¿Qué es la Generosidad? La generosidad es un valor o rasgo de
la personalidad caracterizado por ayudar a los demás de un modo honesto sin
esperar obtener nada a cambio. Una persona que practica la generosidad se la
suele calificar como generosa. Generosidad, procede del latín (generosĭtas,
generositātis). Formada por gen- (generar, raza, estirpe, familia) y que
originariamente se utilizaba para referirse a la cualidad de una persona
hidalga, de familia noble e ilustre.
La persona generosa siempre está dispuesta a usar su tiempo,
energías y recursos para ayudar y animar a otros. La generosidad es un valor y
una cualidad de las personas que se caracterizan por ayudar a los demás de un
modo desprendido y sincero. El gesto de dar y compartir se
valora y se considera como un rasgo de bondad y generosidad. Comparado a menudo
con la caridad como virtud, la generosidad se acepta extensamente en la
sociedad como un hábito deseable, y como muchos valores sociales se relacionan con la empatía y la acción de 'ponerse en el lugar del otro'.
“Hay más felicidad en dar...”. (Hech. 20:35).
Sé generoso porque Dios es generoso. Ser generosos nos hace
felices. La generosidad es una virtud y se asocia normalmente al altruismo, la
solidaridad y la filantropía. La generosidad es un valor que motiva a dar, a
ayudar y a tener compasión. Conceptos opuestos a la generosidad podrían ser la
avaricia, la tacañería y el egoísmo.
La generosidad es un sentimiento natural e inherente al ser
humano, se muestra en el modo de ser, en la amabilidad y cercanía, en el trato
de la persona que no sólo piensa en sí misma, sino que también se interesa por
el bienestar del otro. La generosidad es una de las cualidades necesarias para mantener
relaciones sanas, tanto familiares como de parejas y también, para tener amigos
de verdad.
Las personas generosas tienen una buena autoestima, son conscientes de que ellas son importantes, pero también saben que los demás, lo son. Son personas agradecidas que quieren corresponder al cariño de los demás con iniciativas positivas y muestras de agradecimiento. Las personas generosas tienen suerte en la vida porque ellas mismas siembran su propia suerte gracias a su actitud abierta y desinteresada.
No hay que confundir la generosidad con la limosna. La
generosidad es una virtud que suma felicidad, paz interior, ilusión y alegría a
tu vida, porque el amor que das vuelve a ti con más fuerza.
Una persona generosa experimenta gusto y placer en compartir
con los demás todo lo que tiene sin afectar la satisfacción de sus propias
necesidades. Este valor puede expresarse de forma material, mediante bienes u
objetos. Pero existen muchas más formas de vivirlo: ayudar con una tarea o un
consejo, compartir las propias habilidades, atributos y conocimientos. Sólo quien
se siente rico por dentro y considera que se encuentra en la abundancia es
capaz de dar con alegría. En general se trata de dar sin afectar el propio
bienestar, pero ha existido casos de personas que arriesgan su propia vida
para ayudar o prestar un servicio a los demás.
El valor de la generosidad consiste en dar a los demás más
allá de lo que nos corresponde por justicia u obligación. Implica la capacidad
de salir de nosotros mismos y por un acto de amor enfocar las necesidades de
los otros. Se expresa en diferentes dimensiones de la acción humana. En la
dimensión material significa compartir nuestras pertenencias. En la dimensión
espiritual consiste en poner nuestras capacidades y atributos al servicio de
quienes nos rodean mediante una acción objetiva de ayuda.
Generosidad es desprendimiento; hay quién deja de comer por dar su parte al que no tiene nada. La generosidad es saber que podemos ser útiles a los demás, es
tener la conciencia de que con nuestra vida podemos hacer felices a otros,
podemos producir sonrisas en rostros tristes, podemos dar por dar, porque nos sentimos bien haciendo el bien, y esos gestos de generosidad bien merecen un: “Gracias”.
“Con el tiempo y la madurez, descubrirás que tienes dos
manos; una para ayudarte a ti misma y otra para ayudar a los demás” (Audrey
Hepburn)
En el tiempo en que vivimos la generosidad es una virtud muy
escasa. Nos ha tocado vivir en una época en que se promueve el egoísmo y la
gente es cada vez menos generosa. Si miramos a nuestro alrededor nos daremos
cuenta que todo el mundo mira por sí mismo, buscando su propia conveniencia y se aprovechan de la generosidad de los generosos sin valorar ni agradecer nada. Aunque una persona generosa no busca la aprobación, actúa altruistamente sin esperar agradecimiento.
La generosidad es dar sin esperar nada a cambio, es entregar
parte de tu vida, es volcarse a los demás, es ayudar a los que lo necesitan, es
dar consuelo a los que sufren, eso es generosidad, y no es un valor pasado de
moda. La generosidad es la llave que abre la puerta de la amistad, es una
semilla que siembra el amor y puede ser la luz que ilumine a todos los hombres
de la tierra.
Hoy brilla la generosidad, damos y recibimos con alegría. Hoy día de Reyes, (aunque no eran Reyes que eran Sabios), recordamos
a unos sabios que se pusieron en camino para ir al encuentro del Señor, y ante su presencia, le ofrecieron al Niño Jesús los regalos
salidos del corazón: Reconociendo en el Niño a Dios, lo adoraron, lo alabaron y le dieron gracias, y le ofrecieron el calor de su sonrisa, su amistad, y un detalle material.
Por eso hoy, imitando a los sabios nos volvemos generosos para cumplir los deseos y realizar los sueños de aquellos que nos quieren y
queremos. Día de generosidad, de ilusiones y regalos. Día para pedir al Niño Jesús
que nos colme de Paz, Amor, Salud...
Al reflexionar sobre la virtud de la generosidad, encontramos
que la vida del ser humano está llena de oportunidades para servir y hacer el bien al prójimo. Una persona generosa se distingue por la disposición natural
e incondicional que tiene para ayudar a los demás sin hacer distinciones. Podemos
ser generosos con nuestro tiempo, con nuestros conocimientos, con nuestra paciencia,
con nuestra comprensión y por supuesto, con nuestro cariño.
La felicidad existe sobre la tierra, y se ganó a través del
ejercicio prudente de la razón, el conocimiento de la armonía del universo, y
la práctica constante de la generosidad: Jose Marti.
Generosidad es, ayudar, socorrer, compartir, acompañar. Ser
generoso rompe el ciclo y te alinea con el plan del amor.
No importa cuantas bendiciones esperemos de Dios, su generosidad infinita siempre superará todos nuestros deseos y nuestros pensamientos. John Calvin.
Fotografía: Internet
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