viernes, 1 de enero de 2021

Pedimos deseos

 


Al año nuevo mil deseos. Un año más que se termina y echando la vista atrás hacemos balance. ¿Qué tal nos ha ido en este año? Como es lógico, habrán habido cosas «buenas» y «malas», etiquetas que ponemos en función de si las experiencias nos han gustado o desagradado, si nos han proporcionado estabilidad o, por el contrario, nos han vuelto del revés. Pero, toda experiencia es un aprendizaje y eso es necesario para avanzar en nuestro crecimiento personal.

La llegada de un nuevo año significa esperanza y personalmente, debemos reflexionar sobre el año que despedimos, y por todo lo que nos ha dado debemos de agradecer; las experiencias, las emociones y las vivencias que nos ayudan a crecer y a fortalecernos para seguir avanzando en el camino de la vida.

Todo lo pasado te va dejando lecciones y el futuro te abraza superando cada una de ellas. La principal tarea al cerrar el año es aprender con nuevos propósitos; sin ellos no podríamos tener una ilusión nueva. Muchos van buscando el secreto de una vida venidera y plena, la fórmula mágica que resuelva las inquietudes del año nuevo. Otros caen en la superstición de los rituales, no obstante, lo único que se requiere para abrazar con determinación la vida que viene es la fe y la esperanza y dejar el pasado sin resistencia u obstinación. Algunos piensan en dinero, amor, salud, mientras que el paso más importante para el nuevo año es la confianza en los planes que Dios nos tiene trazados.

En la vida, cada minuto que pasa es una oportunidad de provecho. Los 365 días del año son oportunidades que se nos brindan. Siempre no todo nos sale como esperamos, pero debemos de asumir una actitud de gratitud para alejar la frustración y el resentimiento. Es por ello que, antes de cerrar un año más, debemos hacer una pausa reflexiva y sobreponiéndonos a las circunstancias adversas, mirar el pasado sin quejas, sin dolor, sin sufrimiento, y agradecer cada uno de los momentos más significativos de la cotidianidad de todos los días.

La gratitud es una virtud amorosa que ayuda a nuestro espíritu a estar en paz. Pedimos deseos al año nuevo y nos olvidamos de los regalos recibidos en el año viejo. Miremos con gratitud todo lo que nos rodea, lo que ha ido dejando huella y lo que se ha multiplicado en el transcurso del tiempo. Dar gracias significa abrir la esperanza para lo nuevo, festejar lo bueno que nos sucedió, ser flexibles con cada uno de nosotros a fin de comprender nuestros actos, "así como suceden las estaciones del año; así sucede la vida del hombre".

La retrospección requiere de silencio, calma, tranquilidad. Ubiquémonos en un espacio donde podamos realizar una lista de acciones y agradecimientos, y elaboremos una oración por cada hecho vivido, realizando un balance justo para entender cada paso que fuimos dando y hacernos nuevos propósitos para el nuevo año.

Cuando un año viejo se va, con él se deben mudar las tristezas, rencores y resentimientos. La noche vieja es el día especial para orar y contemplar con misericordia los errores propios y de aquellos que nos hirieron. Es el momento indicado para soltar las amarguras, plantearse preguntas sobre cómo podemos ser mejores seres humanos, olvidar sin ira o animadversión a los que te han herido, pero mejor aléjate de las personas grises que te quieren robar los colores.

El perdón renueva la mente y el corazón de las personas. Hay que buscar el momento propicio para curar las heridas que surgieron, liberar las emociones negativas que abruman, sanar el espíritu de todo aquello que duela. El punto de encuentro entre el viejo año y el nuevo es un segundo de diferencia. La auto-revisión de nuestros actos requiere de la generosidad humana; saber pedir perdón y perdonar es el puente para un nuevo comienzo.

Acaba el año, pero no termina la vida, los finales son el cierre de un ciclo, pero no un punto final, debemos tratarlo como un punto y seguido, es hora de pedir deseos, hacer propósitos y adoptar actitudes…

Libertad… Alcanzar la libertad no trata de abrir ninguna puerta, sino de no dejarse encerrar por los miedos propios o ajenos. Que el año que viene aprendas a no quedarte con las ganas, que no tengas miedo a aceptar ser quién eres, porque de eso trata ser libres.

Determinación… Soy de la idea de que con voluntad no se nace, la voluntad es como un músculo que se ejercita, mientras más la pones a prueba más fuerte se hace.

Autoconocimiento… No me imagino nada más bonito que saber quiénes somos, pero no solo eso, sino querer a quien somos, y de eso precisamente trata esta palabra. Que uno de tus objetivos sea conocerte, porque solo así sabrás de que eres capaz y de qué quieres ser capaz.

Salud… La buena o mala salud depende de múltiples factores, podemos estar sanos por fuera y enfermos por dentro, podemos parecer lozanos en lo físico y dañados en lo emocional. Una mala salud puede ser una buena excusa para superarnos, pero eso siempre dependerá del cuidado con que nos tratemos.

Amor… Que este y los años que se sumen tengan en común el que sean años donde amarte sea tu prioridad; recuerda que solo quien es capaz de amarse a plenitud, puede amar a plenitud. Muéstrate dispuesto a amar y ser amado, que es lo mejor que puede pasarte.

Paz… La paz viene de dentro. Un espíritu en armonía no buscará desarmonizar el mundo exterior, sino al contrario proyectará siempre todo lo bueno que trae dentro. Procura fomentar esa calma a través de tus acciones y de las personas de las que te rodeas.

Buenos momentos… Un consejo, que lo que busques acumular este año nuevo sean tantos buenos momentos como sea posible, no desperdicies ninguno, porque esos te llenarán de gozo siempre.

Cosas nuevas… Qué sería de la vida si no pudiéramos sorprendernos de lo mucho que tiene para ofrecer. Busca experimentar, aprender, conocer todo lo que puedas, presta atención a los detalles y verás la enorme satisfacción que encontrarás en el placer de las cosas nuevas.

Perdón… No hablo de amnesia, dicen y dicen bien, que quien olvida su pasado está condenado a vivirlo nuevamente. Cuando te hagan daño, te pido por tu bien que dejes tras de ti todo eso que no te aporta nada positivo y te impide superar el dolor de las acciones hirientes. Lo mejor es perdonar aunque no te pidan perdón, porque esperar a que te pidan perdón, es estar atados al resentimiento. Perdona, y ya llegará el momento de que te rindan cuenta de la razón de su maldad. 

Actitud positiva… La actitud positiva radica en gran parte en procurar sacar un aprendizaje positivo de todas las cosas que te sucedan; busca soluciones en vez de casarte con el problema, y piensa que todo pasa, lo bueno y lo malo, apostando siempre que la recompensa bien vale la pena.

Crecimiento… Crecer es una necesidad del ser humano, pero no solo se trata del crecimiento visto desde la perspectiva del desarrollo físico, sino del progreso de nosotros como personas. Procura por sobre todo que tu avance sea constante y siempre para bien.

Oportunidades… No me refiero a esas que llegan fortuitas, sino a las que tienes que buscar. Las que implican que te pongas la armadura, el yelmo y empuñes tu espada lista para escrutar los entresijos de las razones oculta.

En nuestra memoria quedará el año 2020 como un año espantoso, dicen que ha sido un año perdido, un año para olvidar; pero, reflexionando sobre lo positivo, es un año para valorar todo lo que tenemos y sobre todo, darnos cuenta de que el dinero y todo lo material, no vale para nada, sino se tiene salud. Así que, valoremos que estamos vivos y que hemos llegado hasta final de año sanos y salvos. Y, que las lágrimas derramadas en este 2020, se conviertan en una alegría en el 2021. 

¿Mi deseo para el 2021? que reine la verdad, que se acabe la pandemia, y que tengamos Salud, Paz, Amor,  Alegría, Prosperidad, Encuentros sinceros, y que seamos inmensamente Felices.

¡Derrama, Señor, tus gracias sobre mí y todos los que quiero, para que en este año que empieza, tengamos siempre el corazón alerta, el oído atento, las manos y la mente activas y el pie dispuesto a caminar hacia el Reino!

El 2021 tiene 365 días, y tú tienes 365 oportunidades para ser feliz. Les deseo un próspero 2021 con 12 meses de felicidad, 365 días de amor, 8.760 horas de ilusión y 525.600 minutos de sueños cumplidos. Que en el 2021 no te llenes de casualidades, sino de causalidades. 

Éste no fue el año de tener todo lo que querías, este fue el año de valorar todo lo que tenías... ¡Feliz 2021!

 

Fotografía: Internet

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