El dolor es la percepción de una sensación molesta y
desagradable en una región del cuerpo por causa interior o exterior. También se
considera como un sentimiento intenso de pena, tristeza o angustia que se
padece en el ánimo. Todo tipo de dolor es asociado con una abstracción y/o
elaboración de información sensorial. El dolor alerta, no ignores sus mensajes...
¿Por qué sentimos dolor? El dolor es una sensación que limita la habilidad y
la capacidad de las personas para realizar actividades cotidianas. En ocasiones
actúa como una señal inicial de advertencia de que algo no funciona bien en el
organismo. La definición de dolor más aceptada en la actualidad es la de la
Asociación Internacional para el Estudio del Dolor: “El dolor es una experiencia
sensorial y emocional desagradable, asociada a un daño tisular, real o
potencial, o descrita en términos de dicho daño”.
Todos los dolores no son iguales ni en intensidad ni en frecuencia. La intensidad del dolor varía: puede
ser leve, una molestia localizada o un dolor muy intenso. Puede resultar agudo
y breve o manifestarse como un trastorno crónico a largo plazo. El dolor agudo
actúa como un factor de protección en los seres humanos, ya que ayuda a evitar
lesiones corporales o situaciones de riesgo potencial y protege la zona
afectada mientras esta se recupera.
El dolor es un trastorno frecuente y a veces interfiere en la
vida diaria. Si no se trata o se aplica un tratamiento inadecuado puede
convertirse en crónico. Decir que el dolor está controlado por el sistema nervioso y es
un proceso complejo. Se produce cuando un estímulo externo, como tocar una
sartén ardiendo, activa las células nerviosas receptoras para que envíen un
mensaje desde la médula espinal al cerebro. Dichas células receptoras son
capaces de sentir calor, frío, luz, tacto, presión y dolor. El dolor puede
asimismo ir acompañado de otros síntomas físicos, como náuseas, mareo y
debilidad.
Si no pudiéramos sentir dolor, seríamos incapaces de evitar
lesionarnos una y otra vez o causar daños a nuestro cuerpo de manera
permanente. El dolor es un mecanismo de defensa que nos avisa
de la existencia de lesiones y así contribuye a proteger el cuerpo.
Hay que saber identificar el dolor para poder darle el remedio. En muchas ocasiones el primer impulso al notar dolor es dejar de movernos, porque pensamos que el reposo facilita la recuperación, pero según qué molestias, el ejercicio moderado puede contribuir a que nos recuperemos antes, dicha valoración las debe hacer un médico. El dolor nos avisa para que nos protejamos de un daño mayor. Sin embargo, también puede dificultar la ejecución de tareas cotidianas y ralentizar la recuperación del movimiento. Tal vez lo más significativo sea que el dolor es capaz de alterar el estilo de vida e interferir en la actividad laboral, las relaciones y la independencia. El dolor es siempre subjetivo y cada persona lo experimenta de una manera distinta.
Por regla general el dolor agudo se manifiesta de repente e
indica que el organismo ha sufrido una lesión. Una vez que la lesión se cura,
el dolor debería desaparecer. El dolor crónico es más duradero que el agudo y
en ocasiones no responde a los tratamientos, y se asocia a enfermedades
crónicas. Al contrario de lo que sucede con el dolor agudo, el dolor crónico
suele estar relacionado con disfunciones o enfermedades persistentes. La
variedad de tratamientos para el dolor es muy amplia, debido a todos los
factores que intervienen en cada caso.
Tengamos en cuenta que el 93% de los españoles experimenta
dolor corporal. El dolor es una sensación universal, todos lo hemos
experimentado alguna vez, y es tan complejo que incluso un mismo tipo de dolor
puede ser experimentado de forma distinta por dos personas. Esto se debe a una serie de elementos
asociados que influyen en la percepción de la experiencia dolorosa, que
incluyen factores culturales, psicológicos y sociales.
Para cualquier persona el dolor es una experiencia
desagradable e incómoda, ya sea por un daño a nivel de los diferentes tejidos
del cuerpo, o por alguna otra causa, como ocurre en la sensibilización central.
Además, sabemos que tiene como características alteraciones en el entorno, en
el ámbito psicosocial y en el motor. El dolor además puede presentarse de
múltiples formas, es por eso que nos encontramos ante los siguientes tipos:
referido, reflejo e irradiado, de acuerdo a su clasificación dentro de la clase
nociceptivo.
Todos recordamos algún que otro dolor que nos molestó y nos
limitó, porque este fenómeno puede afectar a cualquier individuo. Todas las
personas experimentamos algún tipo de dolor a lo largo de la vida.
Afortunadamente la mayoría de estas experiencias no son de dolor severo ni
evolucionan hacia la cronificación del síntoma. El dolor es la causa más
frecuente de consulta en atención primaria. Alrededor del 50% de los pacientes
que acuden a consulta presentan algún tipo de dolor y estas cifras han
permanecido estables en las últimas décadas. La prevalencia de dolor crónico
podría situarse entre el 20 y el 40% según la metodología empleada en los
diferentes estudios, y en todos ellos la causa más frecuente de dolor crónico
es la patología musculoesquelética. evaluación adecuada del dolor, no solamente
centrada en la intensidad del mismo, sino valorando su posible etiología y sus
repercusiones de forma multidimensional, todavía no tenemos definidas las
herramientas correctas de valoración. Conocer bien el síntoma y sus
repercusiones es esencial para poner en marcha estrategias efectivas de
tratamiento. Por último, sabemos que el abordaje inicial del dolor es
fundamental en muchos casos para evitar su cronificación.
El dolor genera en las personas que lo sufren un deterioro
importante de su calidad de vida, y a pesar de ello y de la elevada frecuencia
de este síntoma, llama la atención la relativa escasez de trabajos sobre dolor
en atención primaria (AP). En primer lugar, porque los profesionales de AP son
los mejor situados para hacer estudios epidemiológicos del dolor y valorar el
grado de repercusión de este síntoma en la calidad de vida en general y en
diferentes aspectos particulares de la salud. En segundo lugar, porque a pesar
de que conocemos la importancia de realizar una evaluación adecuada del dolor,
no solamente centrada en la intensidad del mismo, sino valorando su posible
etiología y sus repercusiones de forma multidimensional, todavía no tenemos
definidas las herramientas correctas de valoración. Conocer bien el síntoma y
sus repercusiones es esencial para poner en marcha estrategias efectivas de
tratamiento. Por último, sabemos que el abordaje inicial del dolor es
fundamental en muchos casos para evitar su cronificación.
Al parecer, la capacidad del sistema público frente al dolor
es limitada, y las asociaciones de pacientes son de gran ayuda. Sobre el dolor “La
Fundación Sine Dolore” cuenta con una escuela de pacientes y resuelven multitud
de dudas.
El dolor tiene múltiples manifestaciones, causas y
explicaciones. No hay una receta única. Cada patología es distinta y cada
paciente puede necesitar tratamientos completamente distintos: “Un traje a
medida”, para ello hay que recurrir a las opciones que puedan atenuar el
problema, con una supervisión constante, claro.
Para mitigar el dolor se llevan a cabo diferentes enfoques,
tanto farmacológicos como aspectos psicológicos como a través de la educación
en la neurociencia combinado con ejercicio físico. Básicamente se intenta
cambiar las cogniciones de los pacientes para que cambien su comportamiento frente al dolor.
Para hablar del dolor han elegido un día, y hoy es el día… Sobre
el dolor lo importante es un buen diagnóstico, porque no es lo mismo un dolor
psicológico que un dolor causado por una lesión.
Vivir sin dolor, acabar con este sufrimiento es el sueño de unos
ocho millones de españoles. Los dolores en la mayoría de los casos no
desaparecen por completo, pero hay esperanza porque existen alguna forma de
mitigarlos para que deje de condicionar la vida a la mayoría.
El dolor es físico, el sufrimiento es mental. Mas allá de la mente no hay sufrimiento. El dolor es esencial para la supervivencia del cuerpo, pero nadie te obliga a sufrir. Sri Nisargadatta Maharaj.
Fotografía: Internet
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