domingo, 17 de octubre de 2021

¿Qué es el dolor?



El dolor es la percepción de una sensación molesta y desagradable en una región del cuerpo por causa interior o exterior. También se considera como un sentimiento intenso de pena, tristeza o angustia que se padece en el ánimo. Todo tipo de dolor es asociado con una abstracción y/o elaboración de información sensorial. El dolor alerta, no ignores sus mensajes...

¿Por qué sentimos dolor? El dolor es una sensación que limita la habilidad y la capacidad de las personas para realizar actividades cotidianas. En ocasiones actúa como una señal inicial de advertencia de que algo no funciona bien en el organismo. La definición de dolor más aceptada en la actualidad es la de la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor: “El dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada a un daño tisular, real o potencial, o descrita en términos de dicho daño”.

Todos los dolores no son iguales ni en intensidad ni en frecuencia. La intensidad del dolor varía: puede ser leve, una molestia localizada o un dolor muy intenso. Puede resultar agudo y breve o manifestarse como un trastorno crónico a largo plazo. El dolor agudo actúa como un factor de protección en los seres humanos, ya que ayuda a evitar lesiones corporales o situaciones de riesgo potencial y protege la zona afectada mientras esta se recupera.

El dolor es un trastorno frecuente y a veces interfiere en la vida diaria. Si no se trata o se aplica un tratamiento inadecuado puede convertirse en crónico. Decir que el dolor está controlado por el sistema nervioso y es un proceso complejo. Se produce cuando un estímulo externo, como tocar una sartén ardiendo, activa las células nerviosas receptoras para que envíen un mensaje desde la médula espinal al cerebro. Dichas células receptoras son capaces de sentir calor, frío, luz, tacto, presión y dolor. El dolor puede asimismo ir acompañado de otros síntomas físicos, como náuseas, mareo y debilidad.

Si no pudiéramos sentir dolor, seríamos incapaces de evitar lesionarnos una y otra vez o causar daños a nuestro cuerpo de manera permanente. El dolor es un mecanismo de defensa que nos avisa de la existencia de lesiones y así contribuye a proteger el cuerpo.

Hay que saber identificar el dolor para poder darle el remedio. En muchas ocasiones el primer impulso al notar dolor es dejar de movernos, porque pensamos que el reposo facilita la recuperación, pero según qué molestias, el ejercicio moderado puede contribuir a que nos recuperemos antes, dicha valoración las debe hacer un médico. El dolor nos avisa para que nos protejamos de un daño mayor. Sin embargo, también puede dificultar la ejecución de tareas cotidianas y ralentizar la recuperación del movimiento. Tal vez lo más significativo sea que el dolor es capaz de alterar el estilo de vida e interferir en la actividad laboral, las relaciones y la independencia. El dolor es siempre subjetivo y cada persona lo experimenta de una manera distinta.

Por regla general el dolor agudo se manifiesta de repente e indica que el organismo ha sufrido una lesión. Una vez que la lesión se cura, el dolor debería desaparecer. El dolor crónico es más duradero que el agudo y en ocasiones no responde a los tratamientos, y se asocia a enfermedades crónicas. Al contrario de lo que sucede con el dolor agudo, el dolor crónico suele estar relacionado con disfunciones o enfermedades persistentes. La variedad de tratamientos para el dolor es muy amplia, debido a todos los factores que intervienen en cada caso.

Tengamos en cuenta que el 93% de los españoles experimenta dolor corporal. El dolor es una sensación universal, todos lo hemos experimentado alguna vez, y es tan complejo que incluso un mismo tipo de dolor puede ser experimentado de forma distinta por dos personas.  Esto se debe a una serie de elementos asociados que influyen en la percepción de la experiencia dolorosa, que incluyen factores culturales, psicológicos y sociales. 

Para cualquier persona el dolor es una experiencia desagradable e incómoda, ya sea por un daño a nivel de los diferentes tejidos del cuerpo, o por alguna otra causa, como ocurre en la sensibilización central. Además, sabemos que tiene como características alteraciones en el entorno, en el ámbito psicosocial y en el motor. El dolor además puede presentarse de múltiples formas, es por eso que nos encontramos ante los siguientes tipos: referido, reflejo e irradiado, de acuerdo a su clasificación dentro de la clase nociceptivo.

Todos recordamos algún que otro dolor que nos molestó y nos limitó, porque este fenómeno puede afectar a cualquier individuo. Todas las personas experimentamos algún tipo de dolor a lo largo de la vida. Afortunadamente la mayoría de estas experiencias no son de dolor severo ni evolucionan hacia la cronificación del síntoma. El dolor es la causa más frecuente de consulta en atención primaria. Alrededor del 50% de los pacientes que acuden a consulta presentan algún tipo de dolor y estas cifras han permanecido estables en las últimas décadas. La prevalencia de dolor crónico podría situarse entre el 20 y el 40% según la metodología empleada en los diferentes estudios, y en todos ellos la causa más frecuente de dolor crónico es la patología musculoesquelética. evaluación adecuada del dolor, no solamente centrada en la intensidad del mismo, sino valorando su posible etiología y sus repercusiones de forma multidimensional, todavía no tenemos definidas las herramientas correctas de valoración. Conocer bien el síntoma y sus repercusiones es esencial para poner en marcha estrategias efectivas de tratamiento. Por último, sabemos que el abordaje inicial del dolor es fundamental en muchos casos para evitar su cronificación.

El dolor genera en las personas que lo sufren un deterioro importante de su calidad de vida, y a pesar de ello y de la elevada frecuencia de este síntoma, llama la atención la relativa escasez de trabajos sobre dolor en atención primaria (AP). En primer lugar, porque los profesionales de AP son los mejor situados para hacer estudios epidemiológicos del dolor y valorar el grado de repercusión de este síntoma en la calidad de vida en general y en diferentes aspectos particulares de la salud. En segundo lugar, porque a pesar de que conocemos la importancia de realizar una evaluación adecuada del dolor, no solamente centrada en la intensidad del mismo, sino valorando su posible etiología y sus repercusiones de forma multidimensional, todavía no tenemos definidas las herramientas correctas de valoración. Conocer bien el síntoma y sus repercusiones es esencial para poner en marcha estrategias efectivas de tratamiento. Por último, sabemos que el abordaje inicial del dolor es fundamental en muchos casos para evitar su cronificación.

Al parecer, la capacidad del sistema público frente al dolor es limitada, y las asociaciones de pacientes son de gran ayuda. Sobre el dolor “La Fundación Sine Dolore” cuenta con una escuela de pacientes y resuelven multitud de dudas.

El dolor tiene múltiples manifestaciones, causas y explicaciones. No hay una receta única. Cada patología es distinta y cada paciente puede necesitar tratamientos completamente distintos: “Un traje a medida”, para ello hay que recurrir a las opciones que puedan atenuar el problema, con una supervisión constante, claro.

Para mitigar el dolor se llevan a cabo diferentes enfoques, tanto farmacológicos como aspectos psicológicos como a través de la educación en la neurociencia combinado con ejercicio físico. Básicamente se intenta cambiar las cogniciones de los pacientes para que cambien su comportamiento frente al dolor.

Para hablar del dolor han elegido un día, y hoy es el día… Sobre el dolor lo importante es un buen diagnóstico, porque no es lo mismo un dolor psicológico que un dolor causado por una lesión.

Vivir sin dolor, acabar con este sufrimiento es el sueño de unos ocho millones de españoles. Los dolores en la mayoría de los casos no desaparecen por completo, pero hay esperanza porque existen alguna forma de mitigarlos para que deje de condicionar la vida a la mayoría.

El dolor es físico, el sufrimiento es mental. Mas allá de la mente no hay sufrimiento. El dolor es esencial para la supervivencia del cuerpo, pero nadie te obliga a sufrir. Sri Nisargadatta Maharaj. 


Fotografía: Internet

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