Lo que pasó, pasó...
De ahora en adelante procura construir una vida nueva,
mira a lo alto y camina hacia delante sin volver la vista atrás.
Haz como el sol que nace cada día sin acordarse de la noche que pasó.
Contempla la meta convencida de que lograrás alcanzarla.
No te detengas en lo malo que has hecho,
camina pensando en lo bueno que puedes hacer.
No te culpes por lo que hiciste más bien decídete a cambiar.
No trates que otros cambien,
sé tú el responsable de tu propia vida y trata de cambiar tú.
Deja que el amor te toque y no te defiendas de él.
Vive cada día, aprovecha el pasado para bien
y deja que el futuro llegue a su tiempo.
No sufras por lo que viene, recuerda que "cada día tiene su propio afán".
Busca a alguien con quién compartir tus luchas hacia la libertad;
una persona que te entienda, te apoye y te acompañe.
Si tu felicidad y tu vida dependen de otra persona,
simplemente ámala sin pedirle nada a cambio.
Aprende a mirarte con amor y respeto,
piensa en ti como en algo precioso.
Desparrama en todas partes la alegría que hay dentro de ti,
que tu alegría sea contagiosa
y viva para expulsar la tristeza de todos los que te rodean.
La alegría es un rayo de luz que debe permanecer siempre encendido,
iluminando todos nuestros actos
y sirviendo de guía a todos los que se acercan a nosotros.
Si en tu interior hay luz y dejas abiertas las ventanas de tu alma,
todos los que pasan por la calle en tinieblas serán iluminados por tu luz.
No desprecies el trabajo que te toca realizar en la vida.
El trabajo ennoblece a aquellos que lo realizan con entusiasmo y responsabilidad.
No existe trabajo humilde,
el valor de tu trabajo se distinguen por estar bien o mal realizado.
Cuando pones la vida en algo y te das cuenta que te sobrepasa,
quizás necesites hacer
un alto en el camino
y experimentar un cambio en tu vida.
Nunca te des por vencido,
el éxito en la vida no se mide por lo que has logrado
sino por los obstáculos que has tenido que enfrentar en el día a día.
Tú y sólo tú escoges la manera de hacer llegar tu cariño a los que te rodean
y en los buenos gestos y acciones muestras tu verdadero corazón,
y es de eso de lo que se trata la vida,
en saber mostrar el amor y la sensibilidad del alma
a través de la bondad y la generosidad de cada sentimiento.