PARA TENER UN ALMA ALEGRE:
Señor, son tantos los que sufren
en el mundo de hoy
y tan pocos los que saben
olvidar su dolor.
Yo quiero ser luz
que refleje tu lampara
y levadura buena
que te esponje las almas.
Te doy gracias Señor
porque has resucitado
y mataste en mi alma
la angustia del pecado.
Si me pides la vida,
quiero darla contento.
Si no quieres que muera,
quiero vivir sonriendo.
Quiero reír.
Quiero soñar.
Quiero darles a todos
la alegría de amar.
Esta oración de San Alberto Hurtado, plasma la teología del
santo abandono. Y el santo abandono indica que no hay nada en nuestra vida al
azar...
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