El tiempo se va que vuela… De nuevo un año se despide y otro
llega. Y siempre por año nuevo nos llenamos de propósitos y promesas que muchas
veces caen en el olvido. Lo que no debemos de olvidar es que la vida hay que
vivirla y muchas veces no sabemos ni como vivirla, aunque parezca que no, para
vivir la vida y sentir que vivimos necesitamos de ciertas habilidades.
Las habilidades para vivir son aquellas aptitudes necesarias
para tener un comportamiento adecuado y positivo que nos permita enfrentar
eficazmente las exigencias y los retos de la vida diaria. Pues, la educación en habilidades
para la vida persigue mejorar la capacidad para vivir una vida más sana y
feliz, intervenir sobre los determinantes de la salud y el bienestar, y
participar de manera activa en la construcción de una sociedad más justa,
solidaria y equitativa.
Las habilidades personales, interpersonales y sociales
permiten controlar y dirigir el curso de la vida, desarrollando así la
capacidad de vivir y de convivir. Para ello es necesario facilitar el apoyo
social a las personas que lo precisen, que junto a los factores sociales y
culturales y la capacidad de motivación y de adaptación a las circunstancias de
cada momento, hará que tomemos conciencia de la importancia de adquirir estas
herramientas para lograr un comportamiento positivo, para con uno mismo y para con
los demás.
Las habilidades para la vida son un concepto que fue
propuesto por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el año 1993 y ha sido
referente para guiar acciones de educación socio emocional en ámbitos
educativos. Las habilidades para la vida que considera la OMS indispensables se
dividen en tres pilares y cada uno de ellos le corresponde ciertas
características.
Los diferentes tipos de habilidades que pueden llamarse habilidades para vivir son innumerables, y es probable que su naturaleza y definición difieran en distintos medios y culturas. Sin embargo, un análisis del campo de las habilidades para vivir sugiere que existe un grupo esencial que son el centro de las iniciativas basadas en habilidades para vivir y promover la salud y el bienestar de todas las personas en el entorno familiar y social. Las habilidades emocionales, sociales y cognitivas, son muy necesarias para una vida constructiva y positiva, por ejemplo...
Empatía: “Ponerse en la piel” de las otras personas para
comprenderlas mejor y responder de forma solidaria, de acuerdo con las
circunstancias.
Manejo de emociones y sentimientos: Comprender mejor lo que
sentimos implica tanto escuchar lo que nos pasa por dentro, como atender al
contexto en el que nos sucede.
Manejo de tensiones y estrés: Identificar las fuentes de
tensión y estrés en la vida cotidiana, saber reconocer sus distintas
manifestaciones y encontrar vías para eliminarlas o, al menos, contrarrestarlas
de manera saludable.
Comunicación asertiva: La persona que se comunica
asertivamente expresa con claridad lo que piensa, siente o necesita, teniendo
en cuenta los derechos, sentimientos y valores de sus interlocutores.
Relaciones interpersonales: Conservar relaciones
interpersonales significativas, y a la vez ser capaz de terminar aquellas que
bloquean el crecimiento personal.
Manejo de problemas y conflictos: aceptar los conflictos como
motor de la existencia humana, dirigiendo nuestros esfuerzos a desarrollar
estrategias y herramientas que permitan manejarlos de forma creativa y
flexible.
Autoconocimiento: Consiste en captar nuestro ser y
personalidad. Saber de qué fortalezas dispongo y con qué carencias y
debilidades cuento.
Pensamiento creativo: ver la realidad desde perspectivas
diferentes que permitan inventar, crear y emprender con originalidad.
Toma de decisiones: Decidir significa actuar proactivamente
para marcar el rumbo de la propia vida; para hacer que las cosas sucedan en vez
de limitarse a dejar que ocurran como consecuencia del azar.
Pensamiento crítico: Analizar experiencias e información y
ser capaz de llegar a conclusiones propias, para corregir y mejorar aquello que
impide avanzar de manera constructiva y positiva.
El bienestar emocional y mental es muy importante en todas
las edades y forma parte de la buena salud. El transcurso de la vida cotidiana
nos genera tensiones y preocupaciones que forman parte normal de la existencia
de las personas que son inevitables y no debemos esforzarnos en eliminar. El
objetivo no es sentirnos bien permanentemente, sino evitar que las emociones
negativas nos impidan estar bien.
A menudo el cuerpo manifiesta en forma de trastorno físico el
malestar que sentimos emocionalmente, por ello es importante cuidar nuestro
estado emocional. La forma en que vivamos, el hecho de envejecer y la actitud
que tengamos ante esta etapa de la vida influye directamente en nuestra salud.
Toda enseñanza es de gran utilidad. Aprender de nuestros
errores nos evita repetirlo y lamentarnos de ellos. La vida te da la
oportunidad de escribir, corregir y mejorar tu historia todos los días. Se
sabio y escribe una buena historia. No se equivoca el pájaro que ensayando su
primer vuelo cae al suelo. Por muy lejos que estén tus sueños, nunca dejes de
perseguirlos. Jamás permitas que el odio, la envidia, la negatividad de los malévolos detengan tus ganas de ser una bella persona. Ten cuidado con esa gente que hoy
te abraza falsamente y mañana te pisotea. El problema de la gente noble y
sincera es que creen que los demás también lo son. Ya no espero nada de nadie.
Quien me piense, que me escriba. Quien me extrañe, que me busque. Quien me
quiera que lo demuestre. Los seres destinados a ser amados
son, a pesar de todo, odiados por aquellos seres que no saben amar. De quién mal te quiere, aléjate, porque no descasarán hasta no destruir tu prestigio. Perdona a quien te hace daño, no porque se lo merezca, sino porque tú mereces estar libres de ellos. El alma que puede hablar con los ojos, también puede besar con la mirada.
El amor consiste en sentir que el ser sagrado late dentro del ser querido. Recuerda, que de ser una buena persona, nunca te arrepentirás...
Tómate un respiro; para el tiempo para tomar el pulso a tu
vida. Termina el año y es tiempo de reflexión. No mires alrededor, mírate a ti,
en tu interior que es donde están tus acciones y con sinceridad y valentía
asume tus aciertos y errores. No trates de eludir tu responsabilidad con vanas
excusas, lo que hacemos con buena intención, está en paz, pero lo que hacemos
con mala intención, es decir, con la intención de perjudicar a alguien, siempre
cargarás con el peso de la culpa.
Tenemos todo un año por delante para poner en práctica las
habilidades necesarias para disfrutar más y mejor de estos doce meses con sus
trecientos sesenta y cinco días, que, aunque viéndolos desde el punto de partida
parece una infinidad, pero el tiempo corre que vuela…¡Levantemos el vuelo!
Cada año es un nuevo comienzo... Deseo que cierres puertas que no llevan a ninguna parte y abras ventana a la esperanza. Deseo que no cargues con culpas ajenas y les perdones sus errores. Te deseo sonrisas que alegran la vida. Deseo que el viento te golpee la cara y te recuerde que estás vivo. Te deseo que te rodees de gente buena y sincera que de verdad te quiera. Deseo que te den abrazos cálidos de esos que no se olvidan en la vida. Te deseo nuevos recuerdos imborrables que te fortalezcan para sobrellevar lo inevitable. Y, sobre todo te deseo amor a raudales...
Al hacer balance, hay que ser agradecidos y brindar por los éxitos... Brindo, por lo que ayer dolió y hoy supere. Por los que supieron dejar una huella en mi vida y no una cicatriz. Por los viejos tiempos y sus grandes momentos. Por los que se fueron y están en mi corazón. Por lo malo que ha quedado atrás y lo bueno que vendrá. Por las bendiciones recibidas y las lecciones aprendidas.
Que cada día de este nuevo año esté colmado de alegría, sinceridad, armonía, esperanza, ilusiones, y se cumplan todos los sueños...
Con mis mejores deseos para todos mis lectores. ¡Un brindis y Feliz
travesía!
Paz, Amor, Salud y Felicidad para este 2024. ¡Feliz Año Nuevo!
Fotografía: Internet
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