viernes, 12 de septiembre de 2014

Ver para creer

Fortaleza en la isla de Puerto Rico.

¡Qué cosas…! Hubo un tiempo en que en España no se ponía el sol. El español se hablaba en puntos de Asia, África y en media América… Hace tiempo, mucho tiempo, que esos pueblos consiguieron su independencia, aunque la lengua española sigue siendo el idioma hablante, pero, últimamente en la isla de Puerto Rico se escuchan las voces de deseos de ser también españoles. Esto no deja de ser llamativo con lo que está pasando en un rincón de España, que son capaces de hacer perrerías por dejar de ser español. Con algaradas y revueltas los insurrectos pisotean la justicia y las reglas democráticas.

Algunos puertorriqueños reclaman la nacionalidad española porque la isla de Puerto Rico fue española, pero, ¿cuándo perdió España la soberanía de Puerto Rico? Esta es la historia:

La isla fue posesión hispana durante más de 400 años, pese a los esfuerzos de Inglaterra por conquistar un territorio considerado como la llave de las Indias para el abastecimiento de los navíos españoles. Sin embargo, en 1899, la isla fue entregada a EE.UU.
La isla de Puerto Rico fue descubierta el 19 de noviembre de 1493 por Cristóbal Colón, en su segundo viaje de exploración. No en vano, algunos historiadores sostienen que su auténtico descubridor fue Martín Alonso Pinzón en 1492 durante el tiempo que estuvo separado de Colón. Así y todo, desde entonces hasta 1898, la isla perteneció al Imperio español y ejerció el papel de enclave estratégico en el norte de América.

En 1508, Juan Ponce de León colonizó la isla y fundó el poblado de Caparra. Ponce de León fue recibido por el Cacique Agüeybaná y no tardó en hacerse con la totalidad de la Isla. Los nativos (taínos) eran conocidos por su carácter pacífico y no opusieron excesiva resistencia. Después de la muerte de Cristóbal Colón, a pesar de la oposición de Diego Colón, Ponce consiguió ser nombrado primer gobernador oficial de la Isla. Tres razas forman el mestizaje de Puerto Rico: taína, española y, en menor medida, africana. Estos últimos fueron llevados masivamente por los comerciantes españoles.

Durante siglos, el Imperio británico disputó al Imperio español la posesión de la isla. Uno de los intentos por tomar a la isla más célebre fue el acontecido en 1585 durante la guerra entre Inglaterra y España —conocida como Guerra anglo-española de 1585-1604.
Francis Drake y John Hawkins intentaron sin éxito invadir la isla con 26 navíos, pero viendo inútiles sus esfuerzos incendiaron San Juan y partieron. Durante este mismo conflicto, el 15 de junio de 1598, una flota británica mandada por George Clifford realizó un desembarco en Santurce y ocupó la isla durante varios meses. Sin embargo, se vieron forzados a abandonar la isla tras estallar un brote de disentería entre sus tropas. En 1599 España envió 400 soldados y 46 cañones adicionales a la isla junto a un nuevo gobernador, Alonso de Mercado, con el objetivo de reconstruir la ciudad. La amenaza inglesa fue dispersada durante medio siglo.

Durante los 400 años bajo la Corona española, Puerto Rico acometió diferentes revoluciones contra la metrópolis, pero siempre con pobres resultados. No obstante, a finales del siglo XIX, el partido de Sagasta ascendió al poder tras el asesinato de Antonio Cánovas del Castillo quien, el 25 de noviembre de 1897, aprobó en España una Carta de Autonomía que concedía autonomía soberana y política a la isla. A pesar de ello, la Corona española mantenía el control de los ejércitos, la justicia y los asuntos diplomáticos.

La concesión de autonomía a Puerto Rico buscaba rebajar los ánimos independentistas que Estados Unidos llevaba años alimentando en la isla y en Cuba. Sin embargo, la Carta de Autonomía estuvo poco tiempo en vigor. El 25 de julio de 1898, durante la Guerra hispano-estadounidense, EE.UU. conquistó la isla.

La guerra desencadenada en Cuba se cerró en pocos meses con una rápida derrota de las fuerzas españolas. El 10 de diciembre de 1898 se firmó el Tratado de París, por el que Puerto Rico y el resto de los territorios coloniales (Cuba y Filipinas) del Imperio español fueron cedidos a los Estados Unidos. En 1917, con la Ley Jones, se le otorgó a los puertorriqueños la ciudadanía estadounidense.

Pero mira por donde, después de tantos siglos, en la actualidad algunos puertorriqueños planean reclamar la nacionalidad española argumentando que todo aquel que sea descendiente de residentes en Puerto Rico durante el siglo XIX —antes del Tratado de París por el que España cedió el territorio a EE.UU— tendría que ser reconocido como español. «Todo aquel con antepasados que fueran puertorriqueños antes del ilegal Tratado de París de 1898 debería tener derecho a la nacionalidad española. Queremos que se nos devuelva lo que nunca se nos debió quitar», dijo hace unos días a Efe el boricua José Nieves, que asegura que no le importaría incluso renunciar a la nacionalidad estadounidense si fuera necesario.

Nieves es el impulsor, «por justicia histórica», de una iniciativa que reclama que Puerto Rico —que con la llamada Carta Autonómica de 1897 pasó de ser colonia a ser una provincia con gobierno autónomo— rompa sus lazos con EE.UU. y se convierta en una comunidad autónoma más de España.

«Puerto Rico fue de hecho la primera provincia de España», reclama este puertorriqueño que ha logrado sumar unos cuantos apoyos a esta iniciativa y hace menos de una semana constituyó oficialmente el ‘Movimiento de Reunificación con España’ (MRE) en una asamblea. Su intención ahora es registrar el MRE como organización cívico-política ante el Departamento de Estado de Puerto Rico —que en la actualidad es un Estado Libre Asociado a EE.UU.— y en octubre reunirse con el nuevo cónsul de España en San Juan, Tomás Rodríguez Pantoja.

Esta noticia no deja de ser sorprendente. Mientras que aquí, en esta España nuestra, en un lugar de cuyo nombre no quiero acordarme, están con la matraca, un día sí y el otro también, de que quieren separarse. La persona que representa a ese lugar, desde que ostenta el puesto, está ‘erre que erre’ y durante su mandato no se le ha visto hacer otra cosa que berrear en ese rincón que tanto quiere y tanto extraña.

No es lo mismo nacionalismo que separatismo, ya he hablado sobre ello: los separatistas envenenan y sublevan al pueblo, son fanáticos muy peligrosos capaces hasta de manipular la Historia para darle motivación a su sin razón. Ese asedio lo sufre España, ahora mismo, y el 95% de los españoles ya estamos cansados de tanta obstinación y soberbia.

Visto lo visto, se podría hacer un cambio, digo yo, los puertorriqueños españoles que ocupen Cataluña y los catalanes que no son españoles, que se vayan para allá… y todo arreglado ¿no? Ver para creer…

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