¿De dónde viene la salud?
La salud no siempre viene de los genes o los buenos hábitos.
La mayoría de las veces se genera desde la paz mental, la paz del corazón y del espíritu.
Viene con la risa y el buen humor aún en los peores momentos.
Viene de la aceptación genuina de uno mismo y de los demás.
Viene con el aire puro que llena nuestros pulmones y nos llena de vitalidad.
Viene con el amor y el cuidado que recibimos de nosotros
mismos y que también recibimos y aceptamos de los demás.
Viene de los alimentos saludables e imprescindibles que nos proveen de energía y los cuales no están propiamente en un plato cargado de nutrientes, como por ejemplo:
En las calorías de un abrazo fuerte aún en la distancia.
En las proteínas de un 'te quiero, te amo, te necesito'.
En los omegas de un beso.
En la sonrisa que acelera nuestras neuronas.
En la dopamina que genera un 'estoy contigo'.
En el anti-cancerígeno por excelencia que proporciona la
honestidad indiscutible y la fiel compañía de los auténticos amigos.
En todo lo anterior, siempre acompañado por los otros
antioxidantes que no vienen exactamente en una copa de vino rojo, sino de la
conversación con esa persona especial que te escucha y te hace sentir importante en su vida.
En las bendiciones y los buenos deseos que damos y recibimos
a diario.
En las oraciones que elevamos por los demás y por nosotros
mismos.
En la sinceridad con la que agradecemos cada día todo lo que recibimos
y la alegría de compartir con los que queremos y nos quieren.
En nuestra fe, en la aceptación de que todo lo que nos
sucede, aún sin entenderlo, son los verdaderos planes de Dios para con
nosotros, y sus planes siempre serán mejores que los nuestros.
Pues, ¡reciban un abrazo de buena salud!
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