sábado, 23 de abril de 2011

Las letras canarias

Una habitación repleta de libros en estanterías.

Una letra es cada signo gráfico de un sistema de escritura. Los signos de varias escrituras, como algunas muy antiguas, son llamados silabogramas (si describen una sílaba) o logogramas (si reflejan una palabra u oración, como algunos jeroglíficos). Las letras, como elementos de los alfabetos, tienen un orden prescrito. Esto, generalmente, se conoce como «orden alfabético», aunque la clasificación alfabética es la ciencia dedicada a la tarea compleja de ordenar y clasificar las letras en los diferentes idiomas.

La literatura es el arte que utiliza como instrumento la palabra, es el conocimiento y ciencia de las letras. Literatura, el término se aplica al arte que emplea como instrumento la palabra y se define como «el arte que emplea como medio de expresión la palabra hablada o escrita». En la búsqueda de una definición precisa de los conceptos «literatura» y «literario», surgió la disciplina de la Teoría de la Literatura. El lenguaje literario sería un lenguaje estilizado y trascendente, destinado a la perdurabilidad, muy diferente de la lengua de uso común, destinada a su consumo inmediato. La literatura, por otra parte, exige una tradición en la que sustentarse.

La palabra literatura adquiere a veces el valor de nombre colectivo cuando denomina el conjunto de producciones de una nación, época o corriente; o bien es una teoría o una reflexión sobre la obra literaria; o es la suma de conocimientos adquiridos mediante el estudio de las producciones literarias. La literatura podría ser universal, si abarca la obra de todos los tiempos y lugares; si se limita a las obras literarias de una nación en particular, es Literatura nacional.

La literatura canaria tiene ya muchos siglos de historia, una historia viva que sigue germinando. Hoy en día los escritores lo tienen un poco más fácil en cuanto a imprentas, medios de comunicación y transportes, lo del apoyo Institucional es otra cosa, mejor dicho, es cosa de amigos…

Hace quinientos años para ser escritor debió ser muy duro y difícil, ya no tanto, que también, por los medios escasos, sino que tampoco era muy bien visto ni valorado. Los escritores de entonces tampoco podían tener una amplia biblioteca, el escritor es un buen lector y los libros publicados no eran muchos, pero la pasión por contar historias, relatos, cuentos y poesía se convierte en una necesidad que nadie puede impedir y aunque era muy complicado por la falta de todo, —eso sí que tiene mérito— ser escritor pese a todo.

Ser escritor en canarias tiene muchos inconvenientes para poder publicar los libros, pero quizás lo más duro de llevar sea esa sensación de aislamiento y una soledad que se ahoga en un océano de historias por compartir.

El escritor isleño, siente la necesidad de cruzar el mar por temor a que su trabajo literario no pueda navegar y se quede arrinconado y olvidado y sin alas para volar. Se ven obligados a ir fuera a abrirse el camino y labrarse, letra a letra, un hueco en la literatura, y sólo entonces, puede caber la posibilidad de que en canarias se le preste la atención y se le de el reconocimiento merecido.

Hoy en día existen más medios, más imprentas, más librerías y más de todo, pero los escritores se encuentran con muchas dificultades para dar a conocer su obra, es una tarea que emprendes y llevas a cabo en solitario…

A veces da la impresión que hay pocos escritores en Canarias, sin embargo, se editan durante el año unos mil títulos que no se van a notar en las librerías, porque muchos libros son de investigación que editan las propias Universidades y, supuestamente, centenares de títulos son encargados por diferentes consejerías del gobierno canario, de amigos escritores a editores amigos, que luego reparten en colegios y bibliotecas públicas. Son libros subvencionados, que muchas veces se imprimen fuera de canarias, con lo cual, tampoco se beneficia la industria.

Canarias es también cultura y con esta política la literatura no fluye, se queda estancada o en un círculo cerrado por y para amigos. La literatura canaria necesita más apoyo, los libros hay que divulgarlos, promocionarlos, distribuirlos y exportarlos, porque la cultura es la mejor carta de presentación de un pueblo y aquí, hay muchos y buenos escritores.

Hay muy buenos creadores canarios que están esperando su oportunidad, y las oportunidades las da las Instituciones que cuentan con áreas de cultura, desde donde poco o nada se hace por saber y conocer a nuevos talentos.

A veces da la impresión de que todo el mundo escribe, ahora que la calidad es otra cosa. Ahí quien tiene la palabra son los lectores, pero colocar un libro para que llegue al lector no es tarea fácil, a no ser que el autor vaya por la vida con sus obras bajo el brazo proponiéndola por doquier. Por eso seria bueno y conveniente que se realizara un registro de escritores en su variedad de géneros creativos: novelistas, relatos cortos, teatro y poetas, donde transiten las obras de autores mayores y menores y por otro lado, lo no creativo: historiadores, ensayistas, filósofos etc. También sería bueno contar con la complicidad de las librerías. Las librerías muestran poco interés por las obras de autores canarios, y las obras que puedes encontrar se presentan en estantes apiñadas, yo diría, con poca presentación.

Hasta hace unos pocos años las letras canarias pasaban con más pena que gloria. Por fin, tenemos que felicitarnos porque se ha asignado un día para conmemorar y celebrar «El Día de las Letras Canarias»: fecha el 21 de Febrero.

Cada año se dedica a un escritor o escritora… En diferentes actos por todas las islas, se dará a conocer a la persona y toda su obra, una promoción y divulgación activada por la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias.

Aunque veo muy bien que se dedique a una persona, creo que para que se haga justicia a «Las Letras Canarias» deberían tener en cuenta a algún que otro escritor más, promocionándole una obra, ya que en la actualidad somos muchos los que esperamos una oportunidad.

Escritor es el que escribe, no sólo hay que tener lápiz y papel, hay que tener algo que decir y saberlo decir. Las personas que escribimos nos sentimos con una necesidad vital de comunicar nuestros puntos de vista, nuestra experiencia, nuestras realidades y nuestras fantasías.

El único compromiso que yo tengo está con mis principios y valores. Mis opiniones están motivadas por las barbaridades que nos rodean, las mentiras, las injusticias y desigualdades, pero siempre con el ánimo de hacer llegar una esperanza, una reflexión, una llamada de atención que nos active el raciocinio y los sentimientos. En cuanto a las poesías también son vitales, ya que son pensamientos, reflexiones, sensaciones y sentimientos que conectan con la fibra más sensible.
Yo no soy de las que me pongo a pensar frente a un folio en blanco, cuando cojo el folio ya tengo la idea, el argumento que voy desarrollando y muchas de las veces el numen me lo pone fácil. Escribir es una tarea solitaria, unas veces partes de la realidad y otras de la fantasía y hasta de la utopía.

Sé que hay escritores que se ven o se creen con más derecho de ser escritor por ser intelectuales o académicos y están en su derecho, pero hay mucha gente que sin ser académicos son muy buenos escritores y también están en su derecho. La competencia enrancia las relaciones solidarias y de amistad y eso no ayuda a la unidad para trabajar con un mismo objetivo. Si la unión hace la fuerza, en este caso hace falta toda y más.

La lectura rompe el silencio… Un libro es un amigo que nos acompaña, porque las palabras esconden historias que nos hacen soñar. Pues tengamos a mano un libro y dispongámonos a soñar…

Para escribir pongo alma.
Latidos de ríos de letras.
En las letras va la sangre…
Tinta de la herida abierta.

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