Reflexiones de Mahatma Gandhi sobre la aceptación de nuestra realidad…
Tú y sólo
tú escoges la manera en que vas a afectar el corazón de otros y esas decisiones
son de lo que se trata la vida…
Sé firme
en tus actitudes y perseverante en tu ideal, pero sé paciente, no pretendiendo
que todo te llegue de inmediato. Haz tiempo para todo y todo lo que es tuyo
vendrá a tus manos en el momento oportuno.
Aprende a
esperar el momento exacto para recibir los beneficios que reclamas. Espera con
paciencia a que maduren los frutos para poder apreciar su dulzura.
No seas
esclavo del pasado y de los recuerdos tristes. No revuelvas una herida que está
cicatrizada ni rememores dolores y sufrimientos antiguos. ¡Lo que pasó, pasó!
Si hay
algo que no comprendes pregunta, y si no hay respuesta, sigue tu camino,
porque el que traiciona no es buen compañero.
Vive cada
día, aprovecha el pasado para bien y deja que el futuro llegue a su tiempo. De
ahora en adelante procura construir una vida nueva dirigida hacia lo alto y
camina hacia delante, sin mirar hacia atrás.
Haz como
el sol que nace cada día, sin acordarse de la noche que pasó. Sólo contempla la
meta y no veas que tan difícil es alcanzarla.
No te
detengas en lo malo que has hecho; camina en lo bueno que puedes hacer.
No te
culpes por lo que hiciste, más bien decídete a cambiar.
No trates
que otros cambien; sé tú el responsable de tu propia vida y trata de cambiar
tú.
Deja que
el amor te toque y no te defiendas de él.
No sufras
por lo que viene, recuerda que “cada día tiene su propio afán”.
Busca a
alguien con quien compartir tus sueños hacia la libertad; una persona que te
entienda, te respete, te apoye y te acompañe en el mismo sueño.
Si tu
felicidad y tu vida dependen de otra persona, despréndete de ella y ámala sin
pedirle nada a cambio.
Aprende a
mirarte con amor, piensa en ti como en algo precioso, único. Desparrama
en todas partes la alegría que hay dentro de ti. Que tu alegría sea viva y contagiosa para expulsar la tristeza de todos los que te rodean.
La
alegría es un rayo de luz que debe permanecer siempre encendido iluminando
todos nuestros actos y sirviendo de guía a todos los que se acercan a nosotros.
Si en tu interior hay luz y dejas abiertas las ventanas de tu alma, por medio
de la alegría todos los que pasan por la calle en tinieblas serán iluminados
por tu luz.
No
desprecies el trabajo que te toca realizar en la vida. El trabajo ennoblece a
aquellos que lo realizan con entusiasmo y amor. No existen trabajos humildes,
sólo se distinguen por ser bien o mal realizados. Da valor a tu trabajo
cumpliéndolo con amor y cariño y así te valorarás a ti mismo.
Pongamos
la vida en ello y si nos damos cuenta que no podemos, quizás entonces
necesitemos hacer un alto en el camino y experimentar un cambio radical en
nuestras vidas. Así, con otro aspecto, con otras posibilidades y con la gracia
de Dios, lo haremos.
Dios nos
ha creado para realizar un sueño; vivamos por él, intentemos alcanzarlo. No te
des por vencido, piensa que, si Dios te ha dado la vida, es porque sabe que tú
puedes con ella.
El éxito
en la vida no se mide por lo que has logrado, sino por los obstáculos que has
tenido que enfrentar en el camino.
Que este
día sea el mejor de tu vida, y que así sean todos tus días…
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