sábado, 8 de junio de 2019

Expresar sentimientos


Si eres de los que todavía piensan que los hombres no lloran, que sentir miedo es de cobardes y que los mensajes de amor son ñoñerías, ya va siendo hora de que entiendas la importancia de expresar los sentimientos. A expresar los sentimientos también se aprende. 

Hay muchas personas a las que les cuesta exteriorizar lo que piensan, pero son más a las que les es difícil expresar lo que sienten, aunque a veces, pesa mucho la genética en la forma de ser y expresar. Hay que tener en cuenta que, también la cultura y la educación tienen un peso importante en esta cuestión.

La psicóloga, Mamen Garrido Ramón, nos lo explica así: A expresar los sentimientos se aprende en la infancia. Un bebé percibe que se le quiere e igualmente manifiesta sus sentimientos. No oculta su sentir y expresa abiertamente la alegría de tener cerca a sus padres, y frente a los extraños se aferran fuertemente a los brazos de sus padres. Sus padres, abuelos, hermanos son sus amores y crecen felices y contentos sintiéndose queridos y protegidos, y serán adultos de nobles sentimientos.

También puede ser que un niño que se cría en un ambiente de cariño y armonía, al crecer se torna en un ser tirano y egoísta que va dando patadas sin respetar a nadie. Pero, por desgracia hay niños que han crecido en casas donde no se demostraban los afecto, donde las palabras eran ahogadas con la mirada, donde el padre gritaba y la madre por miedo callaba, donde la alegría se escondía tras el sufrimiento y la rabia, y hoy esos niños son adultos con serios problemas para dar a conocer aquello que sienten. 

Otro de los motivos por los que no expresamos claramente lo que sentimos es por inseguridad. Hay quien cree que guardando sus sentimientos evita hacer daño a otra persona, y no se da cuenta de que el daño se lo hace al reprimirse. 

Otra razón puede ser el miedo a sentirse rechazado o creer que no le van a entender. Esto se soluciona mejorando la autoestima y comunicándose de forma asertiva. 

Además, la sociedad nos dice que hay ciertas emociones que debemos controlar, porque está mal visto los celos, los enfados, la rabia, la ansiedad, la depresión… lo que algunos llaman las emociones negativas. Y si les digo que no hay emociones positivas ni negativas, y que no debemos aprender a controlarlas sino a gestionarlas... 

Expresar aquello que nos gusta, lo que nos da miedo, decir las cosas que nos generan alegría, las que percibimos con asco, expresar nuestro agradecimiento o mostrar nuestras disculpas es lo que nos ayuda a liberar y a compartir nuestros sentimientos, y es la mejor manera de sentirnos bien. 

Reprimir los sentimientos puede enfermarte. Las personas que reprimen constantemente lo que sienten, bien sea por vergüenza, por timidez o por miedo, acaban enfermando. Existen algunas enfermedades directamente relacionas con la incapacidad de expresar emociones y sentimientos: los dolores de estómago, las úlceras, los infartos, la hipertensión y el síndrome del colon irritable son algunos ejemplos. 

Pero además de lo que nos puede ocasionar a nivel físico, vivir guardando nuestros sentimientos puede llegar a deteriorar seriamente las relaciones con las personas que queremos. Saber cuánto queremos a los demás no es suficiente: lo importante es que ellos se den cuenta. 

Estamos acostumbrados a dar por sentado que los demás saben lo que sentimos, o aún peor, tendemos a querer que lo adivinen; esta es la razón por la que muchas relaciones fracasan. Si realmente quieres a esa persona: familiar, pareja, amigo, ¡díselo! No esperes una ocasión especial: busca cualquier excusa para decir lo que sientes. Puede que te parezca una tontería, pero eso hará que siempre lo tenga presente, que no tenga que imaginarlo y ayudará a mantener vivo ese sentimiento. 

¿Cómo se pueden expresar los sentimientos? Los sentimientos se pueden expresar de forma verbal (hablando de ellos) o de forma no verbal (actuando en función de ellos). Decir lo que se siente es la forma más directa pero no siempre la más creíble. ¿Te suena eso de que a las palabritas se las lleva el viento? Está muy bien decir y expresar cosas como “te quiero”, “te echo de menos”, “lo siento mucho” o “te estoy muy agradecido”, pero si esto no va acompañado de un comportamiento en consecuencia, tus palabras pronto dejarán de tener valor. 

No digas nada que no sientas realmente: los demás no tardarán en darse cuenta. Pero si realmente amas a tu pareja puedes demostrárselo todos los días: hazle sentir especial, ten detalles con ella, sorpréndela de vez en cuando con algo que le haga ilusión, acompáñala en momentos importantes e interésate por sus cosas. 

Si te sientes agradecido con tus padres házselo saber, respétalos, valóralos y agradécele, tenlos en cuenta, no les hagas padecer, habla bien de ellos y sobre todo, diles cuánto le quieres una y mil veces antes de que sea demasiado tarde. 

Si quieres a tus amigos, que se note. Saca tiempo para ellos, comparte tus sentimientos, preocúpate por sus vidas, muéstrate disponible si te necesitan y no dejes que el tiempo, la rutina o las familias os distancien. 

Si tienes hijos, ocúpate de que aprendan a expresar libremente lo que sienten, lo que temen y lo que les gusta. Edúcales en valores, respeto, solidaridad. Escúchale y sé muy explícito en la expresión de los afectos. Dale amor y corrígeles cuando haga falta. Da igual la edad que tengan; necesitan sentir que se les quiere y que te preocupas porque sean gente buena.

Si alguna vez no nos salen las palabras o no sabemos cómo expresarnos, recordemos que podemos  besar, abrazar, acariciar, sonreír, escuchar, coger una mano… Existe mil maneras de demostrar lo que sentimos, y lo mejor de todo es que disfrutaremos manifestando nuestros sentimientos.  

Y si aprendes a expresar lo que sientes y empiezas a interesarte por cómo se sienten los demás estarás mejorando tu manera de comunicarte con aquellos a quienes quieres. Una buena comunicación es la antesala de una relación sana y próspera. 

Faltan palabras a la lengua para los sentimientos del alma. Las personas que comparten y expresan sus sentimientos se adaptan mejor a los cambios. Sólo los buenos sentimientos pueden unirnos, el interés jamás ha forjado uniones duraderas.

Fotografía: KELLEPICS

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