lunes, 23 de septiembre de 2019

El otoño


Después del verano comienza la época de cambio de estación, las nubes grises nos avisan de que llega el frío y las lluvias, y hay que preparar los paraguas y los abrigos. Todos asociamos el otoño a la caída de las hojas de los árboles y a los paisajes brumosos y melancólicos. Los bosques cambian de color y todo se torna rojizo o anaranjado y el suelo queda alfombrado de hojas secas amarronadas, y los troncos desnudos mutan a un paisaje fantasmagórico. Eso significa que ha llegado el otoño y llega el cambio de temperaturas. Empieza a salirnos vaho al hablar y las manos se nos quedan frías todo el tiempo y nos apetece tomar caldos calentitos.

Cuándo empieza el otoño 2019. La representación del otoño es la caída de las hojas y esta estación comienza el 23 de septiembre (lunes) y termina el 22 de diciembre (domingo) de 2019. Exactamente empieza con el equinoccio de otoño, que es el 23 de septiembre, hablando en el hemisferio norte. 

En España llegará oficialmente el otoño el 23 de septiembre a las 22:00 horas y terminará con el solsticio de invierno el 22 de diciembre, viendo que esta estación la tendremos con nosotros 89 días y 20 horas. 

La llegada del equinoccio de otoño significa que el día y la noche duran lo mismo, hace muchos años se pensaba que en esta época se conseguía el equilibrio del mundo, solo durante el otoño sucede esto porque en verano los días son mucho más largos, en invierno anochece mucho antes y pronto se va la luz solar y en primavera también se produce una transición, pero la estación más equilibrada es otoño. 

Qué es el equinoccio de otoño. Cuando hablamos del equinoccio de otoño nos referimos a un evento astronómico, es decir, el momento en el que el Sol atraviesa el ecuador de la Tierra y consigue que sus rayos den por igual en el hemisferio norte y en el hemisferio sur. De esta manera se convierte en el único momento del año que esto sucede. 

¿Cómo nos afecta el equinoccio de otoño? Si analizas bien como afecta el otoño, te das cuenta que en todos los ámbitos de la vida: A nivel laboral te ves afectado porque se realiza un cambio de hora para aprovechar las horas de luz, éste cambio también te hace encontrarte más cansado, te afecta a la alimentación e incluso al humor; A nivel personal también notarás un cambio por la astenia otoñal, y es que los cambios de temperatura afectan a algunas personas provocando sentirse apáticas y sin ganas de hacer nada. Además, con la bajada de las temperaturas después del verano es la época de los resfriados por lo que es bueno que tomes vitamina C y te abrigues bien para no caer enfermo. 

Hoy la lluvia por fin se ha dejado notar y con ella se puede decir que ya es otoño, la estación del año donde la naturaleza va dando por terminado su ciclo anual. La luz es diferente, el aire también, el olor es diferente y el ánimo para qué decir. No es normal en mi ponerme melancólica, pero este año los pensamientos se me entremezclan y es un momento para sentir la sensación de arrullo que produce esta época del año. 

Otra vez esta aquí esa sensación de ternura al ver caer las hojas, ver como los árboles se desnudan antes que llegue el invierno. Después de un verano ocioso todo vuelve a la normalidad: los niños vuelven al “cole” con sus mochilas llenas de libros y nuevos sueños, eso es para mí empezar un nuevo año, no de fechas pero sí de sensaciones. 

No sé si es la llegada del otoño o darme cuenta de que los años pasan y cada vez van faltando gente a la que aprecio. El caso es que llevo unos días reflexiva y miro las pocas fotos que me llevan a mi infancia para encontrar sentido al sinsentido y fuerzas que me impulsen al mañana, porque en mi niñez tengo la fuente que me revitaliza y riega mis días, por si alguien se quisiera adueñar de mi pasado o de parte de mi vida y aún quisiere adueñarse de mi presente, pero estaré fuerte, erguida como tronco bien enraizado a su esencia. 

Me gusta como definía el otoño, Jaume Ferrer: Toda la vida he sido un luchador, pero llega un momento en que te cansas y me da miedo dejarme llevar por la melancolía, tengo esa sensación últimamente y todo me supera. Necesitaba escribir un poco, pero como digo estoy como vacío, debe de ser el otoño que me ha afectado más que de costumbre. Algo huele a diferente, noto cambios a mi alrededor. Hace casi cuatro años que todo dio un giro en el quedó en blanco el diario de mi vida. Ya no entra el sol en aquel cajón donde un día cambian sueños, proyectos y mucho amor. Ya no brilla ese mismo sol que acaricia cada rincón de mi alma que está huérfana de amor, sinceridad y besos. Pero con esfuerzo y curando las heridas, ahora sé que tras el otoño hay otro amanecer. Un nuevo camino se abre ante mis pies y por ello sé que Dios me da esa paz, aprendiendo andar sin restos del ayer. Ahora sigo en pie sin lágrimas que llenen mi alma y reescribiendo mi nuevo camino en soledad, pero en libertad. Ahora ha llega el otoño donde ya no brilla ese mismo sol que un día acarició un proyecto lleno de amor, sufrido; un amor sin envidia que se vio invadido por lo indebido, que se envaneció y que se dejo atrapar por la ira, el rencor y la mentira dejando de lado la sinceridad y la verdad. Ya no brilla ese mismo sol que un día todo lo sufrió, que todo lo esperó y soportó. Y aunque en ocasiones como las de hoy llega a cada rincón de mi alma un recuerdo triste de algo que se truncó, un nuevo camino se abre ante mis pies aprendiendo andar sin restos del ayer. Bien, voy a dejar que hoy la lluvia, el aire fresco, y las hojas que caen de los árboles, perfumen el ambiente y que cada día cierre un ciclo, porque en definitiva lo que siento hoy son simples sensaciones del otoño. 

A mí nunca me ha parecido el otoño una estación triste. Las hojas secas y los días cada vez más cortos nunca me han hecho pensar en algo que se acaba, sino más bien en una espera de porvenir. El otoño es una segunda primavera a la inversa, no brota, cae, y ahí también hay belleza. 

Al decir verdad, en el otoño como en la vida hay que sacudir los árboles para que caigan las malas hojas y los frutos podridos. Cuando llegue el otoño deja las hojas caer y que jueguen con el viento. Suéltalo todo, ábrele espacio a lo nuevo y toma las cosas con calma, porque lo viejo se fue y un regalo te está esperando en el camino del alma. Del otoño aprendí que, aunque las hojas caigan el árbol sigue en pie. El otoño es una segunda primavera en la que cada hoja es una flor. 

El otoño es como un beso sin avisar. Un abrazo en el momento justo. Un hombro donde apoyarse… La magia se encuentra en los detalles, en las cosas simples que llegan y se quedan en nuestro corazón. Para mí el otoño en bienvenido como todas las estaciones en su tiempo. ¡Feliz otoño hemisferio norte! 

Decía, Stanley Horowitz: El invierno es una aguafuerte, primavera una acuarela, un óleo de verano y otoño un mosaico de todos ellos. 

Fotografía: Internet

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