viernes, 22 de diciembre de 2023

El primer pesebre




El origen del primer Pesebre, Belén o Nacimiento… El pesebre lo inventó San Francisco de Asís, el santo de la humildad y de la pobreza, en la Navidad de 1223, en el pueblo de Greccio, Italia.

Un niño envuelto en pañales nació en Belén hace más de 2.000 años. En un humilde pesebre junto a sus padres, Jesús se convirtió en el símbolo de la esperanza y la entrega de amor inquebrantable para el mundo. Así nació el Hijo de Dios, rodeado de animales porque no hubo lugar para Él.

Este acontecimiento ha marcado la vida de los creyentes por generaciones. El nacimiento del niño Jesús ha sido representado mediante figuras y adornos que emulan la tradicional escena religiosa, una bonita costumbre la de montar cada año el Belén en nuestro hogar, es una devoción cristiana para festejar con alegría la venida de Jesús. Pero, ¿cuál es su origen?, ¿quién inventó el pesebre?

El origen de esta representación proveniente del latín ‘praesēpe’. El primer Belén viviente fue idea de San Francisco de Asís. Fue él el que recreó el nacimiento de Jesús narrado en la Biblia. En un pesebre reunió a gente del pueblo y a animales, y así nació el primer pesebre en la historia que conservamos hasta hoy.

Francisco estaba débil y enfermo, y pensando que tal vez aquella sería su última Navidad en la tierra, quiso celebrarla de una manera distinta y muy especial.

Un amigo de Francisco, el señor Juan Velita, era dueño de un pequeño bosque en las montañas de Greccio, y en el bosque había una gruta que a Francisco le recordaba mucho a la cuevita donde nació Jesús, en los campos de Belén, y que él había conocido hacía poco en su viaje a Tierra Santa.

Francisco habló con su amigo, le contó su idea de hacer allí un “pesebre vivo”, y juntos lo prepararon todo, en secreto, para que fuera una sorpresa para los habitantes del pueblo, niños y grandes.

Entre la gente del pueblo, Francisco y Juan escogieron algunas personas para que representaran a María, a José, y a los pastores; les hicieron prometer que no dirían nada a nadie antes de la Navidad, y, siguiendo el relato del Evangelio de San Lucas, prepararon la escena del nacimiento. ¡Hasta consiguieron un hermoso bebé para que representara a Jesús!

La noche de Navidad, cuando todas las familias estaban reunidas en sus casas, las campanas de la iglesia empezaron a tocar solas…  ¡Tocaban y tocaban como si hubiera una celebración especial!… Pero nadie sabía qué estaba pasando… El Párroco del pueblo no había dicho que fuera a celebrar la Misa del Gallo. La Misa de Medianoche…

Sorprendidos y asustados a la vez, todos los habitantes de Greccio salieron de sus casas para ver qué estaba sucediendo… Entonces vieron a Francisco que desde la montaña los llamaba, y les indicaba que subieran donde él estaba.

Era como si el tiempo hubiera retrocedido muchos, muchos años, y se encontraran en Belén, celebrando la primera Navidad de la historia: María tenía a Jesús en sus brazos, y José, muy entusiasmado, conversaba con un grupo de pastores y pastoras, que no se cansaban de admirar al niño que había acabado de nacer…

Después, cuando todos se calmaron, el sacerdote, que había sido cómplice de Francisco y de Juan Velita en aquel secreto, celebró la Santa Misa, y Jesús se hizo presente en el Pan y el Vino consagrados, como pasa siempre que se celebra una Misa en cualquier lugar del mundo.

Terminada la Eucaristía, Francisco, lleno de amor y de alegría, les contó a todos los presentes, con lujo de detalles, la hermosa historia de la Navidad, y Jesús, “luz del mundo”, llenó sus corazones de paz y de amor.

Tres años más tarde, Francisco de Asís murió, dejándonos esta hermosa costumbre de hacer el pesebre todos los años, para celebrar el nacimiento de Jesús. “Dios con nosotros”.

Este año 2023, se cumplen 800 años de la representación del primer pesebre viviente…


Fotografía: Internet


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