Este discurso, que a continuación transcribo, está siendo atribuido a Emmanuel Macron, Presidente de Francia, pero
no, este discurso de la campaña 2019 pertenece a Nicolás Sarkozy, que en su momento fue
un personaje especialmente respetado en la política y la cultura europea.
Hoy para España este discurso toma fuerza, porque parece estar echo a la medida de la situación real que atraviesa nuestro país, un país luchador y orgulloso de su fueros, pero, por desgracia, el progresismo de unos charlatanes sin escrúpulos que pretenden borrar la historia de una España grande y contarla a su antojo para diezmarla y presentarse como los salvadores de la patria. Dijo un sabio: que la ignorancia es muy atrevida, y éstos son de mucho cuidado... Estamos en manos de unos iletrados, sin estudios, sin cultura, sin conocimientos ni preparación para los cargos
que ostentan, y con el mal llamado “progresismo” llevan a España a su
perdición. Deseamos que España recupere pronto los valores que dignifican a las personas, y que todos los españoles podamos remar, juntos, para que se fortalezcan las raíces que nos distinguen y seguir creciendo en educación, investigación y justicia.
El problema de este "Progresismo" instalado en España, es que llega hasta la más profundo de las Instituciones, sobre todo y fundamentalmente, al Poder Judicial, eso, sumado a la extensa red clientelar, conforman una amplia base de vociferantes apoyos que tratan de confundir al votante hasta límites insospechados, y están dejando a España con los valores esquilmados y sin referentes válidos.
"Hoy hemos derrotado la frivolidad y la hipocresía de
muchos intelectuales progresistas. De esos que el pensamiento único es el del
que todo lo sabe y que condena la política mientras la practica. Desde hoy no
permitiremos mercantilizar un mundo en el que no quede lugar para la cultura:
desde 1968 no se podía hablar de moral. Nos impusieron el relativismo: la idea
de que todo es igual, lo verdadero y lo falso, lo bello y lo feo, que el alumno
vale tanto como el maestro, que no hay que poner notas para no traumatizar a
los malos estudiantes. Nos hicieron creer que la víctima cuenta menos que el delincuente.
Que la autoridad estaba muerta, que las buenas maneras habían terminado, que no
había nada sagrado, nada admirable. El eslogan era vivir sin obligaciones y
gozar sin trabas. Quisieron terminar con la escuela de excelencia y de civismo.
Una izquierda hipócrita que permitía indemnizaciones millonarias a los grandes
directivos y el triunfo del depredador sobre el emprendedor. Esa izquierda está
en la política, en los medios de comunicación, en la economía. Le ha tomado el
gusto al poder. Dejaron sin capacidad a las fuerzas del orden y crearon una
frase: se ha abierto una fosa entre la policía y la juventud. Los vándalos son
buenos y la policía es mala. Como si la sociedad fuera siempre culpable y el
delincuente el inocente. Defienden los servicios públicos, pero jamás usan
transporte colectivo. Aman mucho la escuela pública, pero mandan a sus hijos a
colegios privados. Firman peticiones cuando se expulsa a algún invasor, pero no
aceptan que se instalen en su casa. Son esos que han renunciado al mérito y al
esfuerzo y que atizan el odio a la familia, a la sociedad y la república. Hoy
debemos volver a los antiguos valores del respeto, de la educación, de la
cultura y de las obligaciones antes que los derechos".
Pensamientos certeros de Nicolás Sarkozy, expresidente de
Francia, un político liberal que ha ocupado cargos de máximo relieve y que
siempre ha destacado por su moderación, su ecuanimidad, su espíritu
constructivo, la claridad de ideas y la sagacidad en el análisis del desarrollo
de la sociedad europea. Aunque también ha cometido errores...
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