martes, 3 de junio de 2014

El Rey cansado

S.M. La Reina Sofía.

La noticia del día 2 de junio, inesperada aunque se veía venir, es la abdicación del Rey Juan Carlos I en su hijo el príncipe Felipe.

El rey abdica, «Dar paso a una generación más joven… Es lo mejor para España». Se cierra un período decisivo que incluye la hazaña de hacer pasar al país de un régimen autoritario a una democracia plena. El Rey Juan Carlos ha asegurado en un mensaje a la nación, grabado y emitido por televisiones y radios, que «una nueva generación reclama por justa causa un papel protagonista». Según ha explicado el monarca, «merece pasar a primera línea una generación con nuevas energías y con una nueva forma de enfrentar la realidad». En su comparecencia ha manifestado su «orgullo y gratitud» hacia el pueblo español y su agradecimiento a la Reina.

Ahí es donde voy yo, al papel de la Reina Sofía de Grecia. La Reina lleva casada 52 años, ocupa un papel relevante acompañando al Rey en aquellos actos institucionales que lo requieren o bien en solitario. Hija de reyes, hermana de rey, esposa de rey y ahora madre de rey. La Reina, que cumplió el pasado 2 de noviembre 75 años, ha desempeñado un importante papel institucional junto a quien ha sido su marido durante más de medio siglo. Su sentido de la responsabilidad y su compromiso con la Corona han imperado en estos años de luces y, a veces, sombras. Una trayectoria vital que ha estado siempre marcada por sus obligaciones con la institución. «La Reina es una gran profesional», ha dicho siempre don Juan Carlos de ella. Los Reyes se casan para siempre, por eso su matrimonio ha sido fruto de una vida en la que la relación personal se ha mezclado con la institucional. La suya es una unión que va más allá y supera lo personal. Se basa en lo que ellos, sobre todo ella, creen es su deber.

Doña Sofía, siempre fiel a su compromiso, en tiempos convulsos antepuso su deber a cualquier otra circunstancia. Solidaria ante dramas cotidianos y grandes tragedias humanitarias, la Reina ha reafirmado en los últimos tiempos su valor como factor de cohesión para hacer visible la unidad familiar ante las adversidades.
Don Juan Carlos con su carácter campechano y abierto se ganó las simpatías de la mayoría de los españoles, los monárquicos y los que no, pero llevado de sus pasiones, escarceos y caza, últimamente ha perdido afectos y con su salud resentida debe estar desanimado y muy triste, y puede que por ello haya tomado la decisión de terminar su reinado y dar paso a su hijo, que ya está preparado.

Doña Sofía, una vida al servicio de España. La Reina, siempre desde un papel discreto pero firme en sus convicciones, ejerce un papel clave en la consolidación de la Monarquía. Asimismo destaca su incansable papel como defensora de las entidades dedicadas a la solidaridad así como de la promoción de la cultura. Ha recorrido 34 países en 17 años y su principal compromiso se centra en la Fundación Reina Sofía, entidad que preside desde 1977 con una actividad que crece cada año. Durante los últimos 20 años al frente de la Fundación Reina Sofía ha promovido proyectos educativos, sanitarios y humanitarios para ayudar a niños, mayores, inmigrantes y discapacitados en Iberoamérica, África y Oriente Próximo, pero también en España, donde, en los últimos años, ha ofrecido un creciente apoyo a los más desfavorecidos por la crisis económica.

La Reina ha estado a las duras y las maduras. Tras los escarceos amorosos de su marido ella ha mantenido su dignidad como reina. Creo que no ha sido fácil para ella, como mujer enamorada que ha sido humillada y engañada, encontrarse con su marido en actos oficiales —aunque sea su trabajo— y sonreír, callar y aguantar por el bien del País. A doña Sofía hay que agradecerle su profesionalidad como reina que antepuso a su dolor de mujer, porque en otra situación lo habría hecho público y se habría separado, pero eso para la Corona y para España hubiera sido un grave problema.

Doña Sofía se ha sacrificado por el buen nombre del Rey, su marido y de España, y eso tenemos que valorarlo y agradecerlo. Ella, en su papel de Reina, pocas horas después de abdicar el Rey, sigue manteniendo su agenda oficial y ha viajado a Nueva York para asistir a varios actos de carácter social.

La monarquía está en crisis y al joven rey le toca revitalizarla, una tarea muy complicada en estos tiempos tan sensibles, porque la sociedad está muy convulsionada por tanta corrupción y tantas injusticias y ya no perdonan más desaires. Los políticos se han burlado de sus votantes. Nos han ninguneado y nos han hecho sentir ciudadanos de segunda clase, porque ellos se han aforado para abusar de una posición superior.

El Rey cansado abdica, pero al Rey Juan Carlos, España siempre le estará agradecida por lograr una Transición pacífica y porque hizo posible el entendimiento entre las dos Españas y ha dado a conocer en el mundo entero la marca España. Aunque todos nos creemos con derecho de hacer juicios de valores… Los escándalos se olvidaran pronto. ¡Gracias, Majestad!

Fotografía: copsadmirer@yahoo.es, cc.

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