miércoles, 3 de diciembre de 2014

La fuerza del deseo

El maestro llevó al discípulo a las proximidades de un lago.
—Hoy voy a enseñarte qué significa la verdadera devoción —dijo.
Le pidió al discípulo que entrase con él en el lago y sujetándole la cabeza se la empujó bajo el agua. Transcurrió todo un minuto y a mitad del segundo, el muchacho comenzó a debatirse con todas sus fuerzas para librarse de la mano del maestro y poder volver a la superficie. Al final del segundo minuto el maestro lo soltó. El muchacho, con el corazón acelerado, consiguió erguirse jadeante.
—¡Usted ha querido matarme! —gritaba.
El maestro esperó a que se calmara y dijo:
—Si hubiera querido matarte lo habría hecho. Sólo quiero preguntarte ¿qué sentías mientras estabas bajo el agua?
—¡Yo sentía que me moría! ¡Todo lo que deseaba en esta vida era respirar un poco de aire!
—De eso se trata exactamente. La verdadera devoción sólo aparece cuando tenemos un único deseo y moriremos por conseguir realizar el deseo…

P.C.

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