancias o no.
Cuando se trata de desafíos, es la actitud y el enfoque personal
lo que determina avanzar. Muy importante tener esto en cuenta para superar los
reveses. Sin embargo, es muy importante
entender y creer que tu valor no está determinado por las circunstancias; tu valor te lo da tus valores éticos y morales. Sé
positiva y constante y no podrás ser sacudida o cambiada por los contratiempos
de la vida.
Cuando enfrenta dificultades es crucial permanecer en
contacto cognitivo con todas las habilidades para superarse. Puede que no
queramos obsesionarnos con nuestros fracasos, pero eso no significa que no
sirvan para algo. Un pequeño contratiempo puede motivarnos a arriesgarnos y
esforzarnos más cuando queremos alcanzar un objetivo.
Con la palabra “fracaso” ya adoptamos una actitud equívoca
cuando nos enfrentamos a los retos. Los estudios demuestran que cuando tenemos
una mentalidad de “todo vale, menos fracasar”, tenemos miedo de admitir
pequeñas derrotas, pero aprender de ellas nos fortalece para afrontar los retos
sucesivos.
Los pequeños contratiempos son pequeños desafíos, pero hay ocasiones
en que debemos admitir que el plan para contrarrestarlo a veces no funciona. Se
siente mal descartar un plan que no funciona, pero cuanto antes se haga, menos
tiempo se perderá. Aunque no todo depende de ti, lo importante es intentar dar solución al contratiempo. Estamos programados para resistirnos a admitir una derrota,
así que hay que intentar replantearse los contratiempos simplemente como
experimentos fallidos, de los fracasos también se aprende. No dejes de cree en ti, con voluntad y constancia
tu luz terminará por brillar.
Miremos la vida como un laboratorio, donde no se sufre fracasos sino contratiempos que enseñan qué no hacer para que se pueda reorganizarse e
intentarlo siempre de nuevo.
No te desanimes y sigue avanzando, porque tu camino te toca a ti
recorrerlo. Mira adelante que en el horizonte te espera lo que anhelas y
sueñas. Tus hechos hablan y tu verdad va contigo y te abrirá las puertas que te lleva a la
felicidad que mereces.
Fotografía: Internet
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